Preceptos de luz
Estamos en
vísperas de más
una Navidad, una
época del año en
que es siempre
bueno acordarnos
de las
enseñanzas de
Jesús y su real
importancia en
nuestra vida.
En el cap. XVIII
d’ El
Evangelio según
el Espiritismo,
Kardec
insertó tres de
esas enseñanzas,
que reputamos
como las más
expresivas entre
todas las que el
Maestro de
Nazaret legó a
la Humanidad.
Nos acordemos
cuales son ellos
y lo que dicen:
1 - Entrad por
la puerta
estrecha, porque
larga es la
puerta y
espacioso el
camino que
conduce a la
perdición y
numerosos son
los que por ahí
entran.
Estrecha, sin
embargo, es la
puerta y
apretado el
camino de la
vida y raros son
los que lo
encuentran.
Mateos, 7:13-14
2 - Ni todo
aquél que me
dice: Señor,
Señor, entrará
en el Reino de
los cielos, pero
sí aquél que
hace la voluntad
de mi Padre que
está en los
cielos. Muchos
me dirán en
aquel día:
¿Señor, Señor,
no pregonamos
nosotros en
vuestro nombre,
y no fue en
vuestro nombre
que expulsamos
los demonios e
hicimos muchos
milagros? Y, no
obstante, yo les
diré: Nunca os
conocí.
¡Retiraos de mí,
obreros malos!
Mateos,
7:21-23
3 - Aquél, pues,
que oye estas
mis palabras y
las pone en
práctica es
semejante a un
hombre prudente,
que edificó su
casa sobre la
roca. Cayó la
lluvia, vinieron
las
inundaciones,
soplaron los
vientos y
embistieron
contra aquella
casa; ella, sin
embargo, no
cayó, porque
estaba edificada
en la roca. Pero
aquél que oye
mis palabras y
no las pone en
práctica es
semejante a un
hombre
insensato, que
construyó su
casa en la
arena. Cayó la
lluvia, vinieron
las
inundaciones,
soplaron los
vientos y
embistieron
contra aquella
casa; ella cayó
y grande fue su
ruina.
Mateos, 7:24-27
En el primer
texto, la
recomendación de
Jesús es directa
y muestra cuán
difícil es para
la criatura
humana superar
los pesares de
la vida y
encontrar el
camino cierto
que la llevará a
la victoria y a
la consecución
de la meta para
la cual el ser
humano fue
criado.
En el segundo,
estamos delante
de una
advertencia,
ciertamente la
más seria de
todas las que
fueron dichas
por Jesús y por
los profetas. La
entrada en el
reino celestial
exige que se
cumpla una
condición y
apenas una:
hacer la
voluntad de
Dios, nuestro
Padre. No se
trata
simplemente de
creer o aceptar,
pero hacer, algo
que es bien
diferente de lo
que las
religiones
dogmáticas están
enseñando, lo
que concurrió
para la quiebra
moral que
deparamos en los
países como
Brasil e Italia,
en los cuales la
casi totalidad
de los
habitantes se
dice adepta del
Cristianismo.
En la tercera
enseñanza, Jesús
se vale de una
comparación y de
nuevo acentúa la
necesidad de que
practiquemos lo
que leemos en el
Evangelio, y no
apenas que
creamos en él.
Quien lo
practica es
comparado a un
hombre prudente.
Quien no lo
practica es
equiparado a un
individuo
insensato.
Preceptos de
luz!
Creemos que no
existe título
mejor con que
mencionar las
enseñanzas que
ahora
analizamos.
Meditar sobre la
profundidad de
ellos y buscar
asimilarlos y
ponerlos en
ejecución serán
el mejor
homenaje que
podremos prestar
al querido amigo
cuyo cumpleaños
conmemoramos
todos los años
en el día de la
Navidad.
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