El drama de los
cristianos en
el mundo
musulmán
Algunos mensajes
que circulan en
las llamadas
redes sociales
hablan del drama
que los
cristianos han
enfrentado en
los últimos
meses,
decurrentes de
los ataques
lanzados en Asia
por el grupo
terrorista
denominado
Estado Islámico
y en África por
los
fundamentalistas
del Boko Haram.
Esta
denominación se
origina de una
expresión que,
en la lengua
local, quiere
decir:
“educación no
islámica es
pecado”.
Una de las
localidades más
afectadas, por
lo menos en lo
que se refiere a
lo que la prensa
ha divulgado, es
la ciudad
nigeriana de
Baga, localizada
en la provincia
de Borno.
(Para saber más
sobre la masacre
de Baga, pulse
en este enlace:http://internacional.estadao.com.br/blogs/gustavo-chacra/manual-para-entender-o-masacre-de-baga-na-nigeria/.)
En el inicio de
este año, el
periódico
portugués
Observador
informó: “Desde
el fin del año,
más de 10 mil
personas
abandonaron la
región con miedo
de la llegada de
los
terroristas”.
“La carnicería
humana llevada a
cabo por los
fundamentalistas
del Boko Haram
en Baga es
enorme”, declaró
Muhammad Abba
Gava, portavoz
de los
combatientes
civiles que
intentaban
frenar el avance
de los
terroristas del
Boko Haram, cuyo
objetivo es
implantar a
cualquier coste
un Califato en
la región, en
los mismos
moldes de lo que
pretenden los
jihadistas del
Estado Islámico,
que vienen
desparramando el
terror en vastas
regiones de Irak
y de Siria.
Los propios
extremistas
confiesan la
autoría de los
crímenes. En un
video divulgado
en YouTube, su
líder reivindicó
el asalto a la
ciudad de Baga,
que ha dejado
centenares de
muertos.
“Matamos el
pueblo de Baga.
Matamos tal como
nuestro Dios
pidió que
hiciéramos en su
libro”, declaró
Aboubakar
Shekau. En el
video, Shekau
aparece delante
de cuatro
camionetas y al
lado de ocho
hombres armados
y con los
rostros
cubiertos. “No
vamos parar.
Esto no fue
nada, ustedes
van a ver”, dijo
el líder de Boko
Haram sobre la
masacre de Baga,
calificado por
la Amnistía
Internacional
como el mayor y
más destruidor
ataque en los
seis años de
revuelta del
grupo islámico.
Desde 2009, la
insurrección
islámica y su
represión por
las fuerzas
nigerianas
dejaron más de
13.000 muertos y
1,5 millón de
refugiados. No
se trata, pues,
de algo pasajero
y sin
importancia,
como reconoció
la Agencia
vaticana Fides:
“La crisis en el
nordeste de
Nigeria está
extendiéndose
cada vez más a
los países
vecinos, con
amenazas, como
las de un video
atribuido al
líder del Boko
Haram, Aboubakar
Shekau, contra
el Presidente de
Camerún, Paul
Biya”. En el
video él amenazó
“aumentar la
violencia en
Camerún si el
país no abolir
la Constitución
y adoptar la ley
de Islam”.
La meta
preferencial es,
sin embargo,
como todos
reconocen los
cristianos. De
acuerdo con nota
distribuida por
la Agencia
Eclesial en el
inicio de enero,
“cerca de mil
iglesias
cristianas en
Nigeria fueron
destruidas en
los últimos
cuatro años”.
Según
declaración
atribuida al Pe.
Gideon Obasogie,
responsable por
las
comunicaciones
sociales en la
diócesis de
Maiduguri,
capital de la
Provincia de
Borno, en
nordeste de
Nigeria, “sólo
entre los meses
de agosto y
octubre de 2014,
fueron saqueadas
e incendiadas en
aquel territorio
por lo menos 185
iglesias”. El
sacerdote evalúa
que “190 mil
personas
tuvieron que
huir de sus
casas para que
pudiesen escapar
a la muerte y
muchas otras ya
perdieron la
vida”.
Nuestro planeta
pasa, como
vemos, por una
convulsión jamás
vista.
Terrorismo en
Asia y en
África. Racismo
y prejuicio
hasta en los
campos de
fútbol. Guerras,
guerrillas y
atentados que no
escogen tiempo
ni local.
Corrupción
generalizada en
el mundo todo,
sobre todo en
Brasil – y aún
hay quien
critique el
contenido del
editorial “¿Qué
país es éste?
Publicado en la
edición 403 de
esta revista –
http://www.oconsolador.com.br/ano8/403/principal.html
-, que algunos
cofrades
espíritas,
ingenuamente y
ciertamente
ajenos a lo que
ocurre en el
mundo,
atribuyeron a
una irrupción de
partidismo y
mala voluntad
para con los que
gobiernan
Brasil.
Comodidad y
pasividad en
nada
contribuirán
para que los
hechos arriba
descritos dejen
un día de
existir. Ya pasó
el tiempo de que
meditemos en la
sutil
advertencia
contenida en la
cuestión 932 d’
El libro de
los Espíritus.
-¿Por qué, en el
mundo, tan a
menudo, la
influencia de
los malos
sobrepuja a la
de los buenos?
“Por flaqueza de
éstos. Los malos
son intrigantes
y audaces, los
buenos son
tímidos. Cuando
éstos lo
quieran,
preponderarán.”
(L.E., 932.)
No nos
consideramos
buenos ni
mejores que
nadie, pero
debemos rechazar
esa apatía, esa
indiferencia,
esa inercia que
caracterizan
buena parte de
la prensa
espírita y, por
extensión,
muchos espíritas
que confunden
pacifismo con
pasividad.
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