de Botucatu,
Habermann
responde en esta
entrevista a
varias preguntas
sobre medicina y
espiritualidad. |
Como médico del
área de
nefrología,
dedicado a la
prevención de
factores de
riesgo
cardiovasculares,
¿qué tendría que
decirle al
paciente con
conocimiento de
la inmortalidad
del alma?
Si la prevención
es la base de la
salud física,
igualmente para
el Espíritu
eterno, la
prevención
consiste en la
espiritualización
del nuestro ser.
Esta prevención
es el mecanismo
para ahorrar
enfermedades que
puedan afectar
de forma
permanente el
campo magnético
del cuerpo
espiritual
(periespíritu),
dentro y entre
las
encarnaciones.
Entre estas
enfermedades
están: las ideas
fijas, las
neurosis extra
orgánicas, los
disturbios
innatos de la
conducta, las
tendencias de
humor depresivo,
las psicosis mal
definidas por el
conocimiento
médico
nosológico
actual, las
vampirizaciones,
simbiosis e
infecciones
fluídicas(1),
entre otras.
Cabe resaltar
que el avance de
la ciencia
médica algún día
reconocerá el
papel decisivo
de la
espiritualidad
en la salud del
hombre integral.
Hasta entonces,
la religión
cumplirá ese
papel.
Asociando esos
factores, como
la hipertensión
arterial,
obesidad,
sedentarismo,
tabaquismo,
entre otros, a
las enseñanzas
espíritas, ¿cómo
ubicar esos
casos mediante
el compromiso de
la evolución?
La conducta, tan
común entre los
encarnados, de
desatender
(conscientemente)
los cuidados
recomendados
para los
llamados
“factores de
riesgo
cardiovasculares”
está
directamente
relacionada con
eventos mórbidos
y/o fatales que
anticipan
(deliberadamente)
la
desencarnación.
La medicina
moderna viene ya
estudiando el
impacto de los
llamados “años
potenciales de
vida perdidos”
(2),
hecho que
alerta a los
estudiosos
espiritualistas
sobre la
relevancia del
tema. Hay una
perfecta
coincidencia de
las
recomendaciones
preventivas
también en el
ámbito de la
perennidad
espiritual,
teniendo en
cuenta nuestro
compromiso de
aprovechar mejor
la reencarnación
para la
evolución
espiritual – más
que imperativa
en el ciclo
terrenal.
¿Existe un
puente entre los
aspectos de la
salud física y
los propósitos
evolutivos del
Espíritu?
Fuera de las
condiciones
impuestas por
los imperativos
de la justicia
divina en el
proceso
reencarnatorio
aquí en la
Tierra, los
Espíritus
luminosos
enseñan que le
compete a la
criatura
encarnada buscar
y aplicar la
sabiduría del
“mens sana in
corpore sano”
(3). Si
las condiciones
personales -
a pesar de todo
el esfuerzo y
auxilio – no
lograran el
equilibrio de la
salud
orgánico-espiritual,
nos consuela
saber de
rescates y
ajustes
espirituales
propuestos y
aceptados
conscientemente
en el plano
espiritual, con
miras a la
evolución de
cada uno. Estas
condiciones
implican mayor
dedicación y
ayuda a este
encarando, con
el fin de
aliviar sus
sufrimientos.
¿Qué pensar
sobre la
prevención de
causas mayores y
evitables de
“años perdidos”
en el cuerpo con
la indiferencia
a nuestra
condición
inmortal e
incluso ante la
depreciación o
corrosión del
organismo con
los vicios y
negligencias con
la salud?
Durante la
encarnación el
Espíritu,
distraído con
los brillos del
mundo, podrá
incurrir en los
círculos de los
sufrimientos
evitables,
desencadenando
condiciones que
favorecen la
desencarnacion
precoz. Esto
realza la
importancia de
la prevención en
los ítems de la
salud corporal y
también
espiritual. Esta
condición es
poco
contabilizada
por el propio
interesado,
porque si la
noción de
inmortalidad
generalmente es
innata, pocas
veces es
consciente del
mayor
aprovechamiento
saludable de su
paso por la
Tierra. Esto
conduce no sólo
a la “pérdida de
años de vida
útil” sino a la
pérdida de
“tiempo
existencial” del
Espíritu,
indicando nuevas
experiencias
reencarnatorias
regenerativas
obligatorias.
“La evolución
espiritual, dice
André Luiz, no
se produce sin
precio.”
Con su
experiencia
médica y como
espírita, ¿qué
visión le ha
dado la vida
ante los hechos
y ocurrencias de
la vida humana y
sus luchas?
Las facetas que
observamos del
sufrimiento
humano son
múltiples. Todas
denotan nuestra
dificultad para
entender el
significado de
la existencia
como bien
espiritual
divino. Nos
quedamos tristes
cuando pacientes
con trasplantes
renales (de un
donante vivo o
de un cadáver)
descuidan las
recomendaciones
del tratamiento
de mantenimiento
(con medicinas
distribuidas
gratuitamente) y
pierden el
injerto. La
preocupación
profesional nos
envuelve
profundamente
cuando las
recomendaciones
sobre los
cambios de
hábitos no son
observadas y las
patologías son
recurrentes y
cíclicas. Nos
toca
profundamente la
patología mental
alienante,
mostrando
aspectos de un
envolvimiento
espiritual aún
no comprendido
por la Medicina.
Sin embargo, el
consuelo, ha
surgido del
trabajo avanzado
de la
comprensión de
la
espiritualidad
por una pléyade
de profesionales
valientes,
independientemente
de su
orientación
religiosa. En
ese sector, la
Medicina
brasileña ha
sido pionera.
Para nuestra
felicidad, un
médico
investigador
espírita
brasileño está
ubicado entre
los cuatro más
citados del
mundo en el
2014, con
publicaciones de
investigaciones
del mayor
impacto,
incluyendo a
aquellas sobre
espiritualidad y
salud orgánica
(Avezum, A.
Instituto Dante
Pazzanese,
S.Paulo, Brasil)
(4).
¿Cuál es el
panorama actual
sobre
espiritualidad y
salud?
En esta
particularidad
de enfoque
médico está el
nuevo paradigma
de la Medicina
del siglo 21: la
espiritualidad.
Implica al
paciente y al
equipo
terapéutico. El
nuevo enfoque
semiológico y
las nuevas
visiones
terapéuticas o
comportamentales
propuestas bajo
esta nueva
visión propician
un bienestar que
va más allá de
la acción
farmacológica
que se indica.
Estudios
realizados hace
más de una
década vienen
demostrando su
efectividad y
aceptabilidad.
Actualmente,
grupos de
investigadores
de la UNIFESP,
UNESP, USP y
otras
universidades
brasileñas y
extranjeras
vienen
desarrollando
estudios sobre
las “energías
sutiles”, la
acción del
pensamiento y el
“pase espírita”,
en animales y en
humanos, bajo
los rígidos
parámetros del
rigor científico
validados
internacionalmente.
¿Cómo la fe
influencia en la
salud? O, en
otras palabras,
¿la religión es
un recurso
terapéutico?
¿Cómo y por qué?
Es conocido el
concepto
operativo
médico: la
confianza es la
base del éxito
terapéutico. La
base del
conocimiento
medico
fisiopatológico
y terapéutico es
la premisa
obligatoria. En
esas
condiciones, la
fe – vista como
iluminación
espiritual,
tanto del
paciente como
del médico –
facilita la
recuperación de
la salud, pero
no siempre es
decisiva, porque
los meandros del
mérito de cada
individuo
encarnada están
aún ocultos en
la memoria
periespiritual
de cada ser
viviente. La
religión, sin
embargo, es un
componente de
efecto social
que marca y por
este medio
colectivo
confiere fuerza
de apoyo al
individuo
enfermo y
carente. Es un
importante
recurso
terapéutico
social que
mantiene y
reintegra la
salud,
reconocido por
la Organización
Mundial de la
Salud.
Sobre la
asistencia
espiritual tan
largamente
buscada en los
días actuales,
¿qué le gustaría
comentar?
La asistencia
espiritual de
los líderes
religiosos o
también de las
orientaciones y
pases, como
ocurre en los
Centros
Espíritas, ha
sido considerada
una valiosa
contribución en
la recuperación
de la salud de
los pacientes.
El uso de esos
recursos que
contribuyen es
anotado en toda
la evaluación
semiológica
actual. La
comprensión de
los mecanismos
efectivos de
esta ayuda está
siendo objeto de
estudios serios
en centros de
investigación
internacionales
y en Brasil. En
la Facultad de
Medicina de
Bocutacu –
UNESP, la
Comisión de
Ética Médica
aprobó el
proyecto de
estudio sobre la
acción del “pase
espírita” en
individuos con
diagnóstico de
ansiedad, con el
apoyo de la Pro
Rectoría de
Extensión
Universitaria de
la UNESP.
Comenzó a fines
del año pasado,
tiene prevista
su conclusión
para inicios del
2016.
¿Algo resaltante
de su
trayectoria que
le gustaría
contar?
La oportunidad
de estudio en el
área biológica
es divina. Las
maravillas de la
maquinaria
vegetal o
animal,
interactuando
con el reino
mineral en la
Tierra, nos
permiten
entender la
larga
trayectoria de
preparación de
los vehículos
corporales
temporales en la
recepción de los
Espíritus que
aquí vinieron a
experimentar
nuevos rumbos en
la evolución
hacia lo
infinito. Si la
escuela médica
me brindó los
medios técnicos
para el
ejercicio
profesional,
fue, por otro
lado, la
formación
espírita de
nacimiento la
que garantizó la
comprensión de
las facetas del
sufrimiento
humano, al
encontrarme con
la realidad
dolorosa
diariamente
relatada por los
pacientes.
Sus palabras
finales.
Nada pasa
desapercibido
entre el
asistido y el
asistente cuando
ocurre la
perfecta
relación
médico-paciente,
especialmente
cuando hay
sintonía
espiritual en el
trabajo del
profesional. Los
resultados, sin
embargo, están
en las
directrices
superiores que
nos dirigen en
este mundo de
pruebas y
expiaciones. El
auxilio al
prójimo es
imperativo y
cualquier ser
viviente de
buena voluntad
puede y debe
ejercerlo, como
recomiendan los
Evangelios.
Referencias:
(1)
‘Evolución en
dos mundos’ –
André Luiz (F.
C. Xavier –
Waldo Vieira),
1959
(2)
‘Años
potenciales de
vida perdidos’-
Informe
Epidemiológico
de SUS,
8(1):17-25,
1999.
(3)
‘Mente sana en
cuerpo sano’ -
Cita latina
derivada de la
sátira X 356 del
poeta romano
Juvenal.
(4)
Álvaro Avezum
fue considerado
por la
consultoría
Thomson Reuters
(2014) como uno
de los cuatro
científicos
brasileños con
la producción
académica de
mayor impacto en
el mundo en una
lista de 3.215
investigadores.
-
http://www1.folha.uol.com.br
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