Un segundo
advenimiento de
Cristo puede
perfectamente
ocurrir, como él
mismo lo afirmó
categóricamente
A propósito del
segundo
advenimiento de
Cristo,
Allan Kardec, em
“La Génesis”1,
destaca
inicialmente dos
trechos del
Evangelio:
1º - En Mateo,
cap. XVI, vv. 24
a 28:
Dijo entonces
Jesús a sus
discípulos: Si
alguno quiere
venir en mis
pisadas,
renuncie a sí
mismo, tome su
cruz y sígame; -
por cuanto,
aquel que quiera
salvar la vida
la perderá y
aquel que
perdiera la vida
por amor a mí la
encontrará de
nuevo. (...) –
Pues el Hijo del
hombre debe
venir en la
gloria de su
Padre, con sus
ángeles, y
entonces dará a
cada uno según
sus obras. Os
digo, en verdad,
que algunos de
aquellos que
aquí se
encuentran no
sufrirán la
muerte, sin que
hayan visto
venir al Hijo
del hombre en su
reino.
2º - En Marcos,
cap. XIV, vv. 61
y 62:
(...)
El sumo
sacerdote aún lo
interrumpió y le
dijo: ¿Sois vos
el Cristo, el
hijo de Dios
bendecido para
siempre?
Jesús le
respondió: Yo
soy, y veréis un
día al Hijo del
hombre sentado a
la derecha de la
majestad de
Dios, viniendo
sobre las nubes
del cielo.
De esos dos
trechos Kardec
considera:
Jesús anuncia su
segundo
advenimiento,
pero no dice que
volverá a la
Tierra con
cuerpo carnal,
ni que
personificará el
Consolador. Se
presenta cómo
teniendo que
venir en
Espíritu, en la
gloria de su
Padre, a juzgar
el mérito y el
demérito y dar a
cada uno según
sus obras,
cuando los
tiempos sean
llegados.
Considerando que
en los albores
del tercer
milenio muchos
son los
cristianos que
establecen
interpretación
equivocada de
algunos tramos
evangélicos, y
en particular de
los arriba
transcritos, con
humildad y
prudencia
presento
reflexiones
encontradas en
el Espiritismo,
que tal vez
vengan a disipar
cualquier niebla
sobre su
comprensión.
Jesús jamás nos
dejó, ni nos
dejará
Los trechos
citados forman
un gran panel,
cuya síntesis
espírita,
siempre estuve
de acuerdo con
Kardec, puede
ser lo
siguiente:
a. La vida
inmortal es la
del Espíritu —
la física,
efímera.
Conviene, pues
que cuidemos de
la primera, con
desprendimiento
de la segunda
(la material);
b. Jesús viene
con ángeles para
dar
reconocimiento
(méritos) se
sobreentiende a
la aplicación,
por el Plano
Espiritual, de
la Ley Divina de
Justicia, que
tendrá
repercusión en
la Tierra, donde
actualmente
viven los buenos
junto con los
malos; tal
aplicación
tendrá por
objetivo
separarlos, de
forma que:
- los buenos
(por sus
créditos de
virtudes)
recibirán
pasaporte para
permanecer en la
Tierra, entonces
regenerada (planeta
de regeneración
es aquel donde
el bien supera
al mal);
- los malos
habrán emigrado
compulsoriamente
para mundos más
atrasados que
este, donde
llevarán
progreso, al
tiempo que se
redimirán;
c. Un segunda
venida de Jesús
nos remite
inicialmente a
tres
reflexiones:
1ª – un segundo
advenimiento de
Cristo puede
perfectamente
ocurrir. Él lo
afirmo
categoricamente.
Así, ¿qué
impediria tal
hecho?
2ª - Pero, para
los no
cristianos,
Jesús no sería
“Cristo” (Ungido
de Dios, el
Mesías) el cual,
ni siquiera
habría venido
una primera vez.
Así, en el
actual nivel
religioso
terreno, una
eventual vuelta
de Jesús, como
la primera vez,
por lo menos
para muchos,
probablemente no
lo hará ser
considerado el
Mesías. Como
vemos, aquí hay
un choque de
credos…
3ª - Para la
mayoría de los
cristianos
(espíritas, en
particular),
Jesús no volverá
porque... jamás
nos dejó, o
dejaría. Se
apoyan en la
afirmación del
propio Cristo:
“He ahí que
estaré con
vosotros todos
los días, hasta
el fin del
mundo” (Mateo
28:20).
El tema “vuelta
de Jesús” debe
ser tratado con
prudencia
De mi parte,
excluyendo la 2ª
reflexión, las
1ª y 3ª se
concilian y
tanto una en
cuanto a otra
son viables.
Además, esa
cuestión de la
“vuelta de
Jesús” debe ser
encarada con
mucha prudencia.
Para comenzar,
tres días
después de la
crucificación Él
estuvo con los
Apóstoles, a
partir del
Camino de Emaús
(Lucas, cap.
24).
Además de las
consideraciones
de Kardec, que
sinteticé
arriba, cogí las
de otros cuatro
espíritas, todas
bien económicas,
demostrando que
el tema no se
presta a grandes
disertaciones...
Ei-las:
1ª - En
“Sesiones
Prácticas y
Doctrinarias del
Espiritismo”, de
Aurélio
A.valente, cap.
IX, p. 204 y
205, Ed. 1937,
FEB, RJ/RJ:
“Jesús
descenderá en
toda su gloria,
dirigiendo la
falange de los
Espíritus
elegidos del
Señor. En
consonancia con
las escrituras,
Él vino entre
los hebreos a
restablecer el
reino de Dios,
pero no fue
reconocido
porque ellos
esperaban el
reinado de los
hombres”.
2ª - En “Allan
Kardec”, de Zêus
Wantuil y
Francisco
Thiesen, Vol.
III, p. 85, 2ª
Ed., 1982, FEB,
RJ/RJ:
“(...) la venida
de Jesús,
anunciada en el
Evangelio, se
procesará, en el
porvenir, cuando
sea necesaria,
en el tiempo
cierto, que no
sabemos
evaluar”.
3ª – Em “Jesús –
ni Dios, ni
hombre”, de
Guillon Ribeiro,
“Ese segundo
advenimiento (de
Jesús) se dará
cuando el mismo
Jesús, como
Espíritu de la
Verdad, venga en
todo su fulgor
espírita al
planeta terreno
purificado y
transformado, en
la calidad de su
soberano,
visible para las
criaturas
también
purificadas y
transformadas, a
mostrar la
verdad sin
velo”.
El Juicio Final
simboliza la
regeneración
planetaria
4ª – Em “Cuando
vuelva la
primavera”, de
Amélia
Rodrigues,
pisografía de
Divaldo P.
Franco, p. 13,
6ª Ed., 1997,
LEAL,
Salvador/BA:
“Jesús prosigue
siendo la eterna
Primavera porque
todos anhelamos.
Esperar su
vuelta es la
ambición que
debemos, en el
momento,
templar,
preparando la
Tierra desde
entonces para
ese momento de
vida, belleza y
abundancia...”.
Dentro del tema,
Kardec, aún en
“La Génesis”,
registra 2:
Ahora, cuando el
Hijo del hombre
venga en su
majestad,
acompañado de
todos los
ángeles, se
asentará en el
trono de su
gloria; y,
reunidas a su
frente todas las
naciones, él
separará unos de
los otros, como
un pastor separa
de los las
ovejas, y
colocará a su
derecha las
ovejas y a su
izquierda los
machos cabrios.
(Mateo, cap.
XXV, vers. de 31
a 33).
Numerosas son
las reflexiones
de incontables
autores
espíritas sobre
el Juicio Final,
máxime sobre esa
afirmación
evangélica que
preconiza la
criba de machos
cabrios para un
lado y ovejas
para otro: en un
análisis
objetivo, tales
palabras
expresan el
reconocimiento
de los méritos
de cada Espíritu
terreno,
encarnado o
desencarnado — a
los buenos, la
Tierra
regenerada, y a
los malos,
exilio de aquí,
con pasaporte y
emigración
compulsoria para
mundos
primitivos o aún
de “pruebas y
expiaciones”,
que los hay a
millones, en el
Universo.
De este modo,
para mí y creo
que para los
demás espíritas,
el “Juicio
Final” simboliza
la regeneración
planetaria, por
lo que ni
“Final”, ni
colectivo, pero
sí, individual,
ni tal juicio
ocurrirá en un
momento exacto
para todos: en
la opinión de
varios
Espíritus,
Kardec
inclusive, él
(Juicio Final)
ya comenzó hace
tiempo y en eso,
de hecho, como
desde siempre,
quienes define
con infalible
acierto las
cosas es la
conciencia de
cada uno,
dilatándole su
destino.
Jesús nunca fue
unanimidad en la
Tierra
A aquellos que
tengan
anestesiada la
conciencia, la
infalibilidad de
las Leyes
Divinas, en
particular la de
Justicia, se
aplica
automáticamente,
en el decir
magnánimo de
Jesús, que
repito: a
cada uno, según
sus obras.
Pero, aún
reflejando sobre
una eventual
vuelta de Jesús
hay una penosa
realidad (por lo
menos los
tiempos de hoy)
para los
cristianos: Él
no es ni nunca
fue unanimidad
terrena.
Sino, veamos:
- en la época de
Jesús en la
Tierra, la
población
mundial, según
estimación de
algunos
demógrafos,
oscilaba de 170
a 250 millones
de habitantes;
quedo en la
media;
- solamente una
minoría, durante
siglos adelante,
lo aceptó como
el Maestro de
los maestros;
- hasta hoy, no
aceptar a Cristo
como el Mesías,
de forma alguna
excluye a
alguien de
proceder
fraternalmente,
de “ser del
bien”. ‘No! Ser
bueno jamás fue
atributo sólo de
los seguidores
de cualquier
credo o
religión, o aún
de eventuales
ateos.
Obviamente que
seguir las
enseñanzas de
Jesús es la
mejor de todas
las maneras
posibles para el
Espíritu
evolucionar;
- en el libro
“Guión”, cap. 9
“La gran
Escuela”, Ed. de
1952, de la FEB,
RJ/RJ, por la
psicografia de
F. c. xavenga,
el Espíritu
Emmanuel
informaba que
para los dos mil
millones de
Espíritus
entonces
encarnados había
veinte mil
millones
desencarnados
(2:20);
- en el “Anuario
Espírita de
1964”, Ed. del
I.D.Y., Hubiste
Arado/SP, en
entrevista y por
la psicografía
de F. c.
xavenga, el
Espíritu André
Luiz informaba
que para los
tres mil
millones de
Espíritus
encarnados había
“para más de
veinte mil
millones
desencarnados”
(3:21);
- así, en la
primera cita (de
Emmanuel), se
tiene que para
un encarnado
había diez
desencarnados
(1:10), y en la
segunda (de
André Luiz), la
proporción era
de uno para
siete (1:7).
Actualmente
(2015), más de
siete mil
millones de
personas habitan
la Tierra4.
Entre los
desencarnados,
¿cuántos serán
cristianos?
El expresivo
aumento de
habitantes de la
Tierra, del
tiempo de Jesús
entre nosotros
al siglo XX,
parece señalizar
que el planeta
Tierra es
destino de gran
número de
Espíritus
alienígenas —
esa es sólo una
conjetura, que
como tal, no
pasa de opinión
personal...
— ¿Cuántos
desencarnados al
tiempo de Jesús
y actualmente?
Imaginar cual es
el número de
desencarnados al
tiempo de Jesús
(± 210 millones
de encarnados)
es número que
queda difícil de
juzgar, para no
decir imposible.
Actualmente, de
mi parte no
tengo noticia de
que haya habido
información
“actualizando”
las de Emmanuel
y André Luiz, ya
citadas.
— Y, de los
desencarnados,
hoy, ¿cuantos
serían
cristianos?
Respuesta
igualmente
difícil,
absolutamente
inviable.
Opino que saber
el número de
desencarnados
cristianos, en
estas
reflexiones,
sería un dato
complementario,
sólo para
estimar si
algunos
Espíritus no
tuvieron aún
algún contacto
con Jesús, desde
que el Maestro
estuvo entre
nosotros, hace
cerca de dos mil
años. Con esa
respuesta,
podría exponer
para cuantos un
eventual retorno
de Jesús sería
repetición para
unos y primera
vez, para otros.
Reflejo también
en la pungente
realidad actual:
según el
“Almanaque
ABRIL-Sociedad”
de 2015, Editora
Abril, SP/SP, p.
142, en 2014
había cerca de
dos mil
cuatrocientos
millones de
cristianos en el
mundo. Ahora,
deductivamente,
cuatro mil
seiscientos
millones de
encarnados no Lo
tienen como
referente de
Mesías, Cristo o
“Salvador”. (7 –
2,4 = 4,6).
Imagino que sólo
cuando haya
merecimiento
terreno ocurrirá
un nuevo estado
de Jesús entre
nosotros.
Entonces, ese
eventual como
bendecido
advenimiento,
con los
fantásticos
medios de
divulgación ya
existentes, con
certeza
catalizará la
atención
mundial,
incentivando
sublime y
expresiva
mejoría moral de
la Humanidad,
¡con eso
preparando la
regeneración de
este planeta!
Segundo
estimativas
da
Organização
das
Nações
Unidas
(ONU),
publicadas
em 2014
na mídia
internacional,
a
população
mundial
atingiu
a marca
de 7
bilhões
de
pessoas
em
Outubro/2011.