Damos continuidad al estudio del libro Qué es el Espiritismo, obra lanzada en París en julio de 1859. El estudio será presentado en 19 partes. Las páginas citadas en el texto sugerido para la lectura se refieren a la 20ª edición publicada por la Federación Espírita Brasileña. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del presente texto.
Preguntas para debatir
A. ¿Cómo definir al periespíritu?
B. ¿Cómo puede el Espíritu, un ser etéreo, obrar sobre la materia inerte?
C. ¿Los Espíritus pueden responder cualquier pregunta?
Texto para la lectura
123. Las manifestaciones espíritas, de cualquier naturaleza, no tienen nada de maravilloso ni sobrenatural; son fenómenos que se producen en virtud de la ley que rige las relaciones del mundo visible con el invisible, ley tan natural como las leyes de la electricidad, de la gravitación, etc. Aquellos, pues, que acusan al Espiritismo de resucitar lo maravilloso, prueban que hablan de lo que no conocen. (Cap. II, ítems 32 y 33, pág. 162.)
124. Las manifestaciones de los Espíritus se dividen en efectos físicos y comunicaciones inteligentes. Los primeros consisten en fenómenos materiales ostensibles – movimiento de objetos, ruidos, transporte, etc. Las otras consisten en el intercambio regular de pensamientos por medio de signos, de la palabra y, principalmente, de la escritura. (Cap. II, ítem 34, pág. 163.)
125. Se reconoce la calidad de los Espíritus por su lenguaje; el de los Espíritus buenos y superiores es siempre digno, noble, lógico y exento de contradicciones; en él se respira la sabiduría, la benevolencia, la modestia y la más pura moral; es conciso y carente de redundancias. (Cap. II, ítem 37, pág. 164.)
126. Los Espíritus inferiores son más o menos ignorantes, pero no todos son esencialmente malos; algunos sólo son ignorantes y ligeros. (Cap. II, ítems 38 y 39, pág. 164.)
127. Los Espíritus superiores sólo se ocupan de comunicaciones inteligentes que nos instruyan; las manifestaciones físicas o puramente materiales son, especialmente, obra de los Espíritus inferiores. (Cap. II, ítem 40, pág. 164.)
128. Debemos estar siempre serenos y concentrados cuando entramos en comunicación con los Espíritus. (Cap. II, ítem 41, pág. 165.)
129. Los Espíritus son libres y se comunican sólo cuando quieren, con quien les conviene y cuando sus ocupaciones lo permiten. Ellos no están a la orden y a merced de cualquiera. No le es dado a nadie hacerlos manifestarse cuando ellos no quieren. Sólo la charlatanería tiene principios infalibles. (Cap. II, ítem 42, pág. 165.)
130. Los Espíritus son atraídos por la simpatía, la semejanza de gustos, caracteres e intención de los que desean su presencia. Los superiores no van a las reuniones fútiles, ni se prestan a responder futilidades. (Cap. II, ítem 43, pág. 165.)
131. Las reuniones frívolas siempre hacen más mal que bien, porque alejan de la doctrina a más personas de las que atraen, y se prestan a la crítica y las burlas de sus detractores. (Cap. II, ítem 46, pág. 167.)
132. Si las manifestaciones físicas no tienen la importancia de la enseñanza filosófica, tienen utilidad desde el punto de vista de los fenómenos, porque son el alfabeto de la ciencia, cuya clave han dado. Aunque en la actualidad son menos necesarias, aún contribuyen a la convicción de algunas personas. (Cap. II, ítem 47, pág. 167.)
Respuestas a las preguntas propuestas
A. ¿Cómo definir al periespíritu?
El periespíritu es la envoltura fluídica del alma que, durante la encarnación, sirve de intermediario entre ella y el cuerpo material, y en la erraticidad es el vehículo que el Espíritu utiliza en sus relaciones con el mundo exterior. Es por medio de él que el Espíritu obra sobre el cuerpo material vivo, y es con ese mismo fluido que él se manifiesta obrando sobre la materia y produciendo ruidos y movimiento de objetos. Invisible en su estado normal, el periespíritu puede volverse visible e incluso tangible. Es así como se producen las apariciones. (Qué es el Espiritismo, capítulo II, ítems 28 a 30, págs. 159 y 160.)
B. ¿Cómo puede el Espíritu, un ser etéreo, obrar sobre la materia inerte?
La acción del Espíritu sobre la materia inerte se explica por las propiedades del periespíritu y por su capacidad de manipular, por la voluntad, los fluidos ambiente. (Obra citada, capítulo II, ítems 30 y 31, págs. 160 y 161.)
C. ¿Los Espíritus pueden responder cualquier pregunta?
No. Ellos sólo pueden responder aquello que saben, según su estado de adelantamiento, y además dentro de los límites de lo que les es permitido decirnos, porque hay cosas que no pueden revelar a los hombres. (Obra citada, capítulo II, ítems 35 y 36, pág. 163.)