entrevista.
¿Cómo se volvió
espírita?
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Mi esposo
comenzó a leer
novelas
espíritas, que
una amiga le
prestaba, y
comentaba
conmigo los
episodios de los
libros. Un día
empezó a leer
“Nuestro Hogar”
y se impresionó
tanto que cada
capítulo que
leía, venía a
contármelo.
Comenzamos a
frecuentar la
librería
espírita, y en
un bello día
decidí que ya
estaba lista
para asistir a
una conferencia.
Nunca más
salí.
¿Cuáles son las
repercusiones
íntimas del
conocimiento
espírita?
La primera,
ciertamente, fue
la de querer
mejorar de un
día para otro.
Con el
conocimiento de
la Doctrina,
percibí que no
existían
milagros, que
todas las
enseñanzas
transmitidas por
los Espíritus me
ayudarían a
hacer una
transformación
moral, que
ciertamente no
sería en un mes,
sino durante
toda mi
existencia, y
que nuestra
evolución
espiritual
depende
solamente de
nuestras
acciones.
¿Cuáles son sus
impresiones
sobre el
movimiento
espírita actual?
Lamentablemente,
el movimiento
espírita en mi
ciudad, por más
que trate la
USE, aún no es
muy dinámico ni
disfruta de una
gran adhesión.
Hoy está mucho
mejor que hace
20 años, pero
todavía deja
mucho que
desear. Tenemos
personas muy
buenas al frente
del movimiento;
el problema aún
es la comodidad
de la gran
mayoría.
¿Qué es lo que
más le llama la
atención de la
doctrina
espírita?
La doctrina es
maravillosa y
todo en ella me
llama la
atención, pero
debo confesar
que la parte
filosófica y la
religiosa me
atraen más que
la parte
científica,
aunque tengo una
total convicción
de la
importancia de
todas.
De su
experiencia en
la coordinación
de estudios, a
su modo de ver,
¿qué es lo que
sobresale?
La parte del
estudio me
encanta, pero me
entristece mucho
saber que muchas
personas buscan
los estudios
solamente en las
horas de
sufrimiento y de
dolor. Cuando
las cosas
mejoran, vuelven
solo a las
conferencias y a
los pases, pues
ése es el medio
más fácil.
Tenemos un grupo
de estudios hace
más de 20 años,
y veo cuántas
personas ya han
pasado por él
sin que terminen
por lo menos un
libro completo.
Por ello,
lamentablemente,
lo que sobresale
es el desinterés
que las personas
tienen en
aprender.
En cuanto al
público, ¿cómo
siente su
interés por el
conocimiento
espírita?
Notamos que aun
hoy, muchas
personas solo
llegan a las
casas espíritas
en busca de
manifestaciones.
Los que buscan
estudiar y
profundizar en
la doctrina aún
son muy pocos…
Sobre las
conferencias, a
lo que también
usted se ha
dedicado,
¿cuáles son sus
impresiones?
Con relación a
las
conferencias,
soy cautelosa al
hablar. Es una
de las cosas que
más me gusta
hacer y he
percibido una
gran
receptividad en
todas las casas
en las que
participo – 5
centros
espíritas en
Santa Bárbara y
uno en
Piracicaba.
¿Algo resaltante
que le gustaría
relatar de su
vivencia
espírita?
Todo lo que hago
es resaltante y
me involucro con
mucho amor. En
cada
conferencia, un
nuevo rostro,
una amistad
nueva, una nueva
esperanza que
esta doctrina
logra brindar;
entonces todo es
resaltante en la
vivencia
espírita. Lo
único que es
difícil que las
personas
entienda es que
no es por estar
al frente,
haciendo una
conferencia,
somos mejores o
peores que
cualquiera que
asista a ella.
Sus palabras
finales.
Me gustaría
decir que,
aunque la
Doctrina
Espírita no haya
sido revelada
completamente,
pues no tenemos
aún las
condiciones para
entender todo,
debido a nuestro
grado de
evolución,
Kardec es y será
siempre la base
de esta doctrina
bendecida y
consoladora.
Necesitamos
conocer las
obras de Kardec,
estudiarlas y,
por encima de
todo, tratar de
vivenciar las
enseñanzas
contenidas en
ella.
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