trabajos
sociales y de
divulgación del
Espiritismo, así
como la práctica
del Evangelio en
el Hogar, nos
habla en la
presente
entrevista sobre
su experiencia
en las lides
espíritas. |
¿Cómo se volvió
espírita?
Me volví
espírita
consciente y
practicante de
la
responsabilidad
que la Doctrina
Espírita
preconiza
después de la
lectura de las
cinco obras
básicas de la
Codificación
Espírita. Y para
comprender mejor
la naturaleza de
todo, con el
apoyo de la
oración
edificante, me
urgía expiar la
ignorancia del
porqué de la
desigualdad
social con la
lectura de los
libros Que
es el
Espiritismo,
Obras Póstumas
y de algunos
opúsculos de la
Revista Espírita.
¿Qué es lo que
más le llama la
atención de la
Doctrina
Espírita?
Lo más
resaltante en la
Doctrina
Espírita es el
principio de la
práctica de
“fuera de la
caridad no hay
salvación”,
recordando que
la caridad
significa
“benevolencia
para con todos,
indulgencia para
las
imperfecciones
de los otros,
perdón de las
ofensas”, como
leemos en la
pregunta 886 de
El Libro de
los Espíritus.
En su opinión,
¿cuáles son las
principales
dificultades del
movimiento
espírita actual?
Las dificultades
del movimiento
espírita siempre
fueron arduas y
obstructoras de
una mayor
expansión del
propio
movimiento
debido a la
falta de
conciencia
íntima y
solidaria,
aliada al
desconocimiento
teórico de la
doctrina. Debido
a los trabajos
de Chico Xavier
y de otros
conferencistas
ejemplares, la
expansión de los
nuevos Centros
Espíritas y el
incansable
trabajo de una
legión anónima
de divulgadores
de los preceptos
básicos, la
Doctrina se está
colocando al
alcance de la
mayoría de los
hombres de buena
voluntad,
anunciando la
venida de la
Nueva Era y
promoviendo una
mejor calidad de
vida en términos
de evolución
social.
¿Y cómo ve las
acciones de la
divulgación y
práctica
espírita en el
país?
La difusión de
las enseñanzas
del Evangelio de
Jesús fuera de
los centros y
demás entidades
exige cada vez
más empeño por
parte de las
Instituciones
Espíritas. Se
debe promover y
apoyar la
iniciativa de
llevar a los
familiares,
parientes y
simpatizantes al
estudio del
Espiritismo,
considerando
principalmente
la diversidad
humana
reencarnada en
sus múltiples
planos y niveles
en los
diferentes
estados de
progreso
individual.
Trabajar en los
objetivos
dirigidos para
el estudio
básico de la
Doctrina
Espírita.
Instruir, pues
aún hay mucho
misticismo e
incomprensión de
la
comunicabilidad
entre el mundo
físico y el
espiritual; y en
la observancia
de la Ley de
Causa y Efecto
y sus
influencias
reencarnatorias.
¿Algo resaltante
de sus recuerdos
que le gustaría
relatar?
Algunos pasajes
resaltantes que
me gustan
recordar son las
enseñanzas que
la interacción
local nos
proporciona con
los semejantes
que nos rodean
en este
intervalo del
tiempo. Como
dice un dicho
espírita: ”la
gente no se
equivoca de
dirección en la
reencarnación”.
Perfeccionamiento
moral en el
medio ambiente.
La causa y los
efectos que nos
parecen
desconocidos al
principio, pero
nada es
casualidad.
Vecinas y
conocidas que se
reunían en mi
casa para el Ave
María y el Padre
Nuestro. Un
mutuo
sentimiento
cristiano en un
mundo sin
prejuicios de
color, raza,
sexo, creencia o
condición
económica o
moral. Una
infancia en la
que todo era
saludable y
sencillo. Las
tardes regadas
por té, licores
y cafecito. Y
por testigos, en
la pared dos
pequeñas placas
con las
siguientes
frases: “Sé como
el sándalo, que
perfuma el hacha
que lo hiere” y
“Cristo es el
Maestro de esta
casa. Huésped
invisible en
cada comida.
Oyente
silencioso en
cada
conversación” (Peixotinho).
¿Qué es lo que
más le llama la
atención en la
literatura
espírita?
La doctrina
Espírita profesa
las leyes
universales de
Dios Padre, el
Creador de la
Creación. Acato
el proverbio
latino: “Ora et
Labora”, la
evidencia
racional de sus
aspectos
científico,
filosófico y
religioso. Creo
en los
mandamientos
enseñados y
vivenciados por
Jesús, el Guía y
Modelo. Y lleno
de gratitud por
la consoladora
frase de Chico
Xavier, de que:
“Aun cuando no
podamos volver
atrás, podemos
recomenzar ahora
en búsqueda de
un nuevo final".
Con beneplácito
somos ayudados
por nuestro
Espíritu
Guardián y por
los Mensajeros
del Mundo Mayor,
para el progreso
que nos lleva a
todos,
gradualmente, a
la perfección
espiritual.
Y los desafíos
que enfrenta la
Humanidad, ¿de
qué manera se ha
utilizado el
conocimiento
espírita en la
superación de
las dificultades
y adversidades?
Lo que aún
existe en esta
fase de la
humanidad son
los resquicios
finales de la
expiación por la
falta de perdón
entre nosotros.
Sin embargo, ya
estamos en
camino de
regeneración por
la práctica del
verbo Amar. De
una manera que
el resto de los
espíritus, ya
plenos de
conciencia de
los designios
eternos del
Padre, buscan el
rescate de las
deudas
contraídas; y de
los que están
reencarnando ya
instruidos de
valores sociales
y espirituales
con respecto a
sus semejantes
en la cadena de
la evolución
moral. El buen
conocimiento es
aquel que ampara
a nuestro libre
albedrío en el
“Orar y
vigilar”. Y de
las actitudes
cristianas en
una justa y
correcta
conjugación de
la palabra en
hechos, en todos
los niveles,
para volvernos
dignos de
Cristo.
Si algo pudiera
decirle al
movimiento
espírita,
¿cuáles serían
sus palabras?
El movimiento
espírita florece
cada vez más en
el cultivo de la
simiente del
Nuevo
Mandamiento
prescrito por
Jesús. Recogemos
el amparo y la
protección al
unirnos a la
Nueva Alianza
con el Divino
Hijo de Dios.
Gerenciando en
el medio
ambiente de la
Humanidad la
constatación de
que Cristo es,
de hecho, el
médium de Dios,
conforme su
bendita auto
revelación: “Yo
soy el Camino,
la Verdad, la
Vida y la Luz!
¡Nadie va hacia
el Padre si no
es por Mí!”
Sus palabras
finales.
A los hermanos
de la jornada,
de mi parte, un
humilde
recordatorio:
“Enseñar, pero
hacer; creer,
pero estudiar;
aconsejar, pero
ejemplificar;
reunir, pero
alimentar”. Pues
el bien que se
hace a los demás
termina
retornando. Si
no a usted ahora
en este mundo,
con certeza a
sus seres más
queridos.
Bendecidos sean
los designios de
la Providencia
Divina, justos y
misericordiosos
para con
nosotros, y
busquemos honrar
el primer
mandamiento de
Jesús que es el
de Amar a Dios,
“inteligencia
suprema, causa
primera de todas
las cosas”.
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