Antes de abordar
la cuestión
espiritual
conectada a la
condición de la
microcefalia,
hagamos algunas
consideraciones
generales
básicas para
poder introducir,
adecuadamente,
las
explicaciones
espíritas.
Concepto de
Microcefalia:
Microcefalia es
una condición
neurológica en
que la cabeza y
el cerebro del
niño son más
pequeños que los
de otros de la
misma edad y
sexo. El cerebro
no crece lo
suficiente
durante la
gestación o
después del
nacimiento.
Dependiendo de
la gravedad de
la malformación,
pueden surgir
complicaciones
como déficit
cognitivo grave,
presión visual,
auditivo y del
habla,
hiperactividad,
bajo peso y
estatura
(nanismo) y
convulsiones
(epilepsia).
La microcefalia
puede tener como
causa factores
genéticos y
ambientales.
Puede ser
congénita, es
decir, por
factores que
actuaron vía
placentária, porexposición
a substancias
nocivas en el
transcurrir del
embarazo o seradquirida los
primeros años de
vida por
diversos
factores. Sean
como sean los
factores,
sabemos que en
este bebé está
presente un
Espíritu que
vuelve al mundo
físico
necesitando de
amor y amparo,
independientemente
de los orígenes
espirituales del
problema.
La microcefalia
hereditária
puede ser
causada por
diversos síndromes
genéticos,
conocida como
microcefalia
verdadera, real
o primaria, para
manifestar el
trastorno, el
niño necesita
heredar una
copia del gen
defectuoso del
padre y otro de
la madre, que no
manifestaban la
enfermedad
(genes recesivos).
Como espíritas,
sabemos que los
genes estaban
contenidos en
células
reprodutoras,
pero fueron
atraídos por el
campo vibratorio
de las matrices
periespirituales
enfermas del
Espíritu
reencarnante.
Este está
volviendo al
mundo físico
para drenar al
cuerpo biológico
una desarmonia,
buscando a la
resolución de la
misma.
Existe, también,
la microcefalia
asociada a
causas
secundarias, que
determinan el
cierre prematuro
de las moleiras
(fontanelas) y
de las suturas
entre las placas
óseas del
cráneo, lo que
impide el
crecimiento
normal del
cerebro. Esta
condición se
denomina
craniosinestosis,
que puede
afectar al feto
dentro del
útero, o tras el
parto, cuando el
cerebro aún está
en acelerado
proceso de
formación. El
Espíritu
reencarnante
siempre modela,
inconscientemente,
el cuerpo físico
por el
periespíritu,
por lo tanto, la
anomalia deriva
de
desestructuración
energética del
cuerpo astral
que puede venir
de traumas
graves no bien
asimilados por
el psiquismo del
Espíritu o
actitudes que
generarán
lesiones en sí o
en otros y ahora
constituyen
campos
periespirituales
modeladores de
la forma en
desequilibrio.
Otras causas
secundarias de
la microcefalia
son: durante el
embarazo,
consumo de
tabaco, alcohol
y otras drogas o
de algunos
medicamentos,
enfermedades
infecciosas como
rubéola,
toxoplasmosis,
citomegalovírus,
herpes zoster,
entre otras. Hay
aún la
posibilidad de
adquirir la
microcefalia por
intoxicación por
mercúrio,
fenilcetonúria
materna no
controlada,
exposición a la
radiación,
desnutrición
materna,
malformación de
la placenta,
traumatismo
craneoencefálico
e hipóxia grave
(falta de
oxigenación en
los tejido y en
la
sangre).
Actualmente,
esta
malformación
está siendo más
comúnmente
resultado de la
infección por el
zika vírus,
transmitido por
el Aedes
aegypti, el
mosquito que
también
transmite el
dengue y la
fiebre
chikungunya.
El conocimiento
de la ciencia y
filosofía
espírita nos
permite saber
que sólo renace
en un organismo
en esas
condiciones y
presentará esa
malformación,
aquel Espíritu
que tiene
sintonía con la
anomalia, o sea,
es
magnéticamente
atraído por su
patrón
vibratório. No
hay acaso
biológico, ni
proceso
punitivo, hay la
Ley de causa y
efecto, buscando
el aprendizaje,
buscando la cura
o drenaje de la
dimensión astral
para la
dimensión
física. El
proceso
expiatório es un
mecanismo de
liberación del
problema. Sólo
reencarnará en
un organismo que
será lesionado
por infección,
droga y otros
factores, un
Espíritu que
tenga en su
cuerpo
espiritual
predisposiciones
para esta
lesión.
Bebé
microcéfalo: el
momento de la
reencarnación
Recordamos que,
si el óvulo,
generalmente, es
un solitário a
la búsqueda de
un compañero
ideal, los
pretendientes a
su posesión
definitiva y a
la unión
completa son
muchos
espermatozoides.
Exactamente
aquel óvulo, con
aquel conjunto
de genes, fue el
liberado en la
ovulación por la
influencia de
las energías del
Espíritu. En
el caso de
microcefalia
primaria o
verdadera,
el campo
magnético del
periespíritu
determina la
liberación de un
óvulo con el gen
del problema. El
Ser
reencarnante,
aún inconsciente
y la distancia,
ya estaba, por
los mentores
especializados,
unido a la
psicoesfera
materna, en
función de una
larga historia
del pasado...
Más de
doscientos
millones de
espermatozoides;
una población
igual a la de
muchos países
sumados se hacen
camino a la
búsqueda
desenfreada de
un sólo trofeo.
Consideran
algunos biólogos
que el más apto
vence la carrera
y fecunda el
óvulo. ¿Pero
cómo el más
apto? ¿Por qué,
a veces, un
espermatozoide
portador de las
más profundas
anomalias supera
a todos los
demás?
Estudiando la
ciencia
espírita,
encontramos la
respuesta
satisfatória
para este
aparente
“capricho del
acaso”.
Genes y
Magnetismo
Cada
espermatozoide
trae en su
interior los
cromosomas que
contienen los
genes para todas
las
características
físicas del
nuevo cuerpo a
ser formado. Los
genes, moléculas
de ADN, son
partículas de
altísima
complejidad.
Los
espermatozoides,
conforme los
genes que
transportan,
tienen una
vibración
energética
peculiar.
Conforme el
patrón genético
que llevan,
emiten una
frecuencia de
onda
correspondiente.
Decimos,
entonces, que
cada
espermatozoide
posee una aura
energética
peculiar al
conjunto de
genes que carga.
En el caso que
estudiamos, hay
entre esos
espermatozoides
los que cargan genes
causadores de
síndromes
genéticos donde
la microcefalia
se manifestará.
El óvulo, como
toda célula
viva, posee un
campo de fluido
vital a su
alrededor. Este
fluido vital, o
energía vital,
es el campo de
fuerza que atrae
las energías de
la entidad
reencarnante.
Este Espíritu o
entidad
reencarnante se
conecta o se
prende al óvulo,
pasando,
entonces, a
irradiar sus
vibraciones,
cada vez más
intensamente, en
dirección al
fluido vital del
óvulo. El óvulo,
al irradiar las
vibraciones del
Espíritu, pasa a
atraer,
automáticamente,
por sintonía de
ondas, a aquel
espermatozoide
que contiene los
genes que
sintoniza, o
sea, que él
necesita y
expresa su
realidad
periespiritual,
los genes de la
microcefalia que
necesita para su
reequilíbrio y
desarrollo
espiritual.
Conforme el
carma de la
entidad
espiritual,
expresado por
sus matrices
periespirituales
y reflejadas en
el óvulo, son
atraídos los
genes que
sintonizam con
el mensaje o
código,
transmitido
inconscientemente
por las unidades
energéticas del
periespíritu, y
recibidas por
las moléculas de
ADN (ácido
desoxirribonucleico)
del
espermatozoide
correspondiente.
Son casi 300
millones de
opciones
diferentes para
un nuevo
organismo
biológico,
opciones
presentadas por
los
espermatozoides,
razón de por qué,
somos todos tan
especiales,
diferentes unos
de los otros.
Este aparente
desperdício de
espermatozoides
es la sabia ley
de la naturaleza
suministrando
múltiples
opciones para
que la justicia
divina, dando
oportunidad a la
evolución, se
cumpla a través
de las leyes
biológicas.
Herencia Cármica
Inconscientemente,
he ahí que el
Espíritu
reencarnante,
que sembró
libremente en
las vidas
pasadas (y grabó
los registros de
esta siembra en
su
periespíritu),
ahora impregna
el óvulo materno
por las
vibraciones de
sus méritos y
deméritos.
El gameta
masculino,
adecuado a sus
necesidades
cármicas, por
sintonía
magnética, es
rápidamente como
que “empujado”
para el óvulo y
ocurre la
fecundación o
concepción. No
es, pues, el
“acaso
biológico” que
determina que un
espermatozoide
fecunde el
óvulo, sino la
ley del retorno,
de la cosecha
obligatoria, ley
de acción y
reacción,
siempre buscando
la cura
espiritual.
El
espermatozoide
más apto, por lo
tanto, es aquel
que mejor
sintoniza con
las vibraciones
de la entidad
reencarnante,
previamente
imantada al
óvulo. Sin
embargo, hasta
este momento, no
hubo la
reencarnación
propiamente
dicha. La unión
del espíritu
reencarnante
directamente con
la materia,
conectado a las
moléculas
físicas, se da
en el instante
en que ocurre el
gran choque
biológico: el
espermatozoide
penetra en el
interior del
óvulo.
En el momento de
la fecundación,
millones de
átomos y
moléculas de las
dos células
entran en
ferviente
actividad. Esa
gran actividad,
verdadera
explosión de
fenómenos,
ocurre en una
maravillosa
orquesta regida
por la sabiduría
universal. En el
instante de la
concepción, las
moléculas del
cuerpo
espiritual
(periespíritu)
del reencarnante
entran, por así
decir, en la
intimidad de la
célula-huevo. Se
inicia ahora, en
este instante,
la reencarnación
propiamente
dicha, en
términos
físicos.
Cuando el
espermatozoide
fecunda el
óvulo, ocurre
como que una
gran “explosión”
de reacciones
entre los
componentes de
estas células
reproductoras y
la interacción
entre los dos
campos áuricos
es que propician
la apertura
energética para
la fijación de
los fluidos
periespirituales
a las moléculas
orgánicas. Fue
necesario un
momento
energético
específico para
que la otra
dimensión
interpenetrase
la materia.
Microcefalia y
aborto provocado
mentalmente por
la madre
Nuestro Espíritu
irradia ondas
mentales que se
expresan como
ondas
ultracortas,
cortas, medias,
y largas
conforme el tipo
de pensamiento
que emitimos. Ya
es sobradamente
conocido el
inmenso
potencial
energético que
nosotros, seres
humanos,
poseemos. Además
de eso, cada uno
de nosotros
posee un
magnetismo
propio y mayor o
más pequeña
capacidad de
irradiar e
influenciar
magnéticamente a
su alrededor.
La influencia de
la fuerza del
pensamiento es
ejercida sobre
las energías a
nuestro
alrededor, sobre
las plantas,
animales y sobre
otras personas,
en especial,
embriones y
fetos. Fetos
diagnosticados
como microcéfalos pueden
estar más
sujetos a las
energías del
padre y de la
madre, por el
susto de la
información.
La más fácil
evidencia de la
fuerza mental
sobre la materia
puede ser
observada con
experiencias con
el agua.
Chevalier y
Hardy, dos
eminentes
investigadores
franceses,
utilizaron un
aparato llamado
“goteador
psicocinético”
que comprobó, en
laboratorio, la
acción mental
sobre las
moléculas del
agua. Se trata
de un aparato
donde una fuente
gotea sobre una
cuchilla,
dividiendo la
gota de tal
forma que los
dos
compartimentos
abajo se llenan
de agua en
tiempos
rigurosamente
iguales. Por lo
tanto, un
aparato de
precisión
física.
Se verificó que
“sensitivos” o
“sujets” - para
utilizar el
lenguaje de los
eminentes
investigadores -
al concentrarse
mentalmente
desviaban la
gota, haciendo
que el
compartimento a
la derecha o a
la izquierda
conforme era
solicitado,
creciera más en
volumen de agua.
Esa experiencia
fue muy
estudiada,
también, por el
psicobiofísico
brasileiro,
Prof. Henrique
Rodrigues,
también
conferenciante
espírita.
El potencial
psicocinético,
que es capaz de
mover objetos
próximos o a
distancia por la
fuerza de
nuestros
pensamientos,
actúa también
sobre las
energías sútiles
que unen el
embrión a la
textura
energética del
psiquismo fetal,
en otras
palabras, que
unen el Espíritu
al cuerpo en
formación.
Las acciones
mentales de una
gestante también
poseen
propiedades
psicocinéticas y
pueden tener
profunda
repercusión
sobre las
conexiones
energéticas del
Espíritu
reencarnante con
su embrión. El
embrión por ser
constituido en
gran medida por
agua, por estar
buceando en una
bolsa de agua,
es fácilmente
alcanzado por
las energías
mentales de la
madre, que
continuamente lo
envuelven. La
molécula de agua
es una gran
conductora de
energía mental.
Hay madres que,
al recibir la
noticia de estar
albergando en su
nido uterino unhijo
microcéfalo,
pueden ser
tomadas de
pánico, pavor,
desesperación y
hasta rechazar
fuertemente el
hecho de estar
embarazadas. Sea
por las
circunstancias
dolorosas que
motivaron el
embarazo, sea
por la
dificultad de
relación con el
esposo sin
preparar e
inmaduro que
rechaza la gestación
de un
microcéfalo,
o aún por la
situación de
penúria
económica en que
se sitúan,
entreven una
agravación de la
situación
inesperada en
que se
encuentran.
Sobre todo, la
ausencia del
conocimiento
espiritual, o
sea, desconocer
que el hijo
microcéfalo es
alguien que ella
tiene conexión
secular,
y ahora estarían
padre y madre
teniendo la
oportunidad de
amar, rescatando
vínculos
anteriores
finalmente, la
falta de
conocimiento
espírita puede
llevarla a
rechazar la
gestación.
Sea cuál sea el
motivo, desde
los más
complejos y
respetables
hasta de más
simple vanidad,
el hecho es que,
la situación
puede existir,
con relativa
frecuencia. Las
experiencias de
regresión de
memoria
efectuadas en
las “Terapias de
Vivencias
Pasadas” – TRVP,
o por otros
mecanismos,
tienen en los
dato valiosos
subsídios en el
estudio de la
influencia
mental de la
gestante sobre
el feto.
Además de
abortos, la
postura
monoideísta
(idea fija)
materna puede
determinar
repercusiones
psicológicas
diversas sobre
el ser en vías
de renacimiento.
Sentimiento de
abandono y
carencia
afectiva son
comunes en
niños, jóvenes y
hasta en adultos
que sufrieron
este tipo de
influencia
materna.
Muchos
renacimientos
tienen origen en
la necesidad de
armonización de
desafectos
pasados. La
oportunidad del
vínculo
familiar, y del
velo del olvido
del pasado es un
recurso que los
amigos
espirituales
utilizan para la
reaproximación
de las
criaturas.
El intercambio
energético
materno-fetal
será cada vez
más valorado por
la ciencia
médica que
(exceptuando
algunos raros
profesionales)
no cree que un
“Ser” en
formación, sin
cerebro
desarrollado,
tenga capacidad
de registrar las
emociones
maternas. Sea en
un microcéfalo o anencéfalo,
los registros
son efectuados
en las
estructuras
espirituales,
por lo tanto,
impresos en el
inconsciente.
Queda aquí la
recomendación de
envolver al feto
con sentimientos
de amor,
protección,
confianza y
acogimiento,
pues son ondas
cortas y
ultracortas que
envolverían al
feto amenizando
las dificultades
naturales de una
reencarnación en
organismo
microcéfalo.
Sólo el
conocimiento de
la existencia
del Espíritu
abrirá las
puertas para la
comprensión de
un problema de
tal magnitud.
Trabajemos...
Microcefalia y
Asistencia
Espiritual en la
Gestación
Todos los
estudiosos de la
doctrina
espírita tienen
conocimiento, a
través de
incontables
obras
psicografiadas,
de la existencia
del “Ministerio
de la
Reencarnación”
en las colonias
espirituales
conectadas a la
esfera
terrestre.
Equipos
especializados
en el retorno al
mundo físico
estudian,
intensamente, y
trabajan,
buscando
propiciar la
situación más
adecuada a las
necesidades
evolutivas de
los hermanos que
necesitan volver
al planeta.
Al contrario de
lo que se piensa,
no son los
mentores
espirituales que
determinan los
defectos físicos
o anomalias
congénitas de un
feto. NO ES
CORRECTO
imaginar que
Seres de Luz,
Amor y Sabiduría
determinen:
“usted va a
renacer con
microcefalia”,
pero observan
que la ley
Universal de
Causa y Efecto
es inexorable.
El “modus
vivendi” del
Espíritu, los
traumas que
sufrió, o hechos
vividos en el
pasado generaron
campos de fuerza,
circuitos
vibratorios, en
su cuerpo
espiritual, y
esos, sí, es que
determinan,
ahora, campos
modeladores en
las matrices
periespirituales.
Los mentores
especializados,
profundos
conocedores de
la dinámica de
las energías,
saben que son
inexorable la
consecuencia y
pueden informar,
al Espíritu o
aún a sus seres
amados, de la
anomalia
orgánica que
surgirá en su
nuevo cuerpo
físico, sea por
vía congénita o
genética. Un
Espíritu que
renace con
microcefalia
está aún con
dolorosas marcas
en su cuerpo
astral que
necesitan ser
drenadas,
expiadas para un
cuerpo físico,
buscando su
cura. Hay
también, raras
situaciones, de
Espíritus
superiores que
se ofrecieron
para renacer
así, con
objetivos de
auxiliar a los
envueltos y
también
adquieran una
gran experiencia
en este área.
Son excepciones,
pero existen.
Las obras
psicografiadas
por Francisco
Cândido Xavier
describen con
detalles esa
asistencia.
Entre otras
obras,
citaríamos el
libro
“Misioneros de
la Luz”, obra
que detalla la
reencarnación
del Espíritu de
Segismundo,
mostrando la
participación de
los dos planes
en el proceso.
Una vez habiendo
sido escogidos
los padres, por
el criterio
considerado más
adecuado a la
situación
evolutiva del
Espíritu, y el
merecimento de
los padres, se
inicia una
laboriosa
asistencia
espiritual a las
personas más
envueltas en la
reencarnación.
Habitualmente:
padre, madre e
hijo. Nadie
tiene un hijo microcéfalo por
mera casualidad,
por azar del
destino. Son
historias
seculares o
hasta milenarias
que unen los
envueltos en
reencuentros
constructivos y
necesarios para
el desarrollo
espiritual y
superación de
antiguas
dificultades.
El trabajo de
asistencia
espiritual, a
veces, necesita
extenderse a
otros miembros
de la familia,
cuya
interferencia en
la gestación se
hacía de forma
negativa cómo,
por ejemplo,
mecanismo de
presión
induciendo al
aborto, u otras
formas de
interferencia
que
perjudicarían la
planificación
superior. A
través de la
sensibilidad
espiritual de
las criaturas,
como
sensibilidad
paranormal o
mediúmnica, los
mentores
espirituales
buscarán
constantemente
intuir para que
sean tomadas las
decisiones más
equilibradas y
saludables, las
cuales
reflejarán en el
ser que se
prepara para
volver a la
convivencia de
los encarnados. En
el caso del
microcéfalo, un
ser que necesita
mucho de cariño
y amparo en
todos los
niveles.
Cuando la
resistencia de
los asistidos
(padre y madre
principalmente)
es muy fuerte,
en el sentido de
acatar las ideas
que le son
sugeridas, la
espiritualidad
pasa a buscar
formas
indirectas para
llevar el
mensaje
armonizador. Son
enviadas
sugerencias
mentales a
parientes,
vecinos o
profesionales,
que podrán
influir
constructivamente
en el proceso de
la aceptación
del hijo
microcéfalo, o
amparo, con
relación a esta
entidad
reencarnante.
Durante el sueño,
habitualmente,
sucede el
desdoblamiento o
proyección
astral de los
encarnados. En
esta oportunidad,
son
suministradas
aclaraciones o
informaciones
preciosas a los
padres.
Comúnmente, es
hecha la
presentación del
Espíritu
reencarnante a
los futuros
padres y, si
existe un
desafecto
importante por
parte de alguno
de ellos, con
relación al
futuro hijo,
pasa a ser
ejecutado un
intenso trabajo
de adoctrinación
buscando
amenizar las
dificultades
mutuas. La
proyección
astral
consciente e
inconsciente de
los padres tiene
un papel de
relieve en este
trabajo de
amparo amoroso
de los mentores
espirituales.
La asistencia
recibida por la
constelación
familiar ocurre
antes aún de la
fecundación, ya
en las fases de
aproximación de
la entidad. En
los hogares
donde reina el
equilibrio
psíquico, en el
amparo de los
Espíritus
Superiores, es
posible
preservarse la
intimidad de la
pareja en el
momento íntimo
que determinará
y fecundará. (Este
artículo será
concluído en la
próxima edición.)