Lo que es
realmente
necesario para
seguir los pasos
del Maestro
“No habrá en
nuestra
humanidad,
ejemplo mayor a
ser seguido que
la vida de
nuestro Maestro
Jesús. Estudiar
el Evangelio es
sumergirse en lo
que hay de más
profundo sobre
la conducta
moral. Seguir
los pasos que el
Maestro recorrió
en la Tierra es
entender el
Reino de Dios
(…) Y el
Evangelio de
nuestro maestro
Jesús es la más
importante
referencia para
que podamos
seguir nuestra
marcha con buen
ánimo, con
entendimiento de
las pruebas que
pasamos y, lo
más importante,
teniendo el amor
como mayor
conquista para
nuestro
Espíritu.” (Renato
Vernaschi Lima,
nuestro
entrevistado en
la presente
edición.)
En la
confirmación del
pensamiento de
Francisco de
Asís, debemos
observar la vida
de Jesús,
buscando el
modelo e
internalizándolo.
Jesús, de hecho,
era maestro, y
como maestro sus
discípulos
venían después
de él imitando
su ejemplo.
Otra observación
de Francisco
viene de la
pobreza de
Jesús. Francisco
nunca condenó la
riqueza;
solamente
consideraba la
riqueza un óbice
a la realización
espiritual,
debido a la
satisfacción de
los apetitos
sensuales y del
interés, que
coloca en primer
lugar su propia
voluntad. Pero,
sin
sensacionalismo,
los pobres de
espíritu son
aquellos que no
juzgan o se
realizan en su
interés; los
pobres de
espíritu no
tienen apego
ninguno a sus
bienes y
transforman su
riqueza en
beneficio de los
pobres, a través
de asistencia y
de la generación
de dignos
puestos de
trabajo.
“Además de ser
el más
evolucionado
Espíritu que
estuvo en
nuestro Planeta,
Jesús también
fue el mayor
educador que ya
tuvimos. Sus
palabras tienen,
al mismo tiempo,
la profundidad
de quien conocía
todos los
misterios del
universo, bien
como la
simplicidad de
quien explicaba
a los que
poseían poca
comprensión.”
(Renato
Vernaschi Lima)
Al contrario de
muchos
conferenciantes
y escritores
ampulosos y
vanidosos, Jesús
quería ser
entendido,
entonces su
discurso era
simple y sin
ningún
ornamento. Él
se valía de
parábolas que
todos podían
entender. Cuando
dijo que usaba
el recurso de
las parábolas
porque el
entendimiento de
quien lo oía era
escaso y ellos
mal entendían el
significado de
su palabra, él
estaba
refiriéndose a
los que tenían
orgullo y no
simplicidad.
“Es obvio que
nunca consigamos
unanimidad en
las cosas que
hacemos en esta
vida. Ni es ésta
mi pretensión,
hasta porque
existen
percepciones
diferentes,
culturas
diversas o,
simplemente, por
una cuestión muy
particular de
gustos propios
de cada uno.”
(Renato
Vernaschi Lima)
Buscar la
unanimidad
acerca de
nuestro
pensamiento es
casi demencia,
si no fuese sólo
manifestación de
vanidad. ¿Cómo
querer realizar
algo que ni
Jesús logró
alcanzar?
De hecho, la
legión de
enemigos del
Maestro nunca
estuvo tan
unida. Ellos se
reúnen para
crear
estrategias para
luchar en contra
el Cristianismo
por dentro,
identificando
las flaquezas de
los cristianos y
atrayendo los
menos
vigilantes, para
levarlos al
desanimo y a la
deserción. Pero
la defensa en
contra eso es
conocida:
vigilancia,
oración y
caridad.
“De esta manera,
creo que podamos
llevar los
importantes
conocimientos de
nuestra
Doctrina, de las
más diversas
maneras posibles
y para los más
diferentes
públicos. Éste
tal vez sea uno
de los mayores
desafíos de los
conferenciantes
y divulgadores
de la Doctrina
de Kardec:
llevar
conceptos,
conocimiento e
ideas que
lleguen
verdaderamente a
los corazones.”
(Renato
Vernaschi Lima)
Cariño, buen
sentido, cuidado
y deseo ardiente
de ser simple,
de ser
comprendido por
las masas. Ésa
es la
disposición de
servir como
intérprete de
los mensajeros
de Jesús,
teniendo, sin
embargo, la
humildad de
reconocer que el
meollo del
mensaje que nos
llega no
pertenece a
nosotros, pero
los responsables
por la
disertación.
Nuestros son
solamente los
ornamentos
desnecesarios…
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