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Año 11 - N° 516 - 14 de Mayo de 2017
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 
 

Lo que es realmente necesario para seguir los pasos del Maestro
 

“No habrá en nuestra humanidad, ejemplo mayor a ser seguido que la vida de nuestro Maestro Jesús. Estudiar el Evangelio es sumergirse en lo que hay de más profundo sobre la conducta moral. Seguir los pasos que el Maestro recorrió en la Tierra es entender el Reino de Dios (…) Y el Evangelio de nuestro maestro Jesús es la más importante referencia para que podamos seguir nuestra marcha con buen ánimo, con entendimiento de las pruebas que pasamos y, lo más importante, teniendo el amor como mayor conquista para nuestro Espíritu.”    (Renato Vernaschi Lima, nuestro entrevistado en la presente edición.)

En la confirmación del pensamiento de Francisco de Asís, debemos observar la vida de Jesús, buscando el modelo e internalizándolo. Jesús, de hecho, era maestro, y como maestro sus discípulos venían después de él imitando su ejemplo.

Otra observación de Francisco viene de la pobreza de Jesús. Francisco nunca condenó la riqueza; solamente consideraba la riqueza un óbice a la realización espiritual, debido a la satisfacción de los apetitos sensuales y del interés, que coloca en primer lugar su propia voluntad. Pero, sin sensacionalismo, los pobres de espíritu son aquellos que no juzgan o se realizan en su interés; los pobres de espíritu no tienen apego ninguno a sus bienes y transforman su riqueza en beneficio de los pobres, a través de asistencia y de la generación de dignos puestos de trabajo.

“Además de ser el más evolucionado Espíritu que estuvo en nuestro Planeta, Jesús también fue el mayor educador que ya tuvimos. Sus palabras tienen, al mismo tiempo, la profundidad de quien conocía todos los misterios del universo, bien como la simplicidad de quien explicaba a los que poseían poca comprensión.” (Renato Vernaschi Lima)

Al contrario de muchos conferenciantes y escritores ampulosos y vanidosos, Jesús quería ser entendido, entonces su discurso era simple y sin ningún ornamento. Él  se valía de parábolas que todos podían entender. Cuando dijo que usaba el recurso de las parábolas porque el entendimiento de quien lo oía era escaso y ellos mal entendían el significado de su palabra, él estaba refiriéndose a los  que tenían orgullo y no simplicidad.

“Es obvio que nunca consigamos unanimidad en las cosas que hacemos en esta vida. Ni es ésta mi pretensión, hasta porque existen percepciones diferentes, culturas diversas o, simplemente, por una cuestión muy particular de gustos propios de cada uno.” (Renato Vernaschi Lima)

Buscar la unanimidad acerca de nuestro pensamiento es casi demencia, si no fuese sólo manifestación de vanidad. ¿Cómo querer realizar algo que ni Jesús logró alcanzar?     

De hecho, la legión de enemigos del Maestro nunca estuvo tan unida. Ellos se reúnen para crear estrategias para luchar en contra el Cristianismo por dentro, identificando las flaquezas de los cristianos y atrayendo los menos vigilantes, para levarlos al desanimo y a la deserción. Pero la defensa en contra eso es conocida: vigilancia, oración y caridad.

“De esta manera, creo que podamos llevar los importantes conocimientos de nuestra Doctrina, de las más diversas maneras posibles y para los más diferentes públicos. Éste tal vez sea uno de los mayores desafíos de los conferenciantes y divulgadores de la Doctrina de Kardec: llevar conceptos, conocimiento e ideas que lleguen verdaderamente a los corazones.” (Renato Vernaschi Lima)

Cariño, buen sentido, cuidado y deseo ardiente de ser simple, de ser comprendido por las masas. Ésa es la disposición de servir como intérprete de los mensajeros de Jesús, teniendo, sin embargo, la humildad de reconocer que el meollo del mensaje que nos llega no pertenece a nosotros, pero los responsables por la disertación. Nuestros son solamente los ornamentos desnecesarios…



 


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