Pluralidad de
los mundos habitados
Presentamos en esta edición
el tema
nº
64
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones para debate
1. ¿Existen en el Universo
muchos planetas habitados
como en la Tierra?
2. ¿Las emigraciones e
inmigraciones de Espíritus
pueden ocurrir en que
situaciones?
3. ¿Los ascendientes de la
etnia blanca existen en la
Tierra, de donde vinieron?
4. ¿Qué significa la
expresión raza adámica?
5. ¿En que época, según la
Génesis y el Espiritismo
vivió Adán?
Texto para la lectura
Las emigraciones de
Espíritus pueden darse entre
los diversos mundos
1. Uno de los principios
fundamentales del
Espiritismo es el de la
pluralidad de los mundos
habitados. En la obra de la
creación divina, entre los
mundos destinados a la
encarnación de Espíritus en
estado de prueba o
expiatorio, se encuentra la
Tierra, una de las
innumerables habitaciones
del ser humano.
Evidentemente, existen
muchos otros mundos que
abrigan humanidades
semejantes a la nuestra, no
siendo el hombre terrenal el
único ser corpóreo dotado de
inteligencia, racionalidad y
sentido moral en el inmenso
Universo.
2. Creado simple e
ignorante, dotado de
libertad y libre albedrío,
inclinado tanto para el bien
como para el mal, falible
por tanto, el espíritu se
sujeta a encarnar y
reencarnar, experimentando
multiples existencias
corporales en la Tierra o en
otros planetas, tantas
cuantas fueran necesarias
para ultimar su depuración y
su progreso. Ese proceso
admirable se realiza a
través de las emigraciones e
inmigraciones de espíritus,
o sea, de la alternancia
sucesiva y múltiple de las
existencias humanas en los
dos planos de la vida: el
corpóreo y ele espiritual.
Todo Espíritu encarnado,
cuando vive su cuerpo, está
fijado en el mundo en el que
encarnó.
3. Desencarnado, el pasa a
la condición de Espíritu
errante, que es exactamente
el individuo que aun
necesita reencarnar para
depurarse y progresar. En el
estado de erraticidad el
espíritu continua para
pertenecer al mundo donde
tiene que encarnar, más, no
estando el sujeto por el
cuerpo, es más libre y puede
hasta incluso visitar otros
mundos, con la finalidad de
instruirse.
4. Las emigraciones e
inmigraciones de Espíritus
pueden ocurrir también entre
mundos diferentes, esto es,
los espíritus pueden emigrar
de unos para otros planetas.
Unos emigran por la fuerza
del progreso realizado, que
los habilita para ingresar
en un mundo más adelantado,
lo que es un premio para
ellos; otros, al contrario,
son desterrados del mundo al
que pertenecen, por no haber
acompañado el progreso moral
alcanzado por la humanidad
de ese mundo. El exilio que
les es impuesto constituye
un verdadero castigo, que la
ley de justicia impone a
los recalcitrantes del mal,
esclavizados al orgullo y al
egoísmo.
La raza adámica tuvo su
origen en la inmigración de
Espíritus
5. Las enseñanzas espiritas
aquí resumidas nos enseñan a
comprender y a mejor
explicar las diversidad de
razas humanas y, sobretodo,
la existencia en la Tierra
de una etnia considerada
intelectualmente superior,
si es comparada a las otras
aquí existentes de las
cuales algunas manifiestan
aun notoria inferioridad. La
etnia blanca existente en la
Tierra, llamada otrora “raza
blanca”
(1),
fue constituida,
inicialmente, por Espíritus
emigrados de un planeta
perteneciente al sistema de
Capela, una estrella
millares de veces mayor que
el Sol.
6. Habiendo el mencionado
planeta alcanzado un estado
de progreso condimente con
el de un mundo regenerado y
más feliz, más permaneciendo
en el una legión de
Espíritus aun recalcitrantes
en el orgullo y en otros
serios defectos morales,
tuvieron ellos que ser
desterrados y, por causa de
eso, muchos acabaron siendo
encaminados para el planeta
Tierra, donde fueron
recibidos por Jesús.
7. En nuestro mundo, siendo
mucho más adelantados que
los habitantes
pertenecientes a los pueblos
autóctonos o indígenas,
sobretodo en lo tocante a la
inteligencia, vinieron a
impulsar el progreso de
aquellos, mezclándose ellos
y expandiéndose su cultura
por todos los cantos de la
Tierra. Los hombres que
resultaron de la
reencarnación de los
exiliados de Capela en
nuestro mundo formaron la
llamada raza adámica, que
dio origen a los pueblos más
evolucionados de nuestro
planeta: loa arianos o
indio-europeos, los egipcios,
los israelitas y los
indianos.
8. La historia de los
exiliados de Capela nos
permite comprender mejor las
narrativas bíblicas acerca
de Adán y Eva y su expulsión
del Paraíso. La leyenda del
paraíso perdido se funda, en
verdad, en el destierro de
aquella legión de Espíritus
del planeta capelino que, si
es comparado con la Tierra,
podría compararse a un
paraíso.
9. Emmanuel, en su libro A
Caminos de la Luz, nos da
informaciones valiosas a
respecto de la llamada raza
adámica, asunto que fue
tratado igualmente por
Kardec en La Génesis. En
esta obra, el Codificador,
después de eludir la
cuestión de las emigraciones
e inmigraciones colectivas
de Espíritus de un mundo
para otro, hace clara
referencia a la raza adámica
en el Cáp. Ítem 38: “De
acuerdo con la enseñanza de
los Espíritus, fue una de
esas grandes inmigraciones,
o si lo quieren, una de
esas Colonias de
Espíritus, venida de
otras esferas. Lo que dio
origen a la raza
simbolizada en la persona de
Adán y, por esa razón misma,
llamada raza adámica.
Cuando llegó ella aquí, la
tierra ya estaba poblada
desde tiempos inmemoriales,
como América, cuando
llegaron los europeos.
Adán y Eva vivieron en la
Tierra en el periodo
neolítico
10. Más adelantada de lo que
las que habían precedido a
este planeta, la raza
adámica fue, en efecto, la
más inteligente y la que
empujó al progreso a todas
las otras. La Génesis
nos lo muestra, desde sus
orígenes industriosos, aptos
para las artes y para las
ciencias, lo que muestra
que ella no pasó en la
Tierra por la infancia
espiritual, diferentemente
de lo que ocurrió con los
demás pueblos que habitaban,
entonces, el planeta.
11. Todo lleva a creer que
la llamada raza adámica no
es antigua en la Tierra y
nada se opone a que sea
considerada como habitando
este globo desde hace apenas
algunos millares de años,
lo que no estaría en
contradicción con los hechos
geológicos, ni con las
observaciones
antropológicas, antes
tendería a confirmarlas.
Caín y Abel tenían
habilidades desconocidas de
los hombres primitivos, como
el uso de la tierra para el
plantío y el pastoreo. Caín
conocía también el arte de
la construcción de casas y
ciudades, una conquista del
periodo neolítico, porque
antes de el los hombres de
la Tierra vivían en
cavernas.
12. Se llama periodo
neolítico al periodo de la
época holocena en que los
vestigios culturales del
hombre prehistórico se
caracterizaban por la
presencia de artefactos de
piedra pulida (aun no era
utilizado el bronce9 y por
el aparecimiento de la
agricultura. La época
holocena, iniciada hace
cerca de 12.000 años, es
aquella en que las galeras
se restringieron a las
regiones polares y
acarrearon el
desenvolvimiento y la
expansión de la civilización
humana.
13. El Espiritismo nos
enseña que la especie humana
no comenzó por un único
hombre y que aquel a quien
llamamos Adán no fue el
primer ni el único en
poblar la Tierra. Kardec
indago a los espíritus
Superiores: ¿En que edad
vivió Adán? Ellos le
respondieron: “Más o menos
en la que señaláis: cerca de
4000 años antes de Cristo”
(L.E., ítem 51). De hecho,
la narrativa contenida en el
Cáp. 4 de la Génesis
nos lleva al mismo
entendimiento, porque
solamente en el periodo
neolítico – entre los años
5.000 a C. y 2500 a.C. – es
que surgió en la tierra el
pastoreo, seguido del
cultivo de la tierra, y el
hombre pasó de cazador a
pastor, lo que prueba que la
fecha indicada por los
Espíritus al respecto de la
época en que vivió Adán es
perfectamente compatible
con los registros
históricos. Como la
población de la Tierra se
inició en épocas bien más
atrasadas, es evidente que
no descendemos de los padres
de Abel y Caín, más si de
otros ancestrales que
habrían vivido mucho antes.
(1)
Diversos autores, siguiendo
criterios de distinta
clasificación, propusieron
diferentes clasificaciones
de la humanidad en términos
raciales. La más básica y
difundida es la de las tres
grandes subdivisiones:
caucasóide (raza “blanca”),
negroide (raza “negra”) y
mongoloide (raza “amarilla”).
Como concepto antropológico,
esa clasificación sufrió
numerosas y fuertes
críticas, pues la diversidad
genética, de la humanidad
parece presentarse en un
continuo, y no con una
distribución en grupos
aislado, y las explicaciones
que recorren la noción de la
raza no responden
satisfactoriamente a las
cuestiones colocadas por las
variaciones culturales. Es,
pues, solamente por la falta
de un término más adecuado
por lo que colocamos en el
texto expuesto el vocablo “raza”,
cierto de que existe una
única raza en el mundo en
que vivimos: la raza humana.
Respuestas a las cuestiones
propuestas
1. ¿Existen en el Universo
muchos planetas habitados
como en la Tierra?
R: Si. Según el Espiritismo,
existen muchos otros mundos
que abrigan humanidades
semejantes a la nuestra, no
siendo el hombre terrenal el
único ser corpóreo dotado de
inteligencia, racionalidad y
sentido moral en el inmenso
Universo.
2. ¿Las emigraciones e
inmigraciones de Espíritus
pueden ocurrir en que
situaciones?
R: Hay Espíritus que emigran
por la fuerza del progreso
realizado, que los habilita
para ingresar en un mundo
más adelantado, lo que es un
premio para ellos; otros, al
contrario, son desterrados
del mundo al que pertenecen,
por no haber acompañado al
progreso moral alcanzado por
la humanidad de ese mundo.
El exilio que les es
impuesto constituye,
entonces, un verdadero
castigo, que la ley de
justicia impone a los
recalcitrantes en el mal,
esclavizados por el orgullo
y el egoísmo.
3. ¿Los ascendientes de la
etnia blanca existen en la
Tierra, de donde vinieron?
R: Ella fue constituida,
inicialmente, por espíritus
emigrantes de un planeta
perteneciente al sistema de
Capela, una estrella
millares de veces mayor que
el Sol.
4. ¿Qué significa la
expresión raza adámica?
R: De acuerdo con las
enseñanza de los Espíritus,
fue una de esas grandes
inmigraciones de Espíritus,
venidos de otra esfera, lo
que dio origen a la raza
simbolizada en la persona de
Adán y, por esa razón misma,
llamada raza adámica.
Cuando llego aquí ella, la
Tierra ya estaba poblada
desde tiempos inmemoriales,
como América, cuando
llegaron los europeos. Más
adelantada que los pueblos
que la habían precedido en
este planeta, la raza
adámica fue, con efecto, la
más inteligente y la que
empujo al progreso a todas
las otras. La Génesis nos la
muestra desde sus orígenes
industriosos, aptos para las
artes y para las ciencias,
lo que muestra que ella no
pasó en la Tierra por la
infancia espiritual,
diferentemente de lo que
ocurrió con los demás
pueblos que habitaban,
entonces, el planeta.
5. ¿En que época, según la
Génesis y el Espiritismo
vivió Adán?
R: Según las enseñanzas
espiritas, Adán vivió cerca
de 4.000 años antes de
Cristo, un dato que es
compatible con la narrativa
contenida en el Cáp. 4 de la
Génesis porque solamente en
el periodo neolítico – entre
los años 5.000 a C. y 2500
a.C. – es que surgió en la
tierra el pastoreo, seguido
del cultivo de la tierra, y
el hombre pasó de cazador a
pastor, lo que prueba que la
fecha indicada por los
Espíritus al respecto de la
época en que vivió Adán es
perfectamente compatible
con los registros
históricos.
Bibliografia:
El Libro de
los Espíritus,
de Allan Kardec, ítems 50 y
53.
La Génesis,
de Allan Kardec, ítems 37,
38, 39, y 56.