Encarnaciones en los
diferentes mundos
Presentamos en esta edición
el tema
nº
86
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Qué es lo que determina
la encarnación de un
Espíritu en este o en aquel
planeta?
2. Según la Doctrina
Espirita, ¿a qué categoría
pertenece el planeta Tierra?
3. ¿Las condiciones de vida
en las esferas superiores a
la Tierra son diferentes de
las nuestras?
4. ¿Que razones habría para
que un Espíritu reencarne en
un mundo inferior a aquel en
que vivió en su ultima
existencia corpórea?
5. ¿La forma humana puede
ser también encontrada en
los mundos superiores a la
Tierra?
Texto para la
lectura
Los Espíritus no están
indefinidamente presos a un
mundo
1. La encarnación en los
diferentes mundos obedece a
un criterio de progreso
moral. Cuando, en
determinado planeta, los
Espíritus han realizado la
suma de progreso que el
estado de ese planeta
comporta, ellos lo dejan
para encarnar en otro más
adelantado, donde podrán
adquirir nuevos
conocimientos.
2. Los Espíritus que
encarnan en un mundo no se
encuentran, por tanto,
presos a él indefinidamente.
Cada mundo es para ellos lo
que la escuela representa
para el niño, que cambia de
clase a medida que progresa
en sus estudios.
3. Los Espíritus elevados
son destinados a reencarnar
en planetas más bien dotados
que el nuestro. La escala
grandiosa de los mundos
presenta numerosos grados,
dispuestos para la ascensión
progresiva de los Espíritus,
que los deben trasponer cada
uno a su vez.
4. Hablando al respecto de
las numerosas moradas
existentes en el Universo
infinito, Jesús afirmó: “En
la casa de mi Padre hay
muchas moradas. Si así no
fuera, yo os lo habría
dicho. Pues voy a prepararos
el lugar”.
La Tierra pertenece a la
categoría de los mundos de
expiación y pruebas
5. Según la Doctrina
Espirita, los planetas
pueden dividirse en cinco
categorías principales:
·
Mundos primitivos, donde se
verifican las primeras
encarnaciones del alma
humana.
·
Mundos de expiación y
pruebas, en que el mal
predomina.
·
Mundos regeneradores, donde
las almas que aun tienen que
expiar adquieren nuevas
fuerzas, reposando de las
fatigas de la lucha.
·
Mundos felices, donde el
bien supera el mal.
·
Mundos celestes o divinos,
morada de los Espíritus
purificados, donde el bien
reina sin mezcla.
6. La Tierra – asevera Allan
Kardec – pertenece a la
categoría de los mundos de
expiación y de pruebas, y es
por eso que en ella el
hombre esta expuesto a
tantas miserias. “No
obstante – enseña San
Agustín – no son todos los
Espíritus encarnados en la
Tierra que se encuentran en
expiación. Las razas que
llamáis salvajes se
constituye de Espíritus
apenas salidos de la
infancia, y que están, por
así decir, educándose y
desarrollándose al contacto
con Espíritus mas
avanzados.” (El Evangelio
según el Espiritismo,
cap. III, ítem 14.)
7. En las esferas superiores
a la Tierra el imperio de la
materia es menor. Allí se
desconocen las guerras,
careciendo de objeto los
odios y las discordias,
porque nadie – debido al
estado de adelantamiento de
la sociedad allí encarnada –
piensa en causar daño a su
semejante.
8. El hombre que vive en
esos mundos ya no se
arrastra penosamente bajo la
acción de una pesada
atmósfera. El se mueve de un
lugar para otro con mucha
facilidad. Las necesidades
corpóreas son casi nulas y
los trabajos rudos
desconocidos. Más larga que
la nuestra, la existencia
allí se basa en el estudio,
en la participación de las
obras de una civilización
perfeccionada, que tienen
por base la más pura moral,
el respeto a los derechos de
todos, la amistad y la
fraternidad.
La forma humana es común
también a los mundos
superiores
9. La intuición que sus
habitantes tienen del
futuro, la seguridad que les
da una conciencia vacía de
remordimientos, hacen que la
muerte ninguna aprehensión
les cause, y ellos la
encaran de frente, sin
temor, con simple
transformación necesaria al
proceso evolutivo.
10. Ningún pensamiento
oculto, ningún sentimiento
de envidia ha ingresado en
esas almas delicadas. El
amor, la confianza, la
sinceridad presiden las
reuniones en que todos
recogen las instrucciones de
los mensajeros divinos y
donde se acepta las tareas
que pueden contribuir para
elevarlos aun más.
11. La encarnación de un
Espíritu en un mundo
inferior a aquel en que
vivió en su última
existencia corpórea puede
ocurrir dos casos:
·
Como misión, con el objetivo
de auxiliar el progreso, en
caso de que acepte alegre
las tribulaciones de tal
existencia, por proporcionar
medio de adelantarse.
·
Como expiación, porque hay
casos en que los Espíritus
deben recomenzar, en el
medio conveniente a su
naturaleza, las existencias
mal empleadas.
12. En los mundos superiores
a la Tierra la forma
corpórea es siempre la
humana, todavía mucho mas
bella, perfeccionada y sobre
todo purificada. El cuerpo
físico nada tiene de
materialidad terrestre y,
por eso, no está sujeto a
las necesidades, las
dolencias y los deterioros
que la predominancia de la
materia provoca.
Respuestas a
las cuestiones propuestas
1. ¿Que es lo que determina
la encarnación de un
Espíritu en ese o en aquel
planeta?
R.: La encarnación en los
diferentes mundos obedece a
un criterio de progreso
moral. Cuando en determinado
planeta, los Espíritus han
realizado la suma de
progreso que el estado de
ese planeta comporta, ellos
lo dejan para encarnar en
otro más adelantado, donde
podrán adquirir nuevos
conocimientos.
2. Según la Doctrina
Espirita,¿ a que categoría
pertenece el planeta Tierra?
R.: La Tierra pertenece a la
categoría de los mundos de
expiación y de pruebas, y es
por eso que en ella el
hombre esta expuesto a
tantas miserias.
3. ¿Las condiciones de vida
en las esferas superiores a
la Tierra son diferentes de
las nuestras?
R.: Si. En las esferas
superiores el imperio de la
materia es menor. Ali se
desconocen las guerras,
careciendo de objetos los
odios y las discordias,
porque nadie – debido al
estado de adelantamiento de
la sociedad allí encarnada –
piensa en causar daño a su
semejante.
4. ¿Que razones habría para
que un Espíritu reencarne en
un mundo inferior a aquel en
que vivió en su última
existencia corpórea?
R.: La encarnación de un
Espíritu en un mundo
inferior a aquel en que
vivió en su ultima
existencia corpórea puede
ocurrir como misión, con el
objetivo de auxiliar el
progreso, caso en que acepta
alegre las tribulaciones de
tal existencia, por poderle
proporcionar medio de
adelantar, o como expiación,
porque hay casos en que los
Espíritus deben recomenzar.
5.¿La forma humana puede ser
también encontrada en los
mundos superiores a la
Tierra?
R.: Sí. En los mundos
superiores a la Tierra la
forma corpórea es siempre la
humana, sin embargo más
bella, perfeccionada y sobre
todo purificada.
Bibliografía:
El Libro dos
Espíritus,
de Allan
Kardec, questões 178 e 182.
El Evangelio
según el Espiritismo,
de Allan
Kardec, capítulo III, ítems
2 a 18.
A Gênese,
de Allan Kardec, ítem 28.
El Evangelio
según João,
14:1-3.
Depois da
Morte,
de Léon Denis,
pp. 221 e 224.