José Antonio
Castilho:
“Cualquier cosa en
este mundo puede ser
mejorada”
Experiencia de un
auténtico divulgador
comenta el valor de
las iniciativas en
pro del libro
espírita
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Natural de la ciudad
de Rolandia (PR),
Paulo Fernando de
Oliveira (foto),
tomó posesión el
día 1º de junio
último como
presidente del
Centro Espírita
Nuestro Hogar, de
Londrinas, es
nuestro entrevistado
de la semana.
Espírita hace 21
años, fue por cuatro
años director del
Departamento de
Infancia y Juventud
de la misma Casa
espírita y, además
de la presidencia de
“Nuestro Hogar”,
dirige el Grupo
Mediúmnico Amigos de
la Paz, que integra
los numerosos grupos
en actividad en la
institución.
En la presente
entrevista, él habla
sobre su iniciación
en el Espiritismo y
sus planes al
|
frente del Centro
Espírita más antiguo
de la ciudad, que
completó 75 años de
actividades en enero
último. |
José Antonio
Castilho (foto),
nuestro entrevistado
de la semana, nació
en Ubarana (SP), en
la época comarca de
José Bonifácio (SP),
y reside hace muchos
años en San Carlos (SP),
donde siempre estuvo
implicado con la
divulgación del
libro espírita,
especialmente con la
trayectoria del
boletín Divulgador
del Libro Espírita.
Espírita desde el
inicio de la década
de los 60, en
Paranavaí (PR), es
autor de tres
libros, dos
espíritas – “La
Literatura Espírita
– su Estudio, su
Divulgación” y “Es
Mejor Coger Flores”
– y uno de época
sobre la familia
Castilho: “Historias
de los Castilhos del
Interior Paulista”,
además del libreto
“A los que Aman los
Suicidas”.
La presente
entrevista es motivo
de mucho júbilo y
gratitud, porque
todos nosotros que
lo conocemos y con
él convivimos
aprendemos mucho con
su perseverancia, su
coherencia, su
coraje y su alto
sentido de decisión
y discernimiento.
El Consolador: ¿Cómo
surgió el equipo del
Divulgador del Libro
Espírita? ¿Y cuáles
eran los objetivos?
En septiembre de
1982, durante a 5a.
Feria del Libro
Espírita, en la
Sociedad Espírita
Obreros del Bien, en
San Carlos, con
otros participantes.
Con el paso de los
años fue aumentando
el equipo. El
objetivo siempre fue
valorar el libro,
llevarlo a la plaza
pública, en el caso
de la Feria del
Libro Espírita, o de
casa en casa, en el
caso del Club del
Libro Espírita
El Consolador: ¿Qué
memorias marcadoras
le gustaría relatar
a los lectores sobre
esa experiencia?
Imposible destacar
uno entre centenares
de hechos. Sin
embargo, el
desprendimiento, la
dedicación, el
coraje y el no
protagonismo
marcaron siempre la
actuación del grupo.
En el inicio éramos
cinco: Ailton
Baleeiro (de
Sertãozinho), José
Carlos Ângelo Cintra
(San Carlos), yo,
Aldo (Ribeirão Preto)
y Gilbertinho
(Frutal). Pero es
preciso recordar el
papel de Arceu
(Araras), el
principal
incentivador de la
Feria del Libro.
Algunas personas
iban hasta Araras,
en la sede del ID, a
buscar libros para
hacer la feria.
Arceu decía que
podían coger los
libros que
quisieran. No exigía
ninguna firma en
papel ninguno. El
sujeto llevaba el
libro en absoluta
confianza. Araras
fue la principal
sede de la reunión
del Divulgador del
Libro. Tras la
reunión íbamos a
almorzar en la “sala
de los locos”, el
refectorio del
Hospital Antonio
Luiz Sayão. Arceu
cuenta que una vez
fue a divulgar
libros en un
sanatorio de otra
ciudad. El osado que
hacía funcionar el
ascensor no quería
dejarlos salir de
allá...
El Consolador:
Viendo hoy esos
esfuerzos del
pasado, ¿qué
resultados serían
numerados?
¡La primera
investigación
realizada apuntó un
total de 40 Ferias
del Libro Espírita,
de ahí a seis meses
ya alcanzábamos 500
ferias! Hoy es una
realidad nacional,
en una expansión
extraordinaria del
trabajo. La Feria se
hizo un punto de
encuentro de los
espíritas locales,
en un trabajo alegre
y desinteresado.
El Consolador:
¿Ustedes tenían idea
de que eso podía
tener un alcance
nacional?
No. Comenzamos en la
base del vamos
adelante, sin nada
de términos
concebido. En la
primera reunión de
cierre del boletín
Divulgador del Libro
Espírita, no
habíamos preparado
nada. Fue en la casa
de Aldo, en Ribeirão
Preto. Mientras el
personal quedó
reunido allá,
Gilberto y yo
preparamos el primer
boletín de la Feria
del Libro, que
enseñaba a hacer una
Feria.
El Consolador: Al
comienzo ustedes aun
estaban construyendo
el formato ideal,
¿no?
Sí. La mejoría del
tamaño y del visual
de las barracas fue
hecha por
Sertãozinho.
Copiamos. Nosotros
creábamos una cosa,
Ailton otra. Cintra
comenzó a llamar a
un orador para hacer
la apertura. Y así
por delante.
El Consolador: ¿En
qué lugares fue
hecha la
divulgación?
En el interior de
San Paulo, en muchas
ciudades, desde las
de esta región hasta
Presidente Prudente
y Regente Feijó, en
el oeste del estado.
Y más Pozos de
Caldas, Ipatinga
(MG), Cambé,
Paranavaí (PR). Hice
una reunión en
Puerto Viejo, el
Amélio hizo en
Macapá, hice otra en
Itabuna (BA). Era
sólo para hacer una
palestra, pero acabé
haciendo otra en un
centro y otra en
Victoria de la
Conquista. El Zé, de
Jequié, tenía
viniendo en una
reunión. Él estaba
usando una camiseta
que decía:
“Suicidio, un error
irreparable”. Dije a
él: “Zé, no hay
ningún error
irreparable”. Estoy
siempre atento a los
detalles.
El Consolador: ¿Cuál
es el hecho más
curioso observado en
una Feria del libro?
Recibí a una mujer
que quería un libro
para adelgazar. Yo
dije: “No tengo.
Pero tiene para
quitar cosas peores
– la rabia, el
odio”. Ella cogió y
llevó el Evangelio.
Tuve una Feria donde
acepté a una
evangélica para
vender libros. Y
ella vendió. Era
inteligente, bien
relacionada. ¿Por
qué ella fue vender?
Ua, porque quise.
Por qué ella quiso,
no sé.
El Consolador: De la
experiencia vivida,
¿qué sugerencia
puede ser dada para
el perfeccionamiento
del trabajo de
divulgación
espírita?
Atención constante,
no despreciando
nunca las ideas de
quien quiera que
sea.
El Consolador:
¿Podemos considerar
el Club del Libro
Espírita una
iniciativa
victoriosa para la
expansión del
pensamiento
espírita? ¿Por qué?
Sí. La Feria es una
fiesta en la plaza.
Une las personas con
alegría y deja el
libro a la gana. Son
Carlos vende 5 mil
libros, sin embargo
la atención es
dividida entre mil
libros. No hay una
centralización de
ventas. El CLE de
Son Carlos coloca
1.900 libros de un
único título. Agota
ediciones pequeñas.
ES imbatible en ese
aspecto.
El Consolador: ¿Y la
Feria del Libro
Espírita, el perfil
puede ser mejorado?
¿Cómo?
Cualquier cosa en
este mundo puede ser
mejorado. Es preciso
creatividad y coraje
para que no quede
estacionada.
El Consolador:
¿Conoce algún buen
caso de cambio de
comportamiento
causado por un libro
espírita?
El equipo del
Divulgador del Libro
tenía un
participante
venezolano, Alípio
Gonzales. Él contó
que en Caracas
(Venezuela) alguien
tiró un Evangelio a
la basura. Y quien
lo halló estaba para
suicidarse.
El Consolador: De
sus memorias en la
vivencia con la
literatura espírita,
¿qué más le marca el
corazón? ¿Que
autores, obras y
memorias le saltan a
la memoria en este
momento delante de
la pregunta?
León Denis, Ernesto
Bozzano, Yvonne
Pereira, además,
naturalmente, de
Kardec. Prefiero la
literatura de
encarnados. La
mediúmnica exige fe.
Considero nefasto el
inglesismo.
El Consolador:
Comente sobre los
clásicos del
Espiritismo.
En nuestra primera
Feria no teníamos un
buen criterio para
seleccionar libros
por asuntos.
Incumbirme de la
tarea de ir
mejorando esa
cuestión. Los
clásicos eran
separados por
autores. Ahí los
agrupé como debía,
en “clásicos”.
Modestia a la parte,
mejoré mucha cosa en
la FLE, junto con el
Ailton Baleeiro, de
Sertãozinho, y el
Cintra, de Son
Carlos. Difícil
destacar autores.
Allá va. Denis con
su filosofía suave,
su belleza, su
educación. Destaco
“El Problema del
Ser, del Destino y
del Dolor”. Bozzano
y su increíble
capacidad de
investigación.
“¿Animismo o
Espiritismo?” es el
resumo de todos los
otros. Nuestra
Yvonne Pereira con
sus obras-primas
“Atravesando lo
Invisible” y
“Recuerdos de la
Mediumnidad”. “En el
País de las
Sombras”, de
Elizabeth
D'Esperance. ¡ Dios
mío! ¡Es la nata!
El Consolador: ¿Qué
autores considera
importantísimo y
pocos buenos?
Todos los clásicos.
Denis, Bozzano,
Aksakof, William
Crookes. Hay un
libro editado por el
Clarim llamado “Los
Muertos Viven”. Es
la historia de un
alemán que fue la
una isla
desenmascarar a una
médium. Le Gustó
tanto ella que acabó
casándose. Este
libro, por ejemplo,
no fue reeditado
más.
El Consolador: En su
opinión, ¿cuál es el
mejor método para
popularizar aun más
la obra de la
Codificación
Espírita, o sea,
hacerlas más
conocidas?
Desconozco los
modernismos, pero sé
que la Feria y el
Club están por
delante.
El Consolador: ¿Qué
recomendaciones hace
al lector espírita?
Que no sólo lea. Que
fije toda la
atención en el texto
que está leyendo.
Leer es poco. Tiene
que prestar atención
y fijar lo que está
leyendo.
Cualquier libro, no
sólo el espírita.
El Consolador: ¿Qué
otra sugerencia le
gustaría añadir a
ese orden de ideas?
La Atención
Fraterna.
¿Si una persona
llega al Centro
Espírita y alguien
le propone aplicar
un pase u oírlo
durante una hora,
qué piensa usted?
Obtuve mías mejores
conquistas oyendo
mucho y hablando
poco. No creo en el
pase para
principiantes. Ellos
no saben nada del
asunto.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Una cosa es poco
hablada: el trabajo.
¡Insuperable! La
conferencia creativa
y bien divertida
hace prodigios. No
cambio a Kardec por
ningún otro, en lo
que se refiere al
coraje y al
discernimiento.
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