Francisco Aranda
Gabilan:
“Conocer
y predicar la
Doctrina requiere
gran
responsabilidad”
Es preciso actuar
con buena fe en las
relaciones
negociables y no
practicar cualquier
acto que pueda
manchar la
conciencia o violar
los principios
espíritas calcados
en la moral
irreprensible de
Jesús
|
Francisco Gabilan (foto)
nació en la capital
de San Pablo y
reside en Santana de
Parnaíba, en la gran
San Pablo. Espírita
de nacimiento,
abogado hace 40
años, se vinculó
durante 32 años a la
conocida Federación
Espírita del Estado
de San Pablo y
actualmente se
vincula a la Casa
Jesús, Amor y
Caridad, de la que
es actualmente
vicepresidente.
Ponente bastante
solicitado y autor
de varios libros,
trae su experiencia
de vida a los
lectores, en una
entrevista muy rica.
El Consolador:
¿Cuántos libros ha
publicado usted?
|
Tengo 4 libros ya
editados y uno en la
imprenta: “Entre el
Pecado y la
Evolución”, “Macho,
Hembra etc...”,
“Curso Para
Expositores en la
Sociedad Espírita”
(en co-autoría) y
“¿Es Posible Prever
el Futuro? La
Doctrina Espírita
Responde”; en la
imprenta, uno
abordando los
disturbios de la
sexualidad, aún sin
título definido. |
El Consolador: ¿Cómo
se hizo espírita?
Desde la infancia
frecuento la Casa
Espírita. La primera
de la que me acuerdo
queda en el barrio
de Vila Esperanza,
Penha, donde mamá
actuaba como médium
de incorporación.
Más tarde, conviví
con centenares de
pacientes tratados y
curados en nuestra
residencia, pues
mamá se reveló
médium de cura,
asistida por un
equipo médico
espiritual. Ya a
finales de la
adolescencia comencé
a frecuentar la
Federación Espírita
del Estado de San
Pablo, en su sede
antigua, una casa en
la Calle María
Paula, donde fue
erguida la actual
sede. Y por allá
quedé decenas de
años.
El Consolador: ¿La
experiencia de
escribir y hablar en
nombre del
Espiritismo le trae
qué visión de la
vida?
Conseguí tener una
visión y una postura
ética en las
relaciones humanas,
crear hijos dentro
del mismo patrón
moral, y quedar
consciente de mi
responsabilidad en
atender a los
desvalidos del
mundo, creando y
trabajando en varias
obras sociales, bajo
la bandera de la
fraternidad. Está
claro que el
conocimiento de los
postulados espíritas
y el acto de
predicar la Doctrina
envuelven un sentido
de responsabilidad
muy grande, pero que
conforta y
ennoblece.
El Consolador: Su
libro versando sobre
el conocimiento del
futuro, lanzado
recientemente, se
basa en La Génesis.
Hable algo sobre él.
De hecho, la Teoría
de la Presciencia es
un importante
capítulo del libro
La Génesis, de
Kardec, que concluye
amplios y profundos
aspectos científicos
de la Doctrina y que
vino al público once
años después de
El Libro de los
Espíritus,
verdadero depósito
de las tesis más
tarde ampliadas por
los obras
subsecuentes; por lo
tanto, La Génesis
vino a alumbrar
cuando había ya
sólidos sedimentos
de los postulados
científicos que
envuelven el
Espiritismo. De
tanto dar aula y
hacer cursos
específicos sobre La
Génesis, acabé
escribiendo algunos
folletos, tales como
a Teoría de los
Fluidos, La Prueba
de la Existencia de
Dios, y, de entre
ellas, esa sobre las
predicciones,
premoniciones,
presentimientos,
previsiones y
profecías,
comprobando que, en
la mayoría de las
veces, lo que
llamamos ‘futuro’
nada más es un
‘presente’ que aún
no conocemos, pero
que existe y, por lo
tanto, es
descubierto y
apreciable, no como
milagro o magia,
sino como hechos
concretos analizados
a la luz de la
lógica y de la
razón.
El Consolador: ¿Y el
libro sobre
sexualidad a ser
lanzado brevemente,
de qué trata
específicamente?
Ese libro también
nació de casi veinte
años de
conferencias,
simposios y debates
sobre el asunto
incluyendo la
sexualidad y sus
disturbios.
Pretendí, con la
obra, deshacer un
equívoco muy común
entre las personas,
incluyendo
espíritas, de que
cualquier
comportamiento fuera
de los llamados
‘patrones de
normalidad’ es
apuntado como
manifestación
homosexual. Con
datos precisos
cogidos a lo largo
de años y con los
fundamentos lanzados
por los Espíritus,
clasificamos los
hechos en ese campo
en varios grupos,
siendo que el menor
de ellos es
efectivamente
homosexual. Y, más
que eso: invité a
todos a respetar las
tendencias sexuales
de las criaturas,
como seres
inmortales que somos
todos y, por eso,
predestinados a la
evolución constante
e irreversible.
El Consolador: ¿Cómo
es el desafío de
conciliar la
profesión con el
conocimiento
espírita?
Ese aspecto de la
vida es literalmente
complicado, pero,
con bastante bagaje
a lo ancho de la
vida espírita y de
la profesión,
conseguí conciliar
una y otro, y
consigo hoy pasar
para los más jóvenes
(además de alumnos,
aclaro que también
tengo dos hijas
abogadas y la esposa
académica de
Derecho) esa
postura, que
sintetizo: actúo en
la vida profesional
no cediendo a
maniobras
dispensadas,
informando a los
clientes la
necesidad de actuar
con buena fe en las
relaciones de
negocios, y,
finalmente, no
practicando
cualquier acto que
pueda manchar mi
conciencia. Muchas
fueron las
oportunidades de
obtener grande
recursos, en la más
de las veces
exigiendo ceder a
los principios de
moralidad, pero los
principios espíritas
calcados en la moral
irreprensible de
Jesús me llamaron a
la razón y no me
permitieron ceder.
Ni por eso me
faltaron recursos
honestamente ganados
para ir tocando
la vida.
El Consolador: ¿En
su vivencia
espírita, cuáles
fueron los hechos
más importantes?
Fueron cuatro. La
primera, aún joven,
fue participar de
una sesión de
ectoplasmia, de
aparición tangible,
que comúnmente se
llama
materialización,
viendo y
experimentando la
aparición de cuatro
Espíritus con
ocurrencias en el
desarrollar de la
sesión que dejaron
extasiados a todos.
La segunda, cuando
formé nueve alumnos
en mi primer curso
de oratoria casi 20
años atrás, de entre
más de 50 inscritos,
siendo responsable
por más divulgadores
de la Doctrina que
hasta hoy están ahí
dando conferencias y
dando aulas; lloré
bastante, de
alegría.
La tercera, cuando
hice una conferencia
sobre los disturbios
de la sexualidad,
entonces denominada
‘Sexo y
Reencarnación”, en
Son Lourenço (MG),
con las reseñas a
que me referí
anteriormente sobre
la exacta
conceptuación y
comportamiento de
las criaturas
tachadas de
inmorales. Al
término de la
conferencia fui
buscado por una
pareja ya madura que
se hacía acompañar
de dos jóvenes bien
circunspectos, uno
de ellos su hijo, el
otro su amigo
inseparable. Los
padres me dijeron
emocionados: “Hoy,
por sus
esclarecimientos,
comprendemos a
nuestro hijo y a su
amigo y decidimos
darles el debido
respeto, amparo y
amor, pues son
Espíritus con
quienes estamos
comprometidos y que
no nos cabe juzgar,
sino amparar”. ¡El
llanto fue general,
está claro!
La cuarta
experiencia: cuando
participé en la
creación, el año
pasado, de la
Asociación
Jurídico-Espírita
del Estado de San
Pablo, siendo en
ella elegido
coordinador del
Consejo
Deliberativo, la
cual cada día se
agranda y gana
cuerpo en la
predicación de una
postura ética en la
vivencia del
operador del
Derecho, sean
abogados, sean
jueces, sean
fiscales de
justicia, sean
delegados, sean
procuradores,
secretarios,
académicos y tantos
otros.
El Consolador: ¿Cuál
es su visión sobre
los temas polémicos
que han llamado la
atención de la
sociedad y también
del movimiento
espírita?
El Espiritismo, como
ya quedó
absolutamente claro
con las enseñanzas
de Kardec, acompaña
la evolución de los
seres y de sus
emprendimientos en
todos los ramos de
la actividad y del
conocimiento humano.
Exactamente por eso
no se omite y encara
de frente todos los
asuntos que tanto
incomodan a la
sociedad y que, en
un pasado no muy
distante, era
prohibido tratar con
apertura lógica y
racional, verdaderos
tabúes. Hoy los
divulgadores
espíritas –
venciendo barreras
incluso dentro de
algunas Casas
Espíritas --,
inspirados por los
Espíritus de alta
moral y elevación
intelectual, tratan
con eficacia de
asuntos como la
Eutanasia, el
Aborto, las Drogas,
el Sexo y sus
distonías, la
Donación de Órganos
y los Trasplantes,
la Violencia entre
los humanos y contra
los animales, además
de algunos más. Y,
lo que es mejor:
convincentemente,
buscando y aclarando
las causas y
analizando los
efectos, enfocando
soluciones que no
enreden más a los
seres en desvíos que
más tarde tengan que
expiar.
El Consolador: ¿Cuál
de los aspectos de
la Doctrina Espírita
le cautivan más el
sentimiento y el
razonamiento?
La lógica y la razón
que son reunidas en
cualquier aspecto –
y en todos – los
aspectos de la
Doctrina: filosofía
(saber), científico
(conocer) y
religioso
(moral/ético).
El Consolador: ¿Hay
algo que a usted le
gustaría añadir?
Apreciaría que los
Espíritas
continuaran
realizando la tarea
mediúmnica de
consuelo y de cura a
los desvalidos, a
los desheredados del
mundo, encarnados y
desencarnados, pero
que no se excusasen
de estudiar cada vez
más, profundizándose
en los conceptos de
los cuales la
Codificación
Kardecista abrió las
puertas y que la
Espiritualidad
desarrolló en
beneficio del
progreso humano.
Sigamos todos dos
recomendaciones
espacialísimas
otorgadas por el
Espíritu de Verdad:
¡Amaos e Instruiros!
Que el Creador
amplíe aún más la
luz de todas las
Criaturas, hoy y
siempre.
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