inmortalidad, la
santísima
trinidad, la
virginidad de
María y la
mediumnidad. |
El Consolador:
¿Desde cuando y en
qué actividades
actúa en el Centro
Espírita?
Desde 1981, cuando
inicié la frecuencia
al Centro Espírita
Tereza de Jesús, en
San José (SC), luego
vinculándome a la
actividades de
estudio doctrinario
(ESDE) y de juventud
espírita, además de
proferir mi primera
conferencia en 1983,
a los trece años de
edad.
El Consolador:
¿Cuáles son las
características que
procura imprimir en
sus exposiciones
doctrinarias?
La actuación del
expositor debe
distanciarse, al
máximo, de la
condición de “dueño
de la verdad” o de
“único y mayor
especialista de la
materia”. No estamos
en púlpitos o
cátedras para
“enseñar” a los
otros lo que ellos
desconocen. Por el
contrario.
Escojo, muchas
veces, asuntos
tenidos cómo
polémico, pero que
necesitan del
adecuado contexto
conforme los
principios y
nociones espíritas.
Acostumbro a decir
que toda y cualquier
materia tiene
condición de ser
analizada bajo el
prisma espírita, no
en el sentido de que
“el Espiritismo
tenga todas las
respuestas para las
dudas humanas”, sino
como indicativo para
que el individuo, en
el desarrollar de
sus potencialidades,
encuentre su camino,
por la vía del
razonamiento lógico,
de la interpretación
conforme sus
vivencias y
aprendizaje.
El Consolador: Con
su larga experiencia
en diversas
entidades espíritas,
¿hay alguna vivencia
que le gustaría
relatarnos?
Las mejores
experiencias que
tuve en el pasado –
trabajo como
educador espírita
durante más de dos
décadas, con
adolescentes y
jóvenes – fueron
gratificantes en el
sentido de
suministrar a ellos
los fundamentos
lógico-racionales
de la doctrina
espírita, sin
imposiciones, sin
dogmas, sin verdades
pre-establecidas.
Vivimos un momento
importante, desde
mediados de la
década de los 80,
cuando el mundo
vivía la paulatina
apertura, la
democratización de
las sociedades, la
quiebra de tabúes y
la posibilidad de
debates responsables
sobre cuestiones
hasta entonces
encaradas como
imposibles de ser
abordadas con
madurez, equilibrio
y buen sentido, como
aquellas que afectan
a las relaciones
humanas y a la
sexualidad. Después,
vino el empeño de
los espíritas en los
movimientos
sociales, ya a
finales de la década
de los 90 y por toda
la primera década de
este siglo, con la
maduración de los
ideales de
participación de los
espíritas y sus
instituciones en la
definición de las
políticas públicas y
en el debate serio,
en el campo de las
ideologías, sobre
asuntos de interés
colectivo, en las
áreas de la salud,
educación,
asistencia y
promoción social,
política y derechos
humanos.
Somos muy felices
por haber
participado de estos
momentos y, de
cierto modo, hayamos
colaborado con
iniciativas que hoy
brillan. En el
presente, aunque no
esté más vinculado a
actividades con
adolescentes y
jóvenes (educación
espírita)
acompañamos con
cierta aprensión la
reducción de estos
movimientos y la
(prácticamente)
evasión de los
jóvenes que han
buscado movimientos
más “liberales”,
fuera del escenario
“taciturno” y
“circunspecto” de
los centros
espíritas, que, aún
hoy, dan poco
espacio para los
potenciales
creativos y
dinámicos de la
juventud, alejando a
estos seres de la
convivencia con las
actividades
espíritas,
infelizmente. En el
campo de la
comunicación, debo
relatar la riqueza
de experiencias en
la edición de un
periódico espírita
impreso, la Revista
Espírita ARMONÍA,
que se inició en
junio de 1987 y que,
por lo tanto, está
completando 23 años
de existencia,
siendo el periódico
más antiguo en
circulación
permanente en el
Estado de Santa
Catarina.
El Consolador:
Háblenos de su
motivación para
haberse envuelto en
la divulgación
espírita
Motivación completa,
total y larga
duración. Entiendo
que la divulgación
espírita se agiganta
cuando es convertida
en comunicación
social espírita,
permitiendo la
interacción, por
medio de diferentes
medios y espacios,
con personas y
colectividades. En
la comunicación no
hay el intento
proselitista de
atraer adeptos o
convencer a los
otros acerca de
“nuestras verdades”,
sino el espacio
importante para la
interacción, el
aprendizaje
recíproco, la
perspectiva del
crecimiento
individual a partir
del análisis de las
ideas, argumentos y
vivencias externas
por nuestro
interlocutor.
El Consolador: ¿Qué
es, cuáles son los
objetivos y la forma
de actuación de la
ABRADE?
La ABRADE no es una
entidad que congrega
individuos (personas
físicas) cómo
asociado, como es el
modelo tradicional
de las instituciones
espíritas. Engloba
instituciones, es
decir, personas
jurídicas, en la
forma de
asociaciones de
divulgadores
(municipales,
regionales o
estatales), llamadas
ADEs, y entidades
congéneres, que
hayan dentro del rol
de sus objetivos y
actividades las
prerrogativas de
divulgar y/o
comunicar el
Espiritismo. Pero,
en la ejecución de
sus acciones
cotidianas, se vale,
sí, de personas,
colaboradores que se
encuentran en los
más diferentes
Estados brasileños,
la gran mayoría
vinculados a las
entidades afiliadas
a la ABRADE, pero,
también, personas
que no guardan
ninguna relación con
las ADEs o
congéneres. Los
referidos compañeros
se vinculan a
proyectos que la
ABRADE desarrolla,
siempre en el
sentido de dar
amplia publicidad y
propiciar el acceso
de todos los
interesados a las
iniciativas y
actividades
capitaneadas por
nuestra Asociación.
La principal
herramienta para
referidos proyectos
y acciones es
internet, sea por
medio de la página (www.abrade.con.br)
– que llamamos
“Portal de la
Comunicación Social
Espírita”, como por
las incontables
listas de discusión
y diseminación de la
información que la
ABRADE mantiene en
las plataformas de
Grupos (www.grupos.con.br)
y Yahoo (www.yahoogrupos.con.br),
actualmente en
número de quince,
conforme la
naturaleza, objetivo
y alcance de las
mismas.
El Consolador: ¿Cómo
surgió la ABRADE y
cómo ella está
estructurada?
La ABRADE es una
asociación civil,
espírita, de
carácter cultural,
sin fines
lucrativos. Guarda
afinidad de
propósitos con la
antigua Asociación
Brasileña de
Periodistas y
Escritores Espíritas
(ABRAJEE), fundada
en 1976, y que
congregó hasta el
final de la década
de los 80
incontables
periodistas y
escritores
espíritas,
destacándose los
añorados Deolindo
Amorim y José
Herculano Pires,
entre muchos otros
exponentes. Tenemos
como misión
"promover y
perfeccionar la
comunicación
social espírita,
haciendo inter-obrar
las ideas espíritas
en la sociedad de
forma ética,
fraterna y
compañera,
contribuyendo para
la transformación
moral de la
humanidad, la
promoción de la
felicidad del ser
humano y el
equilibrio de la
naturaleza". Su
estructura es enjuta
y moderna,
adoptando, en vez
del modelo
presidencialista
centralizador, una
concepción de
Colegiado, con cinco
miembros efectivos,
de los cuales tres
tienen funciones
ejecutivas (asesoría
administrativa,
asesoría financiera
y
coordinación del
colegiado), siendo
sus decisiones
tomadas por mayoría
simple, de modo
horizontal. Además
de eso, existe un
órgano superior, de
carácter orientador
y deliberativo,
cognominado Consejo
Nacional de
Divulgadores del
Espiritismo (CNDE),
que congrega los
representantes de
cada una de las
afiliadas y que
disciplina
directrices y
orientaciones
generales, así como
homologa las
actividades
desarrolladas por el
Colegiado.
El Consolador: ¿Cómo
la ABRADE puede
auxiliar las
instituciones
espíritas en su
cualificación para
mejor ejecutar la
comunicación social
espírita?
En el más amplio
espectro posible,
una vez que nuestra
entidad congrega
compañeros que son
especialistas en
diferentes medios y
actividades volcadas
a la comunicación
social espírita. Sin
embargo, la ABRADE
sólo puede actuar
cuando efectivamente
sea solicitada,
cabiendo al
interesado
contactarnos
exponiendo sus
necesidades y
objetivos y/o
problemas y
dificultades, para
que podamos
colocarlo en
contacto directo con
uno de nuestros
colaboradores-especialistas,
para que los
resultados positivos
y efectivos puedan
ser alcanzados en el
menor lapso de
tiempo posible.
El Consolador: ¿Cómo
evalúa el interés
creciente por la
temática espírita,
en especial en el
cine y en la
televisión?
Como una derivación
natural del proceso
evolutivo de las
conciencias
individuales y del
conjunto de seres
que ahora estacionan
en el Plano
Terrestre. La (re)
encarnación de
criaturas más
comprometidas con
ideales espirituales
y con planos
específicos
de reajustamiento y
construcción
espiritual en el
planeta
dirigiéndolas a la
búsqueda de
informaciones más
precisas sobre la
vida
espiritual, ya que,
estando bajo la
condición física,
las nociones
espirituales de las
existencias
sucesivas no se
encuentran en el
consciente del ser.
Como el interés es
la motor propulsor
o, en el decir de
Kardec, el móvil de
las acciones
humanas, es natural
que las industrias
cinematográfica y de
entretenimiento
(televisión y otros
medios) produzcan
material que hay en
el mercado y
consumidores
interesados y ávidos
por las “novedades”.
Pero un número
significativo de las
personas que buscan
por las
informaciones
espirituales –
atraídos, en gran
medida, por las
películas y novelas
espiritualistas o
con relatos de
hechos o temas
genuinamente
espíritas –
permanece interesado
y acaban
vinculándose a
actividades e
instituciones
espíritas, haciendo
progresar estudios y
enseñanzas en este
diapasón. Cabe a los
dirigentes espíritas
aprovechar el
“momento” en que la
Doctrina Espírita es
divulgada (aunque,
bajo el aspecto
técnico o formal, se
perciban, aquí y
allí, algunas,
digamos,
“impropriedades”
doctrinarias), para
explicar la dinámica
de las Leyes
Espirituales, los
fundamentos y
principios de la
Doctrina Espírita y,
principalmente,
a través de eventos
específicos
(sugerimos,
principalmente, la
exhibición por medio
de DVD de las
películas o
capítulos de novelas
y el consecuente
debate con
estudiosos pre-seleccionados,
con la recomendada
participación del
público
en la forma de
cuestionamientos u
observaciones, para
que se pueda
aprovechar el rico
material que, cada
vez más, está a
disposición de
todos, por medios
más accesibles y en
diferentes medios,
para la adecuación
del discurso
“artístico”
(películas/novelas)
al pensamiento
genuinamente
kardecista.
El Consolador:
¿Cuáles son los
desafíos y las
oportunidades de los
nuevos paradigmas de
la sociedad actual
como la facilitación
de las relaciones
virtuales?
Muchos desafíos. La
dinámica de la vida
actual exige estudio
y dedicación, empeño
y amplitud para
comprender mejor los
momentos por los
cuales estamos
pasando. Es correcto
que una gama de
Espíritus
interesados en
progresar más
rápidamente ha
vuelto a la Tierra,
facilitando la
diseminación de
conceptos y
elementos de
espiritualidad,
aunque, en esta
verdadera “salada de
frutas” de los días
actuales, con toda
la gama de
diversidad de
comprensiones, sea
necesario algún
filtro. Nosotros
tenemos el nuestro,
que es el edificio
kardecista, el
conjunto de
principios/fundamentos
legados por el
maestro lionés, en
un trabajo hercúleo
y prácticamente
solitario (bajo el
bies físico),
contando, está
claro, con médiums
intermediarios e
inteligencias
desencarnadas que
propician desvelar
diversas
informaciones, hasta
entonces
inaccesibles. Cuando
se menciona la
“facilidad de las
relaciones
virtuales” debemos
atender para dos
contextos: uno, el
de la aproximación
entre los seres, en
base a la facilidad
de los (nuevos)
medios e
instrumentos de
comunicación,
reduciendo las
distancias entre las
personas; otro, el
de lo artificial de
las relaciones,
cuando las personas
se ocultan por
detrás de los e-mails
o “nicks”, con
prácticamente ningún
contacto físico o
presencial. En el
primer espectro,
vemos como
importantísima la
interacción
propiciada por medio
de las herramientas
virtuales,
posibilitando la
realización de
tareas y/o la
celeridad de los
resultados, antes
imposibles o
inimaginables. En el
segundo, vemos con
preocupación la
sustitución de los
afectos y de las
convivencias por
experiencias o
contextos virtuales,
que distancian a las
personas del mundo
real y, muchas
veces, provocan la
aparición de
dificultades o
enfermedades,
peculiares a los
nuevos tiempos.
El Consolador: ¿Cómo
internet ha
auxiliado en la
divulgación
espírita? ¿Qué puede
ser aun explorado?
Los especialistas de
la ABRADE en esta
área son
prácticamente
unánimes en apuntar
una relativa timidez
de los espíritas en
el uso de internet.
Excepto en función
del e-mail mientras
herramienta de
divulgación de
acciones,
iniciativas o
eventos espíritas,
sobre todo en el
sentido de que las
personas puedan
saber lo que está
ocurriendo y, así,
programarse para
participar,
circunstancia que ha
generado buenos
resultados y
disminuido los
costes de dirigir
las actividades,
las instituciones
espíritas aún
conciben las webs (webpages)
cómo si fueran meras
direcciones de
consulta,
principalmente para
la recolecta/uso de
mensajes o textos de
carácter
doctrinario. Por
esto la ABRADE ha
buscado diseminar
el concepto de
“Portal de la
Comunicación Social
Espírita” expresado
en su web y en las
demás,
pertenecientes a
entidades espíritas,
para que ellos sean,
en verdad, puertas
de entrada en que el
individuo pueda
inter-obrar,
dinámicamente,
recibiendo
respuestas rápidas y
dialogando,
constantemente, con
los
responsables/colaboradores
para la atención de
sus necesidades.
También pretendemos
que nuestra
dirección sea un
dinámico banco de
datos,
con proyectos e
iniciativas que
puedan ser copiados
por las
instituciones,
desarrollándose
acciones espíritas
en los más diversos
rincones de nuestro
país, aprovechando
las experiencias
bien exitosa y las
orientaciones que
esperamos estén
disponibles para el
acceso público, a
partir, está claro,
de la propia
disponibilidad, por
parte de los
divulgadores/comunicadores,
que ceden a la
ABRADE sus
materiales y textos
para download.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Agradecemos la
inigualable
oportunidad de O
Consolador para
la difusión de las
ideas comunicativas
y divulgativas de
nuestra ABRADE, con
miras a la
respetabilidad de
este medio mediático
en nuestro
medio/movimiento
espírita y su
alcance en Brasil
y en el exterior.
Esperamos, aún, que
las ideas expuestas
en estos diálogos
puedan atraer nuevos
interesados en la
difusión del
conocimiento
espírita, para que
podamos formalizar
sociedades o
desarrollemos
actividades/proyectos
conjuntos, los
cuales tienen como
destinatario el ser,
el Espíritu que
vuelve al cuerpo
físico con el
objetivo de ser
feliz, de mejorarse
y, con eso,
perfeccionar el
mundo en que vive.
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