Actos de los Apóstoles
Quinto
libro del Nuevo Testamento
Lucas (Discípulo de
Pablo)
(Parte 9)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstoles. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. ¿Qué impresión tuvo Pablo
al conocer Atenas?
2. En el Areópago, en
Atenas, Pablo vio un altar
en el que había una curiosa
inscripción. ¿Qué
inscripción era esa? ¿Y que
idea ese hecho suscitó en la
mente del Apóstol de los
gentiles?
3. En Efeso, Pablo bautizó a
un grupo de discípulos.
¿Cómo el apóstol procedió
para bautizarlos?
4. ¿Pablo hizo muchas curas?
5. ¿Por qué al oír Demetrio
y sus compañeros de
profesión se indignaron
contra las predicaciones de
Pablo?
Texto para la lectura
33. Pablo habla con toda
libertad en la sinagoga de
los efesios - En Éfeso,
Pablo se presentó en la
sinagoga y por tres meses
habló con toda libertad,
discutiendo y buscando
convencer a los oyentes
acerca del Reino de Dios.
Como, sin embargo, algunos
se mostraron endurecidos en
su incredulidad, llegando a
maldecir la doctrina en
presencia del pueblo, él se
alejó de ellos y pasó a
conversar, en particular,
con los discípulos,
diariamente, en el auditorio
de un cierto Tirano. Eso
continuó por dos años, de
modo que todos los
habitantes de Asia, judíos y
griegos, pudieran allí oír
la palabra del Señor.
(Actos, 19: 8 a 19:10.)
34. Un mal Espíritu hiere
y pone a los exorcistas para
correr - Cierta vez,
algunos judíos, que eran
exorcistas ambulantes,
intentaron invocar el nombre
del Señor Jesús sobre los
posesos, diciendo: “Yo os
exorcizo por Jesús que Pablo
está anunciando”. Los que
hacían esto eran los siete
hijos de un cierto Ceva, uno
de los sacerdotes-jefes de
los judíos. Sin embargo, el
Espíritu malo les respondió:
“Conozco a Jesús y sé quién
es Pablo: ¿pero vosotros,
quienes sois?” Y el hombre
que estaba poseso se tiró
sobre ellos, los dominó y
los trató con tanta
violencia que, heridos y
desnudos, tuvieron que huir
de aquella casa. El hecho se
divulgó entre los judíos y
griegos que vivían en Éfeso,
y el temor se apoderó de
todos ellos. El nombre del
Señor Jesús se hizo, así,
glorioso. Muchos de los que
habían profesado la fe iban
a
confesar y revelar sus
prácticas supersticiosas y
muchos de los que eran dados
a la magia juntaron sus
libros y los quemaron a la
vista de todos. El valor de
los libros quemados fue
calculado en cincuenta mil
monedas de plata. (Actos,
19:13 a 19:20.)
35. Paulo resucita a un
joven en Trôade -
Después del gran tumulto
provocado por las
reclamaciones del oyente
Demetrio, Pablo se despidió
de sus discípulos y partió
para Macedonia, donde dio
coraje a los fieles con
numerosos sermones,
siguiendo después para
Grecia. Ahí permaneció por
tres meses y, cuando iba a
embarcar para Siria, los
judíos le prepararon una
emboscada, motivo por el
cual decidió volver por
Macedonia, acompañados de
varios discípulos, entre
ellos Timoteo y Lucas. En
Trôade, ellos si tardaron
siete días y fue allí que
ocurrió un hecho más
extraordinario de la vida
del apóstol. Un joven de
nombre Êutico, sentado en el
pretil de una ventana,
dormido profundamente cayó
del tercero piso. Con la
caída, todos dijeron que el
muchacho estaba muerto.
Pablo, que
hacía en la misma hora una
exposición, descendió a la
calle y, abrazando al joven,
dijo a todos: “No os
asustéis, pues él aún está
vivo”. Y, de hecho, el
muchacho estaba vivo,
porque, horas más tarde, sus
amigos lo llevaron con vida
para su casa. (Actos,
20:1 a 20:12.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. ¿Qué impresión tuvo Pablo
al conocer Atenas?
Llegando Atenas, Pablo se
conmovió en sí mismo por ver
aquella ciudad que, sin
embargo, a pesar de su fama
en el campo de las artes,
era tan entregada a la
idolatría. (Actos, 17:15
a 17:17.)
2. En el Areópago, en
Atenas, Pablo vio un altar
en el que había una curiosa
inscripción. ¿Que
inscripción era esa? ¿Y qué
idea ese hecho suscitó en la
mente del Apóstol de los
gentiles?
En el altar referido estaba
escritura esta frase: Al
DIOS DESCONOCIDO. Los
atenienses, extrañando lo
que Pablo decía, le habían
preguntado: ¿Podremos
nosotros saber que nueva
doctrina es esa de que
hablas? Pues cosas extrañas
nos traes a los oídos;
queremos, pues, saber lo que
viene a ser esto. Pablo
respondió: Hombres
atenienses, en todo os veo
un tanto supersticiosos
porque, pasando yo y viendo
vuestros santuarios, hallé
también un altar en que
estaba escrito: Al DIOS
DESCONOCIDO. Ese, pues, que
vosotros honráis, no
conociéndolo, es el que yo
os anuncio.
Dicho eso, él habló sobre
Dios recordándoles que Él,
que hizo el mundo y todo lo
que hay en el, siendo Señor
del cielo y de la tierra, no
habita en templos hechos por
manos de hombres, ni tampoco
es servido por manos de
hombres, pues Él mismo es
quien da a todos la vida, la
respiración y todas las
cosas. (Actos, 17: 18 a
17:31.)
3. En Efeso, Pablo bautizó a
un grupo de discípulos.
¿Cómo el apóstol procedió
para bautizarlos?
Primero, Pablo les preguntó:
¿En que sois bautizados?
Ellos dijeron: En el
bautismo de Juan. Pablo,
entonces, dijo: Juan bautizó
con el bautismo del
arrepentimiento, diciendo al
pueblo que creyera en el que
después de él había de
venir, es decir, en
Jesucristo; y los que oyeron
fueron bautizados en nombre
del Señor Jesús. Dicho eso,
imponiéndoles Pablo las
manos, vino sobre ellos el
Espíritu Santo, y ellos
hablaban lenguas y
profetizaban. (Actos,
19:1 a 19:7.)
4. ¿Pablo hizo muchas curas?
Sí. Dios por las manos de
Pablo hizo maravillas
extraordinarias, de suerte
que hasta los pañuelos
ventilados se llevaban de su
cuerpo a los enfermos, y las
enfermedades huían de ellos
y los Espíritus malignos
salían. (Actos, 19:11 y
19:12.)
5. ¿Por qué los oyentes
Demetrio y sus compañeros de
profesión se indignaron
contra las predicaciones de
Pablo?
Demetrio, que hacía de plata
nichos de Diana, daba gran
lucro a los artífices.
Pablo, sin embargo, había
convencido y alejado de ese
culto a una gran multitud,
diciendo que no son dioses
los que se hacen con las
manos. Había, por lo tanto,
en la comprensión de ellos,
el peligro de que su
profesión cayese en
descrédito. Ese es el motivo
de su indignación contra el
Apóstol de los gentiles.
(Actos, 19:23 a 19; 41.)