espírita, para
el centro
espírita y el
movimiento
espírita, la
cuestión de la
ecología? |
Ecología
significa
estudio de la
casa. Y la gente
necesita
entender como
esa ciencia se
resuelve y
percibir como es
sinérgica, como
ella guarda una
profunda
identificación
con una visión
del universo que
el Espiritismo
trae hace 154
años. Entonces
la gente va a
percibir
sinergia del
Espiritismo trae
hace 154 años.
Entonces la
gente va a
percibir
sinergia del
Espiritismo con
Ecología en
pasajes de La
Génesis y en
capítulos del
Libro de los
Espíritus que
hablan de la Ley
de Destrucción y
Ley de
Conservación.
¿La
Espiritualidad
se ha
manifestado a
este respecto?
Vamos a citar
sólo algunos
ejemplos de
autores
espirituales
consagrados en
Brasil por las
mediumnidades de
Chico Xavier y
Divaldo Franco,
como André Luiz,
Emmanuel y
Joanna de
Ângelis que, en
diferentes
libros,
denuncian el
riesgo que la
humanidad corre
cuando no
presta atención
a su casa
planetaria y en
una nueva ética
que debe
inspirar la
forma como nos
apropiamos de
los recursos
naturales. Esta
casa no nos
pertenece. Ella
nos sirve de
hogar y de
abrigo en
diferentes
temporadas y
jornadas
evolutivas y
nosotros somos
responsables por
su manutención,
por su buen
funcionamiento.
Dios delega.
Dios comparte.
¿Cómo está
reaccionando el
movimiento
espírita como un
todo en relación
a este asunto?
Yo estoy muy
feliz de ver que
antes de lanzar
el libro ya
había algunas
casas espíritas
que llevaban
este mensaje, ya
trabajaban los
asuntos de la
sustentabilidad
en sus rutinas.
¿Usted citaría
algunas casas?
Para no ser
injusto, porque
son muchas, yo
voy a hablar
sólo de una que
me parece de más
longeva, que es
la Institución
Espírita Bezerra
de Menezes, de
Porto Alegre-RS,
que realiza un
auténtico
trabajo de
educación
ambiental,
referencial para
espíritas y no-espíritas.
Para tener una
idea, tiene
gente que
conecta para la
institución para
saber donde es
que tiene
recolecta
selectiva de
basura, tamaño
el empeño de
ellos en ese
área. Entonces
la receptividad
ha sido muy
buena.
Entendemos que
su libro
“Espiritismo y
Ecología”
presenta una
excelente
contribución
para el tema
junto a nuestro
movimiento.
¿Cómo surgió él?
La editora de la
FEB, que es una
editora
centenaria, por
cuenta de un
proyecto, acató
la idea de hacer
el primer libro
en papel
reciclado. Es un
libro
certificado
ambientalmente y
no sólo un papel
reciclado. El
resume las ideas
básicas que
vengo
presentando en
conferencias y
seminarios
organizados en
casas espíritas
donde los
asuntos
ecológicos
pasaron a
demandar más
atención de unos
tiempos para
acá. Tanto el
Espiritismo como
la Ecología
ofrecen
herramientas
importantes para
la comprensión
de la realidad
que nos cerca.
¿Cómo está la
venta y cuál es
la repercusión
de su libro hoy?
Ya son casi
30.000
ejemplares
vendidos.
Estamos en la
tercera edición,
ahora revisada y
ampliada. Veo,
por donde paso,
que cada día las
personas están
interesándose
más por el
asunto. Existen
hasta colegios
que ya están
programando
excursiones de
alumnos a los
Departamentos de
Beneficio de la
Basura y del
agua y del
agotamiento, en
una gran acción
de ciudadanía e
informando a los
niños algo que
necesita ser
divulgado en
gran escala.
¿En los eventos
espíritas de
gran repercusión
este asunto ya
está siendo
tratado?
En el III
Congreso
Brasileño de
Espiritismo
realizado en
Brasilia en
2010, vimos la
receptividad al
tema “Ecología”
en la obra de
Chico Xavier.
Este tema
también estuvo
presente en el
Congreso
Espírita Mundial
el mes de
octubre de aquel
año, en
Valencia, en
España.
Entonces,
estamos viendo
una receptividad
y un interés de
quien está
coordinando el
movimiento
espírita en
prestar
celeridad al
proceso de
transmisión de
información que
remite la
Ecología y
Espiritismo.
¿Y el joven
espírita?
¿Cómo ve su
empeño en ese
proceso?
El joven
espírita, a mi
ver, puede
consagrar parte
de su
entusiasmo,
dinamismo,
vigor,
disposición de
hacer algo
diferente en la
dirección de un
mundo mejor y
más justo que es
el mundo
sustentable. Hay
una profunda
identificación
de los temas
ecológicos con
la juventud. Es
una sinergia muy
evidente para
mí. El
movimiento
ambientalista se
apropia mucho y
él nace a
partir,
exactamente, de
una indignación
juvenil, yo
diría casi
adolescente en
relación a la
forma como el
mundo se
presenta.
Para ustedes,
ambientalistas y
estudiosos del
asunto, ¿cómo ve
el joven el
mundo hoy?
El joven
encuentra un
mundo que tiene
una
configuración.
Ahí descubre que
el es regido por
un modelo de
desarrollo
ecológicamente
destruidor,
socialmente
perverso y
políticamente
injusto.
Descubre también
que ese mundo no
sólo no enfrenta
con la debida
firmeza el
combate a la
miseria y la
pobreza como
también envenena
el agua,
poluciona el
aire y
desertifica el
suelo. Por lo
tanto, tenemos
un escenario muy
“sabroso” para
que el joven
llegue, se
manifieste y
ayude a
construir algo
diferente.
¿Y cómo hacer?
¡Yo no soy ya
más joven, tengo
cuarenta y cinco
años y ya
participé de la
juventud y en
aquella época!
Si hoy yo ya soy
medio mayor, en
aquella época yo
sentía las
hormonas en
ebullición. La
gente queda con
la noción de que
está viviendo el
auge de la
disponibilidad
energética para
la
transformación
de la realidad.
Pues bien. Está
hecha la
invitación. Lo
que no falta es
necesidad de
repensar el
modelo,
reconstruir la
realidad, ver
diferente lo que
está ahí.
Muchos predican
que estamos
viviendo el
Apocalipsis.
Todas esas
manifestaciones
abruptas de la
naturaleza ponen
a las personas
preocupadas y
recelosas. ¿Qué
tiene usted que
decir sobre
esto?
Bueno, en primer
lugar, no soy
yo. Kardec
afirma que no
tendríamos en el
planeta la
necesidad de un
nivel de
destrucción
catastrófico
como algunos
entienden que el
Apocalipsis de
Juan sugiere. En
verdad está en
curso el proceso
de transición
con todas sus
asperezas. El
planeta se
modifica, sí.
Partes de esos
cambios ocurren
a partir de
elecciones que
nosotros
hacemos.
Y los recientes
terremotos como
los de Haití,
Chile y China,
de grandes
proporciones,
que ocurrieron
el año pasado,
así como los
volcanes que han
complicado la
vida de muchas
personas. ¿Cómo
ver esas
reacciones de la
naturaleza?
Lo que yo
encuentro es que
la gente tiene
que tener
siempre el
cuidado y aún
siguiendo las
recomendaciones
de Kardec, muy
sensatas, de
indagar de la
ciencia sobre lo
que ella tiene
que decir en lo
que respecta a
las experiencias
recientes de
terremotos en
Haití, en Chile
y en China
o del volcán
adormecido que
entró en
erupción en
Islandia. Todo
eso ocurrió en
sólo cinco meses
y muchos
catastrofistas
usaron esos
fenómenos en
aquella época
como pretexto
para afirmar que
el mundo está
acabando y que
es el
Apocalipsis.
Hubo el reciente
tsunami de
Japón…
Sí, Japón es un
archipiélago con
tres placas
tectonicas
golpeándose. Hay
terremotos todos
los días, muchos
de ellos
imperceptibles.
Oscilaciones en
aquella región
son casi que
normales. De
hecho, la
expresión
tsunami es de
origen japonés.
Claro que las
personas se
asustan con las
noticias, pero
ellas circulan
en gran escala y
en muy poco
tiempo.
¿Y qué dicen los
sismólogos?
Si conversáramos
con ellos van a
decir que los
terremotos no
están ocurriendo
fuera de la
media. No hay
alteración en la
frecuencia de
las oscilaciones
sísmicas.
¿Y los
vulcanólogos?
Van a decir que
todo volcán
adormecido un
día despierta,
puede tardar más
o menos. Si no
despierta no es
volcán
adormecido, es
volcán
extinguido.
Entonces la
categoría volcán
adormecido, como
fue el de
Islandia,
sugiere que
hayamos siempre
la expectativa
de que uno
día él entra en
erupción. Si eso
colapsó, de
forma sin
precedentes, el
tráfico aéreo
internacional en
aquella
oportunidad, el
planeta no tiene
nada que ver con
esto. Él existe
hace 4,5
billones de
años, siempre
hubo terremoto,
maremoto,
tsunami y
volcanes.
¿Qué necesitamos
hacer para
minimizar tantas
informaciones y
conclusiones
distorsionadas?
Buscar entender
como este mundo
funciona. En
primer lugar
tenemos que
declarar nuestro
analfabetismo
ambiental para
corregir ese
rumbo. Reconocer
nuestra
ignorancia,
instruirnos
buscando
informaciones
para
capacitarnos y
no vaticinar el
fin del mundo
con tanta
facilidad como
está ocurriendo.
Tenemos que
tener más
responsabilidad
delante de las
cosas que
decimos.
Cambiando de
asunto, en sus
conferencias
usted acostumbra
a decir que
somos hechos de
polvos
estelares. ¿Cómo
es eso?
En la Doctrina
Espírita
reconocemos la
existencia del
fluido cósmico
universal, que
es la materia
prima del
universo. Somos
hechos de ese
fluido cósmico
universal así
como todo lo que
existe. Dentro
de la Doctrina
aprendemos
también que en
cada diferente
morada del
Padre,
recordando
aquí el pasaje
evangélico, sus
habitantes son
constituidos de
los elementos de
cada uno de esos
planetas. Sí,
nosotros somos
hechos de los
mismos elementos
constitutivos de
la Tierra.
En la Biblia
encontramos la
citación “Del
polvo viniste
para el polvo
volverás”.
¿Estaría ahí el
significado
oculto de esta
cita?
Esta cita no es
una retórica
bíblica. Es un
hecho físico nos
reconozcamos
pertenecientes
al mismo
elemento que
constituye
nuestro mundo.
Esto crea un
hilo, crea una
identificación
mayor con
nuestra casa
planetaria.
Hallo también
muy importante
tener ciencia de
que
no es posible
separar el
“nosotros” del
medio ambiente o
de la
naturaleza.
Nosotros somos
el medio
ambiente,
nosotros somos
la naturaleza.
El medio
ambiente
comienza en
medio de la
gente.
¿Dentro de este
asunto que temas
sugiere usted
para las rutinas
de conferencias
en las casas
espíritas?
“Espiritismo y
Ecología” es un
buen tema dentro
de las varias
posibilidades.
Es un asunto que
va a tratar de
puntos de
conexión y
puntos de
intercesión
entre dos
corrientes de
pensamiento que
guardan
identificación.
Otro tema:
“Consumo
Consciente”.
Necesitamos
discutir esa
cuestión. Creo
que es un tema
evangélico.
Vamos a
descubrir que no
sólo es posible
ser feliz con
menos como
también es
absolutamente
necesario ser
feliz con menos
y es decir casi
una condición,
para no
perdernos en los
laberintos del
apego a la
materia.
Quién se declara
consumista se
declara alguien
muy afinado con
el estilo de
vida
predominante en
los mundos
primitivos,
porque es una
característica
de los
habitantes de
los mundos
primitivos el
apego a la
materia.
Entonces
necesitamos
abrir espacios
en los centros
espíritas para
discutir sobre
el consumo.
¿Cuál es su
concepción sobre
el consumismo?
Yo diría sin
dudar, dentro de
aquello que
percibo, dentro
de aquello que
imagino y que
sea coherente
con la Doctrina,
que el
consumismo
atenta contra
nuestra
evolución
espiritual, por
lo tanto
significa una
trampa
existencial para
usted
deslumbrarse con
compras,
centros
comerciales,
rebajas,
liquidaciones,
división en
quince veces sin
intereses...
Quiere decir:
aquello que
parece muy
seductor y
atractivo puede
constituir –
cada caso es un
caso, no puedo
generalizar –
trampas, donde
la persona se
deslumbra con la
materia e
impunemente
bucea en un
universo
sensorial que es
capcioso. El
compromete el
foco principal y
la importancia
que se debe dar
a aquello que
vinimos a hacer
aquí. ¿Qué
estamos haciendo
en el mundo
material?
¿Buceamos en la
carne con que
objetivo?
Necesitamos
entonces
descubrir que
consumo
consciente tiene
todo que ver con
evolución
espiritual.
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