¿Cómo y cuándo
se volvió
espírita? |
En Belo
Horizonte-MG,
cuando tenía 7
años de edad,
fui acometido
por unas crisis
epilépticas,
llegando a
sufrir 22
convulsiones por
día, casi una
cada hora. Sin
obtener
resultado en la
medicina
tradicional,
fuimos visitados
por amigos de la
familia, que
eran espíritas,
e iniciaron
aplicaciones de
pases semanales
en mi casa.
Después de una
cirugía
espiritual, el
resultado fue
inmediato, o
sea, mis
convulsiones
cesaron. Así,
pasé a
frecuentar el
Centro Espírita
“Amor y Caridad”
cuando tenía
doce años.
Después pasé a
frecuentar la
Fraternidad
Irmâo Glacus y,
así, jamás deje
de trabajar en
la Doctrina, en
cualquier lugar
en que
estuviese.
¿Y cómo surgió
el gusto por
escribir?
Comenzó desde
pronto. Primero,
en las
redacciones en
el colegio,
después pasé a
crear obras de
ficción, hasta
llegar a mi
primer libro
espírita lanzado
en 2002,
titulado
“Historias de
Alexander”.
¿Cuál es el
aspecto que más
le llama la
atención en la
Doctrina
Espírita? ¿Por
qué?
La Doctrina
Espírita, en su
triple aspecto,
es completa...
Ciencia,
filosofía y
religión forman
una corriente
indisociable.
Kardec nos dice,
en “Que es el
Espiritismo,”
que “El
Espiritismo es a
la vez una
ciencia de
observación y
una doctrina
filosófica”. En
“El Libro de los
Espíritus”, él
añade que “El
Espiritismo es
fuerte porque se
asienta sobre
las propias
bases de la
religión: Dios,
el alma, las
penas y las
recompensas
futuras; sobre
todo, porque
muestra que esas
penas y
recompensas son
consecuencias
naturales de la
vida terrestre,
y
aún, porque, en
el cuadro que
presenta en el
futuro, nada hay
que la razón más
exigente pueda
rechazar".
Su reciente
libro trae
reflexiones
importantes
sobre la
capacidad de
superación en
las
dificultades.
Comente como
decidió por la
publicación
envolviendo
tales temas.
Esos temas son
especiales,
porque forman
parte de nuestro
auto-descubrimiento,
rumbo a la
evolución.
Constantemente
nos deparamos
con personas
consideradas
sanas
físicamente,
protestando de
la vida,
encontrando
obstáculos donde
ellos no existen
de hecho,
creando en la
propia vida una
maraña de
problemas,
mientras otras
personas, con
limitaciones
físicas y hasta
mentales,
consiguen
superar
obstáculos y
adversidades
reales, lo que
nos hace sentir
vergüenza,
“sacudir” el
interior y
meditar en
nuestra
capacidad de
resolver crisis.
Comente sobre la
virtud del
coraje.
Tendemos a creer
que coraje es
ausencia de
miedo, cuando en
la realidad
coraje es la
virtud que nos
impulsa a actuar
a pesar del
miedo. Aliada a
la esperanza y a
la fe,
recogemos, en
esa virtud, la
fuerza íntima
que necesitamos
para enfrentar
dificultades,
con firmeza y
determinación.
¿Y la esperanza?
La esperanza es
una virtud que
requiere el
coraje de la
perseverancia, o
sea, no desistir
nunca de
intentar. Aliada
a la fe, la
esperanza hace
que no nos
sintamos vacíos
o tristes cuando
las fatalidades
de la vida nos
alcanzan. Si la
muerte golpea a
nuestra puerta,
por ejemplo,
llevando de
vuelta a la
patria
espiritual a
alguien que
amamos, ella nos
da consolación,
a través de la
certeza de que
el alejamiento
del ser amado
será temporal,
no definitivo.
Me gusta decir
que nunca
debemos quitar
la esperanza de
otra persona,
pues puede ser
la única cosa
que aún le resta
a ella.
¿Y la fe,
especialmente la
razonada
preconizada por
el Espiritismo?
La fe ciega hace
que la persona
sea manipulada,
mientras la fe
razonada exige
estudio y
meditación, en
la búsqueda de
respuestas
lógicas. El
Espiritismo nos
proporciona eso,
no dejando dudas
sostenidas en el
aire. Kardec, en
El Evangelio
según el
Espiritismo,
nos informa que
“la
esperanza y la
caridad son una
consecuencia de
la fe. Esas tres
virtudes forman
una trinidad
inseparable”.
¿Cuáles son las
repercusiones de
la obra después
del lanzamiento?
¡Fueron buenas!
El libro fue
lanzado
oficialmente en
el Celst, el día
5 de septiembre,
y la divulgación
fue intensa.
Algunas personas
próximas que ya
lo adquirieron
dijeron haberle
gustado mucho la
actualidad de
los temas y de
los casos
verídicos que
ilustran los
capítulos,
porque hacen
que el lector se
identifique, en
algún momento,
con determinado
texto.
¿Algo más que
añadir?
Estoy satisfecho
con el resultado
de ese trabajo,
en el cual
participaron,
por intuición,
diversos
Espíritus
amigos. El
objetivo del
libro Coraje,
Esperanza y Fe
es hablar, con
mucha
simplicidad, de
los
cuestionamientos
que surgen
diariamente en
nuestras vidas,
provocando la
curiosidad del
lector sobre lo
que él piensa de
sí mismo, sobre
cómo él puede
actuar,
esclarecido por
la Doctrina
Espírita. Me
cumple, también,
agradecer al
escritor y
ponente Richard
Simonetti, que,
generosa y
pacientemente,
atendió a todas
nuestras
solicitudes,
esclareciendo
dudas y
contribuyendo
para el éxito de
la obra.
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