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Leonardo Machado
|
Las cuatro
nobles verdades
y la visión
espírita del
sufrimiento |
Y
es en esto que
se resume el
sufrimiento:
cae la flor,
— ¡y deja el
perfume en el
viento! - Cecilia
Meireles [1]
Posiblemente,
para muchos, la
idea de que el
Reino de Dios, y
por lo tanto la
luminosidad, se
encuentra en el
interior de las
criaturas va de
encuentro a la
constatación
corriente del
sufrimiento en
la vida de los
seres.
¿Cómo ser de luz
y, al mismo
tiempo, sufrir?
Por más
paradojal, sin
embargo, que
esto pueda
parecer, la
realidad
enseñada por las
más diversas
tradiciones
tiende a
llevarnos en
esta dirección.
Tratando del
asunto, por
ejemplo, Allan
Kardec,
escribiendo
sobre el código
penal de la vida
futura según la
visión
espiritista,
colocaría que el
sufrimiento es
inherente al
grado de
imperfección
evolucionado,
mayor número de
cualidades del
individuo. Así
pues, mientras
más
evolucionado,
mayor número de
cualidades – “perfecciones”
– y, así, menos
cuota de
aflicción.
De esta forma,
las
características
externas no
serían las
determinantes
del sufrir, sino
las
disposiciones
internas para
encarar tal o
cual situación.
Consecuentemente,
aquel que tenga
la visión de la
poetisa podrá
ver en el dolor
no
necesariamente
la génesis de un
sufrimiento,
sino el
nacimiento de un
aprendizaje –
de un perfume.
Todos, por lo
tanto, pasarían
por dolores –
que nos hablan
de una esfera
más física,
neurobiológica
–; pero no todos
experimentarían
sufrimiento –
que podría ser
interpretado en
el campo más
psíquico de la
aflicción.
[2]
Según Buda, la
vida está
repleta de
sufrimiento
Por esto, el
habla budista
recomienda que
el hombre sea
semejante al
sándalo que deja
un aroma
agradable en el
hacha que lo
hiere.
Yendo, con todo,
más allá, Buda
constató algo
semejante a lo
expuesto arriba,
diciendo que:
1. La vida está
repleta de
sufrimiento[3];
2. Y este
sufrimiento es
causado por el
apego del ser a
la ilusión.
3. La libertad
total del
sufrimiento, no
obstante, es
posible, por
medio de la
iluminación.
4. En este
sentido, es
preciso aprender
y seguir el
camino que lleva
a la
iluminación.
Tales preceptos
son conocidos
como las cuatro
nobles verdades
y, según las
tradiciones del
budismo, fueron
vislumbradas por
Buda en el
momento de su
iluminación.
Ellas siguen el
principio de la
causalidad.
Siendo así, la
segunda es la
causa de la
primera; en
cuanto que la
tercera es el
efecto causado
por la cuarta.
De esta manera,
al hacer esto,
“Buda comenzó
por describir el
problema,
después explicó
su causa.
Enseguida, contó
la solución del
problema y
enseñó como
llegar a la
solución”.
[4]
Cuando se
extingue el
“yo”, no hay
pecado
Se verifica,
claramente, que,
traduciéndose
ilusión por
imperfección e
iluminación por
perfección, se
tiene el mismo
concepto
kardecista.
En el pasado, en
el centro del
propio
Hinduismo, se
encontraban
tales visiones.
Por esto, Gandhi
escribió que “el
Ego es la raíz
de todos los
errores y
pecados. Cuando
se extingue el
‘yo’, no hay
pecado”.
[5]
Por esto,
Krishna
recomendaba,
como medio de
acabar con la
ilusión/imperfección,
varias acciones,
de entre las
cuales –
liberación del
orgullo y de la
vanidad,
no-violencia,
perdón, firmeza,
auto-dominio,
ausencia de
apego, mente
equilibrada
delante de los
acontecimientos
buenos y malos…
De este modo, de
lo que se
desprende,
cuando la
luminosidad
divina se
hiciera
totalmente
presente en las
criaturas, la
realidad del
sufrimiento no
existirá más. En
esta instancia,
se paseará por
dolores,
enfermedades,
imposiciones
atroces y hasta
incluso
injusticias
mundanas;
tendrá, con
todo, serenidad
y paz,
constituyendo
todas estas
situaciones,
como escribió la
poetisa, en
perfumes de
engrandecimiento
del alma.
“En el mundo,
pasáis por
aflicciones; más
tened buen
ánimo; yo vencí
al mundo.” -
Jesús
[6]
Leonardo
Machado,
erradicado en
Recife-PE, es
médico residente
en el área de la
psiquiatría y
uno de los
colaboradores de
esta revista.
[1]
Poesia extraída
do livro
"Antologia
Poética”
[2]
Esta
diferenciación
no es
necesariamente
científica o
aureliana, con
todo está puesta
de esta manera
para facilitar
la diferencia, y
la comprensión,
de estas dos
esferas.
[3]
Ou insatisfação,
segundo alguns.
[4]
Explicações
dadas pelo monge
Hsing Yün
[5]
Em comentários
ao Bhagavad Gita.
[6]
João 16:33
|