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Jorge Hessen
|
Las molestias mentales y
la terapéutica espírita |
Años atrás, la medicina
creó espacios de
enclaustramiento
(aislamiento) como
supuesto tratamiento
para los portadores de
enfermedad mental. Sin
embargo, el movimiento
de la reforma
psiquiátrica fue
construyendo críticas a
ese medievo modelo,
revelando formas
substitutivas de
trabajo. A mediados del
siglo pasado, la intensa
“psiquiatrización” de
los tratamientos fue
reforzada con la
aparición de los
primeros neurolépticos
(drogas liposolubles y,
con eso, con facilitada
absorción y penetración
en el sistema nervioso
central), caracterizada
por su uso abusivo e
indiscriminado, haciendo
la enfermedad mental
crónica e incapacitante.
Paulatinamente, algunas
transformaciones fueron
componiendo el escenario
de la lucha a favor de
la salud mental en otros
espacios de
ambulatorios, en
detrimento de las
medidas estrictamente de
manicomios. La
reformulación de las
prácticas para
tratamiento psiquiátrico
trajo - y aún trae-
cambios en la percepción
e intervención de los
profesionales de la
salud en relación a la
enfermedad y al enfermo
mental. “Nuevos
procedimientos, con base
en la rehabilitación
psico-social de la
persona con sufrimiento
mental, proponen
prácticas más
humanizadas, buscando la
reintegración de ese
individuo a la sociedad.
Hoy, se aplican, por
ejemplo, la arte-terapia
y otras técnicas
expresivas, todas
“consideradas
intervenciones
importantes dentro de
ese nuevo enfoque más
humano.”
(1)
Las prácticas en el área
de la salud mental están
en conformidad con los
talleres terapéuticos,
una de las formas de
tratamiento en el
contexto de la reforma
psiquiátrica. Son
operadas de diversas
maneras, inclusive a
través de la música y
del teatro. Las artes
recreativas (o “jugar”)
fueron identificadas
como posibilidades de
comunicación para
personas con trastornos
psicóticos, con base en
el psicoanálisis y en
los trabajos de diversos
especialistas. De esta
forma, “la psicología
clínica fue enriquecida
por el tratamiento
psicodramático, con una
comprensión de la
enfermedad a partir de
un colectivo y no sólo
individual”.
(2)
A rigor, el tormento
mental es más un dato en
la historia del
individuo, de tal forma
que “se hace necesario
tener en consideración
toda una historia de
vida que esa persona ya
construyó. El
sufrimiento mental tiene
que ser adaptado a esa
historia, que está
compuesta de
relaciones sociales de
entre las otras
situaciones.”
(3)
La concentración de la
atención en el otro o
percibir al otro es
difícil para quien está
en un cuadro de
alteración de la
percepción y del
pensamiento, capturado
por los delirios y
alucinaciones. Según se
observa, actualmente,
“a través del ejercicio
de actividades
artísticas, es posible
estimular la
concentración
equilibrada en sí mismo
y en el otro de forma
lúdica y placentera.”
(4)
Tanto los adultos como
los jóvenes y niños, que
cargan el peso de
conflictos, lutos,
abandonos, y problemas
que van
del trastorno bipolar,
depresión y
hiperactividad hasta la
esquizofrenia, están en
tratamiento en el
Instituto de Psiquiatría
del Hospital de las
Clínicas (HC), en São
Paulo. Los resultados
son prometedores, sobre
todo, para los niños, en
que son utilizados
recursos terapéuticos
que advienen de los
libros de cuentos de
hada, por ejemplo.
Literatura esa que puede
reproducir los
conflictos de los
enfermos. De la fábula,
en que el personaje se
hace huérfano, a la
historia de la princesa
rechazada, está todo
incluido en los libros y
escenificaciones para la
propuesta terapéutica.
Muy interesantes son los
resultados, sobre todo,
con la mejora en el
comportamiento social,
en la creatividad, en la
coordinación motora y en
el habla de los
pacientes.
Actividades artísticas
como terapia para la
salud mental
En medio a las
actividades artísticas,
el paciente puede
encontrar alternativas
para un posicionamiento
más saludable, en la
medida en que la
actividad posibilita
separar la imagen
formada por los propios
deseos y temores, de
aquello que realmente
es. En varios juegos de
representación teatral,
el “hace de cuenta” abre
espacio para eso. En el
teatro terapéutico, “la
realidad es probada a
través de la ilusión
(...) por intermedio de
un proceso de bien
humorada
autorreflexión”.
(5)
En ese sentido,
destacamos la iniciativa
para tratamiento
psiquiátrico
llevado a cabo por la
Asociación Viva y Deje
Vivir, una entidad
dedicada a reclutar y
entrenar contadores de
historias para niños y
adolescentes
hospitalizados. La
Asociación, fundada en
1997, está obteniendo
buenos resultados en sus
primeras experiencias
con pacientes de un
hospital psiquiátrico.
La filosofía del grupo
es la utilización de las
posibilidades
terapéuticas que el
“hace de cuenta” puede
traer. Con las
actividades artísticas,
las más variadas, ahora
propuestas por las
terapeutas, ahora por
los participantes del
grupo, es que fue
posible el ejercicio de
la espontaneidad,
surgiendo contenidos y
emociones variadas en
los enfermos, tales como
miedo, rabia, alegría,
celos, delirios
conectados a la
sexualidad, ideas de
muerte, soledad, miedo
de la vida, la crisis,
el sentido de la crisis,
los ingresos, los
sueños, política,
familia. Todo eso forma
parte de la vida,
sabemos nosotros. Sólo
que en la vida se es
sorprendido por esas
cosas que ocurren a la
rebeldía de cada uno. En
el “hace de cuenta” es
posible acecharlas,
dominarlas, acomodarlas
y gritar en el momento
exacto de lo absurdo,
del delirio y del
malestar.
Hay varios grupos de
expresión, viabilizados
por actividades
conectadas a la música y
al teatro, trabajando la
ampliación de la
comunicación con el
mundo interno y externo.
La técnica, mientras es
manifestación creativa
del ser humano en su
lucha interior, ha sido
rescatada
mientras práctica
terapéutica en la
asistencia en salud
mental y se destina
tanto los trastornos
neuróticos como
psicóticos. Por lo
tanto, las propuestas
son desarrolladas por
medio de contribuciones
prácticas sobre el arte
como posibilidad
terapéutica.
Procesos obsesivos que
desencadenan
enfermedades
psicofísicas
Por otro lado, viendo
las propuestas
terapéuticas por otro
foco, los especialistas,
en todas las épocas,
intentan ayudar a esos
hermanos enfermos,
inclusive en la fase
inicial de sus estudios.
Específicamente, en el
campo de la psiquiatría,
algunos estudiosos más
osados ya relacionaban
algunas enfermedades de
orígenes nerviosos y
mentales, siendo
inducidas por la
influencia de los
Espíritus; sin embargo,
los prejuicios de la
época impidieron que las
investigaciones
avanzaran. A pesar de
pocos informes
científicos, hay muchas
evidencias de que el
proceso obsesivo
(caracterizado por
manipulaciones e
interposiciones de
fluidos tóxicos) ejerce
un papel importante en
la fisiopatogenia de las
enfermedades en el
cuerpo físico y
espiritual, y, a veces,
evolucionando con
cuadros gravísimos. “La
obsesión, bajo cualquier
modalidad que se
presente, es
enfermedad de largo
curso, exigiendo terapia
especializada, de segura
aplicación y de
resultados que no se
hacen sentir
apresuradamente.”
(6)
“La acción fluídica del
obsesor sobre el
cerebro, si no fuera
removida a tiempo, dará,
necesariamente, en
resultado, el
sufrimiento orgánico de
aquella víscera, tanto
más profundo cuanto más
tiempo estuviera bajo la
influencia deletérea de
aquellos fluidos.”
(7)
En todas las épocas de
la historia de las
civilizaciones,
existieron psicópatas
que sufrían influencias
nefastas de obsesores,
y, en algunos casos,
envolviendo personajes
que se hicieron célebres
por sus actos.
Nabucodonosor II, rey de
los Caldeos, sufrió una
licantropía y pastaba en
el
jardín del palacio, como
un animal. Tibério,
envuelto por muchos
Espíritus cobradores,
cometió muchos deslices,
con mucha malignidad.
Calígula y Gengis-Khan
marcaron presencia, en
función de sus
aberraciones psicóticas.
Domício Nerón, en
función de grandes
desequilibrios
psíquicos, entre tantos
equívocos, mandó
asesinar a la madre y a
su esposa y, después,
las reencontraba en
desdoblamientos.
Dostoiévski sufría de
ataques epilépticos.
Nietzsche deambuló por
los asilos de alienados.
Van Gogh se cortó la
oreja en un momento de
locura y la envió de
regalo para su musa
inspiradora,
finalizando,
posteriormente, la vida,
con un tiro.
Schumann, notable
compositor, se tiró al
Reno, siendo salvado por
los amigos e ingresado
en un hospicio, donde
concluyó la carrera.
Edgar Allan Poe sucumbió
arrasado por el alcohol
y teniendo visiones
infernales.
Tratamiento en base de
la enfermedad
psico-física
Para los tratamientos de
orden psíquico y mental
corroboramos con la
formula quimioterápica –
sedativos,
antidepresivos y
medicamentos de acción
central. Consideramos la
importancia de los
eletroschok – aunque muy
raramente, sólo en los
casos de difícil
remisión (casos
catatônicos) o de
extrema resistencia a la
quimioterapia; la
psicoterapia – según las
técnicas usuales, de
elección del terapeuta
(aliada, siempre que es
posible, a la noción de
reencarnación); el
psicoanálisis profundo –
(basada, siempre que es
posible, en la
pluralidad
de las existencias); y,
como vimos arriba, la
terapia ocupacional –
manteniendo el paciente
ocupado en trabajo que
lo atraiga y de su
interés, de modo a
mantenerlo alejado de
sus pensamientos
enfermos; la ludoterapia
– diversiones sanas y
cultivo de deportes
(gimnasia, natación, y
otros tipos de
ejercicios); la
musicoterapia – el
sentido musical tal vez
sea el último hilo que
el enfermo mental pierde
y debe ser cultivado con
cariño; la reeducación –
a través de contactos
frecuentes con
asistentes sociales y
charlas educativas. Aún,
bajo el punto de vista
de las alternativas
médicas, resaltamos la
importancia de la
homeopatía, acupuntura y
todos los esfuerzos en
el sentido de llevar al
individuo a una búsqueda
objetiva delante de la
vida, sin culpas, sin
cobros, valorando su
autoestima, el
pensamiento positivo y
la fuerza de voluntad.
De esta forma, urge que
la casa espírita respete
las orientaciones de los
profesionales del área
de salud, evitando
equívocos como hacer
diagnósticos,
intercambiar y/o
suspender medicamentos
y, a veces, hacer el
cuadro de los pacientes
más graves de lo que
verdaderamente lo son.
Compete a la
medicina, el tratar a
sus pacientes,
admitiendo la hipótesis
de obsesión, aunque no
comprobada,
académicamente, pedir
ayuda a la casas
espíritas que ejercen
sus actividades con
objetivos serios,
siguiendo los postulados
de Cristo y los
preceptos de la Doctrina
Espírita.
Considerando que no
siempre los resultados
son inmediatos, no
debemos olvidarnos de la
importancia de un
diálogo franco y abierto
con la familia,
principalmente, teniendo
el cuidado de no inducir
falsas esperanzas y
curas milagrosas, y, sí,
dirigir orientaciones
específicas, apuntando
todas las dificultades
que el caso pueda
presentar. Para que haya
más éxito en el
tratamiento del proceso
obsesivo, el primer paso
es que se haga un buen
diagnóstico, bajo todos
los aspectos. A pesar de
todos los esfuerzos, a
veces, es difícil hacer
un diagnóstico
diferencial especifico,
considerando que las
señales y síntomas
son idénticos, tanto en
la locura propiamente
dicha, con lesiones
cerebrales, como en los
procesos obsesivos,
donde existe gran
perturbación en la
transmisión del
pensamiento.
Para tratamiento de las
enfermedades, de una
forma general, es
fundamental que se
considere la existencia
del periespíritu. “Es
por su intermedio que el
Espíritu encarnado se
halla en relación
continua con los
desencarnados. El
periespíritu es el
órgano sensitivo del
Espíritu, por medio del
cual este percibe cosas
espirituales que escapan
a los sentidos
corpóreos.”
(8)
“La cura se opera
mediante la sustitución
de una molécula malsana
por una molécula sana.
El poder curativo
estará, pues, en la
razón directa de la
pureza de la sustancia
inoculada; pero depende,
también, de la energía,
de la voluntad que,
cuanto mayor sea, tanto
más abundante emisión
fluídica provocará y
tanto mayor fuerza de
penetración dará al
fluido.”
(9)
Urge, una vez más, dejar
bien claro que el
tratamiento espiritual,
ofrecido en la Casa
Espírita, no dispensa el
tratamiento médico. El
pronóstico, de modo
general, podrá ser bueno
o malo, considerando
todos los factores
envueltos, especialmente
el interés del obsesado
en profundas
transformaciones íntimas
y la buena voluntad de
la familia en darle toda
la asistencia posible
bajo todos los aspectos.
“La Doctrina Espírita,
aliada a las Ciencias
Médicas, podrá
entenderse no
contradiciéndose, pero
de manos cogidas,
caminando juntas,
buscando todos los
recursos disponibles en
el sentido de ablandar
el sufrimiento del
enfermo.”
(10)
De lo contrario, “la
ciencia nadará en un
océano de
incertidumbres, mientras
cree que la locura
depende, exclusivamente,
del cerebro. La ciencia
necesita distinguir las
causas físicas de las
causas morales, para
poder aplicar a las
molestias los meros
correlativos”.
(11)
Terapia en base del
desorden obsesivo
Actualmente, una
excelente propuesta para
tratamiento de los
portadores de
enfermedades psíquicas
son las reuniones de
desobsesión, que tienen
por objetivo atender a
los enfermos envueltos
en el conflicto
obsesivo. En el caso del
obsesado, ellas tienen
por finalidad el
análisis de las
parasitosis
(12)
mentales y del cuerpo
físico. En el caso del
obsesor, él tendrá la
oportunidad de
comparecer a la reunión,
donde deberá ser
recibido con mucho amor,
buscando a la
adoctrinación, para que
pueda comprender los
errores del hermano y
así encontrar fuerzas
para perdonar.
Recordamos
que el pase magnético, a
buen seguro, es de mucha
importancia en el
tratamiento de esos
hermanos, considerando
la oportunidad de
polarización de fluidos,
disipando fluidos
tóxicos e interponiendo
fluidos benéficos. Los
pases podrán ser
espirituales, en función
del magnetismo de
hermanos desencarnados
que participan de los
procesos, y humanos, a
través del magnetismo
animal del propio
pasista encarnado.
Sugerimos, en el
contexto, el valor
indiscutible del agua
magnetizada
(fluidificada) –
que es de gran
importancia, también, en
el reequilibrio del
enfermo, considerando
que en ella son
introducidos fluidos
potencializados por las
emanaciones de energías
provenidas de las
irradiaciones de
minerales, vegetales y
animales. Indispensable,
igualmente, es el Culto
del
Evangelio en el Hogar,
considerando la
oportunidad de lectura
del Evangelio y la
reflexión sobre su
contenido, además de las
plegarias que podrán ser
proferidas, permitiendo
crecimiento interior, el
ejercicio de la fe,
generando
transformaciones al
nivel de renuncias de
vicios y pasiones
inferiores, permitiendo
la vigilancia del ser en
sus pensamientos,
palabras y actos y
muchos otros beneficios
que, poco a poco, va
perfeccionando el
Espíritu.
Referencias
bibliográficas:
(1)
Valladares, A. C. A.
(Org.) (2004).
Arteterapia no novo
paradigma de atenção em
saúde mental. São Paulo:
Vetor, p. 209
(2) Aguiar, M. O
psicodramatista fala
sobre teatro espontâneo
e explica por que
acredita que o modelo
clínico está superado.
Jornal do CRP, v.16,
n.106, p.3-5, 1997
(3) A. C.
A. (Org.) (2004). Arteterapia no novo
paradigma de atenção em
saúde mental. São Paulo:
Vetor, p. 209
(4) Fromm, E. A arte de
amar. Belo Horizonte:
Ed. Itatiaia, 1958
(5) Moreno, J. L. O
teatro da
espontaneidade. São
Paulo: Summus, 1984. p.
133-142
(6) Franco, Divaldo
Pereira. Nos Bastidores
da Obsessão, Ditado pelo
Espírito Manoel
Philomeno de Miranda,
RJ: Ed. Feb , 1995, 7a
edição.
(7) Menezes, Adolfo
Bezerra de Menezes – A
Loucura sob um Novo
Prisma, 2ª edição, 1987,
FEB-RJ
(8) Kardec, Allan. A
Gênese, RJ: Ed. Feb, 29ª
edição, 1986, cap. XIV
(9) idem
(10) Kardec, Allan. O
Evangelho Segundo o
Espiritismo, 117ª
edição, 1990, Instituto
de Difusão Espírita -
IDE, 117ª ed., cap. I,
item 8
(11) Adolfo Bezerra de
Menezes – A Loucura sob
um Novo Prisma, 2ª
edição, 1987, FEB-RJ
(12) Para Suely C.
Schubert , “Assim, os
Espíritos que se
encontram muito apegados
às sensações materiais
prosseguem, após o
túmulo, a buscar
sofregamente os gozos em
que se compraziam. Para
usufruí-los, vinculam-se
aos encarnados que
vibram em faixa
idêntica, instalando-se
então o comércio das
emoções doentias. Por
outro lado, os
obsessores, por vingança
e ódio, ligam-se às suas
vítimas com o intuito de
absorver-lhes a
vitalidade,
enfraquecendo-as e
exaurindo-as, para
conseguirem maior
domínio. Idêntico
procedimento têm os
desencarnados que se
imantam aos seres que
ficaram na Terra e que
são os parceiros de
paixões
desequilibrantes.
Ressalte-se que existem
aqueles que, já libertos
do corpo físico,
ligam-se,
inconscientemente, aos
seres amados que
permanecem na crosta
terrestre, mas sem o
desejo de fazer o mal.
E, mesmo entre os
encarnados, pessoas
existem que vivem
permanentemente sugando
as forças de outros
seres humanos, que se
deixam passivamente
dominar. Essa dominação
não fica apenas adstrita
à esfera física, mas
(...) intensifica-se
durante as horas de
sono. Quando mais
profunda for esta
sintonia maior será a
vampirização. Em
qualquer dos casos
configura-se
perfeitamente a
parasitose espiritual
(...) Também aqueles que
se aproveitam do
trabalho alheio - em
regime de quase
escravidão - pagando a
essas criaturas salários
de fome, que as colocam
em condições subumanas,
exercem, de certa forma,
a parasitose”.
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