Continuamos con el
estudio metódico de “El
Libro de los Médiums”,
de Allan Kardec, la
segunda de las obras que
componen el Pentateuco
Kardeciano, cuya primera
edición fue publicada en
1861. Las respuestas a
las preguntas sugeridas
para debatir se
encuentran al final del
texto.
Preguntas para debatir
A. ¿En
qué consiste el fenómeno
de transporte o aporte?
B. ¿Un
objeto puede ser
transportado a un local
cerrado?
C. ¿Cómo
el Espíritu transporta
el objeto?
D.
¿Cuáles son las
manifestaciones
espíritas más
interesantes?
Texto para la lectura
101. Los
Espíritus que se
aparecen ante nosotros
son, en su estado
normal, inaprensibles al
tacto, pero pueden ser
capaces de producir
impresión al tacto,
dejar huellas de su
presencia e incluso, en
ciertos casos, volverse
momentáneamente
tangibles. (Ítem 100,
24ª pregunta)
102.
Durante el sueño, todas
las personas tienen
aptitud para ver a los
Espíritus; en estado de
vigilia, no. Durante el
sueño el alma ve sin
intermediarios, y en el
estado de vigilia se
encuentra siempre más o
menos influenciada por
los órganos. (Ítem 100,
25ª pregunta)
103. La
facultad de la videncia
en estado de vigilia
depende de la
organización física y
reside en la mayor o
menor facilidad que
tenga el fluido del
vidente para combinarse
con el del Espíritu.
Así, no basta que el
Espíritu quiera
mostrarse; es preciso
que encuentre la aptitud
necesaria en la persona
ante quien desea hacerse
visible. (Ítem 100, 26ª
pregunta)
104. Los
Espíritus se hacen
visibles presentándose,
normalmente, bajo la
forma humana. También
pueden producir llamas,
resplandores u otros
efectos para atestiguar
su presencia. Muchas
veces, la llama no pasa
de ser un espejismo o
una emanación del
periespíritu. Nunca es
más que una parte de
éste. Es que el
periespíritu no se
muestra en forma íntegra
sino en las visiones.
(Fue así que el Señor se
apareció a Moisés la
primera vez, en el monte
Horeb, como se ve en
Éxodo, 3:2.) (Ítem
100, pregunta 28; ver
también la 30ª pregunta)
105. Las
manifestaciones
aparentes más comunes se
dan mientras dormimos,
por medio de los sueños:
son las visiones. (Ítem
101)
106. Los
sueños pueden ser: una
visión actual de las
cosas presentes o
ausentes; una visión
retrospectiva del pasado
y, en algunos casos
excepcionales, un
presentimiento del
futuro. También, muchas
veces son cuadros
alegóricos que los
Espíritus ponen ante
nuestra mirada, para
darnos advertencias
útiles y saludables
consejos, si son
Espíritus buenos, o para
inducirnos al error y
lisonjear nuestras
pasiones, si son
Espíritus imperfectos.
(Ítem 101)
107. El
Espíritu puede, en las
apariciones, tomar la
apariencia que mejor lo
haga reconocible. Así,
aunque como Espíritu no
tenga ningún defecto
corporal, puede
mostrarse lisiado, cojo,
jorobado, herido, con
cicatrices, si eso fuera
necesario para su
identificación. (Ítem
102)
108. Es
algo natural que, salvo
casos especiales, los
miembros inferiores no
estén siempre claramente
definidos. Es por eso
que los Espíritus casi
nunca son vistos
caminando, sino
deslizándose como
sombras. En cuanto a la
vestimenta, ésta se
compone comúnmente de un
traje de mucha tela,
terminando en largos
pliegues flotantes. Los
Espíritus comunes suelen
aparecer con las ropas
que usaron en el último
período de su
existencia. (Ítem 102)
109. Los
Espíritus superiores
tienen una figura bella,
noble y serena; los más
inferiores denotan algo
de feroz y bestial, no
siendo raro que revelen
incluso las huellas de
los crímenes cometidos o
de los suplicios que
padecieron. (Ítem 102)
110. El
Espíritu reviste a veces
una forma más nítida,
con todas las
apariencias de un cuerpo
sólido, hasta el punto
de causar una ilusión
completa y hacer creer,
a los que observan la
aparición, que tienen
delante a un ser
corpóreo. En algunos
casos, también, la
tangibilidad puede
volverse real, esto es,
es posible tocar,
palpar, sentir en la
aparición la misma
resistencia, el mismo
calor que en un cuerpo
vivo. (Lea en El
Libro de Tobías el
relato sobre la
aparición del Ángel
Rafael.) (Ítem 104)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A. ¿En
qué consiste el fenómeno
de transporte o aporte?
Este
fenómeno difiere de las
manifestaciones en las
que ocurre el movimiento
de objetos inertes, sólo
por la intención
benévola del Espíritu
que lo ejecuta, por la
naturaleza de los
objetos casi siempre
graciosos y por la
manera dulce y muchas
veces delicada con la
que son traídos.
Consiste en el
transporte espontáneo de
objetos que no existen
en el lugar donde se
está; con frecuencia son
flores, a veces frutos,
bombones, joyas, etc.
Para obtener fenómenos
de ese orden, es
necesario contar con
médiums sensitivos, esto
es, dotados del más alto
grado de las facultades
mediúmnicas de expansión
y de penetrabilidad,
porque el sistema
nervioso de esos
médiums, fácilmente
excitable, les permite
por medio de ciertas
vibraciones, proyectar a
su alrededor con
profusión, su fluido
animalizado. No todos
los Espíritus pueden
producirlos, porque es
necesario que entre el
médium y ellos exista
una cierta afinidad, una
cierta analogía, una
cierta semejanza que
permita a la parte
expansible del fluido
periespiritual del
encarnado mezclarse,
unirse, combinarse con
el del Espíritu que
quiere ejecutar el
transporte (aporte).
Entonces, éste puede,
por medio de ciertas
propiedades del ambiente
terrestre, desconocidas
para nosotros, aislar,
hacer invisibles y mover
ciertos objetos
materiales y a los
mismos encarnados.
(Ítems 96 a 98).
B. ¿Un
objeto puede ser
transportado a un local
cerrado?
El
Espíritu puede hacer
invisibles los objetos a
ser transportados
(aportados), pero no
hacerlos penetrables, ni
romper la agregación de
la materia, lo que
significaría la
destrucción del objeto.
Volviendo invisible el
objeto, puede
transportarlo cuando
quiera y lo desenvuelve
en el momento
conveniente para hacerlo
aparecer. Sin embargo,
el caso es diferente
cuando los objetos son
compuestos por el
Espíritu. Como éste sólo
introdujo en el recinto
los elementos de la
materia que son
esencialmente
penetrables, puede
introducir un objeto en
un lugar, por muy
cerrado que esté, pero
es solamente en este
caso. Los Espíritus
tienen la facultad de
penetrar y atravesar
los cuerpos más
condensados con la misma
facilidad con que los
rayos solares atraviesan
los cristales de una
vidriera. (Ítem 99,
pregunta nº 20)
C. ¿Cómo
el Espíritu transporta
el objeto?
Lo
envuelve con un fluido
extraído en parte del
periespíritu del médium
y, en parte, de él mismo
y es en ésta combinación
que oculta y transporta
el objeto sujeto del
transporte (aporte). Una
vez introducido el
objeto en el recinto, el
Espíritu lo desenvuelve,
esto es, quita el
elemento fluídico que lo
envuelve, volviéndolo
nuevamente visible.
(Ítem 99, preguntas nº
13 y 19)
D.
¿Cuáles son las
manifestaciones
espíritas más
interesantes?
De todas
las manifestaciones
espíritas, las más
interesantes, sin
contradicción, son
aquellas por las cuales
los Espíritus pueden
hacerse visibles.
Además, este fenómeno no
es más sobrenatural que
los demás, puesto que
los Espíritus pueden
volverse visibles
durante el sueño y
también durante la
vigilia, aunque esto es
más raro. (Ítem 100)
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