Continuamos con el
estudio metódico de “El
Libro de los Médiums”,
de Allan Kardec, la
segunda de las obras que
componen el Pentateuco
Kardeciano, cuya primera
edición fue publicada en
1861. Las respuestas a
las preguntas sugeridas
para debatir se
encuentran al final del
texto.
Preguntas para debatir
A. ¿Puede
el cuerpo morir durante
la ausencia del alma?
B. ¿Qué
es la transfiguración?
C. ¿Qué
son los agéneres?
D.
¿Pueden los Espíritus
fabricar sustancias
apropiadas para curar a
las personas?
Texto para la lectura
131. La
voluntad es atributo
esencial del Espíritu.
Con la ayuda de esa
palanca, él actúa sobre
la materia elemental y,
por una acción
consecutiva, reacciona
sobre sus componentes,
cuyas propiedades
íntimas pueden así ser
transformadas. (Ítem
131)
132.
Algunos Espíritus pueden
apegarse a los objetos
terrestres. Los avaros,
por ejemplo, que
escondieron sus tesoros
y que todavía no están
lo bastante
desmaterializados,
muchas veces se obstinan
en vigilarlos y
custodiarlos. (Ítem 132,
pregunta 1)
133. Es
un error pensar que los
Espíritus tienen
preferencia por habitar
en ruinas. A ellos les
gusta la presencia de
los hombres; de allí que
prefieran los lugares
habitados a los lugares
desiertos. (Ítem 132,
pregunta 4)
134. No
existen, para los
Espíritus que
acostumbran reunirse,
días y horas preferidos.
Los días y horas son
medidas del tiempo para
uso de los hombres.
(Ítem 132, pregunta 6)
135. No
se debe considerar
absolutamente falsa la
creencia en los lugares
encantados. Ciertos
Espíritus pueden
sentirse atraídos por
cosas materiales. Puede
suceder esto con
determinados lugares,
donde parecen establecer
su domicilio, hasta que
desaparecen las
circunstancias que los
hacen buscar tales
lugares. (Ítem 132,
pregunta 9)
136.
Diversas circunstancias
pueden inducirlos a
buscar esos lugares: a)
la simpatía por algunas
personas que los
frecuentan o el deseo de
comunicarse con ellas;
b) si son malos, el
deseo de tomar venganza
contra las personas de
las que tienen quejas;
c) un castigo que se les
inflige, sobre todo si
allí cometieron un
crimen. (Ítem 132,
pregunta 9-a)
137. No
es racional temer a los
lugares encantados,
porque los Espíritus que
los frecuentan quieren,
antes que nada,
divertirse a costa de la
credulidad y del miedo
de los hombres, que
hacerles mal. (Ítem 132,
pregunta 12)
138. Hay
medios de expulsar a
esos Espíritus; sin
embargo, la mayoría de
las veces el proceso
utilizado los atrae más,
en vez de alejarlos. El
mejor medio de expulsar
a los malos Espíritus
consiste en atraer a los
buenos, lo que se
consigue practicando
todo el bien que esté a
nuestro alcance. Siendo
siempre buenos,
tendremos solamente
Espíritus buenos a
nuestro lado. (Ítem 132,
pregunta 13)
139. Todo
efecto que revela en su
causalidad, un acto –
aunque sea
insignificante – de
libre voluntad,
atestigua por esa
circunstancia, la
existencia de una causa
inteligente. (Ítem 133)
140. En
lo referente a las
comunicaciones serias,
es necesario distinguir
las verdaderas de las
falsas, lo que no
siempre es fácil, por
cuanto ciertos Espíritus
presuntuosos o pseudo
sabios tratan de
imponer, exactamente a
la sombra de la
elevación de su
lenguaje, las ideas más
falsas y los sistemas
más absurdos. (Ítem 136)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A. ¿Puede
el cuerpo morir durante
la ausencia del alma?
Durante
la vida corporal, el
alma no está jamás
completamente desligada
del cuerpo. Los
Espíritus y los videntes
reconocen al Espíritu de
una persona encarnada
por una estela luminosa
que termina en su
cuerpo, hecho que nunca
ocurre cuando el cuerpo
está muerto, porque
entonces la separación
es completa. Es por este
lazo que el Espíritu es
advertido,
instantáneamente,
cualquiera que sea la
distancia en que
estuviera, de la
necesidad que el cuerpo
tiene de su presencia, y
entonces vuelve con la
rapidez del relámpago.
De allí resulta que el
cuerpo jamás puede morir
durante la ausencia del
alma y que jamás puede
suceder que ésta, a su
regreso, encuentre la
puerta cerrada, como
ciertas novelas
fantasiosas relatan.
(El Libro
de los Médiums, ítem
118.)
B. ¿Qué
es la transfiguración?
La
transfiguración consiste
en el cambio de aspecto
de un cuerpo vivo. El
hecho puede tener por
causa, en ciertos casos,
una simple contracción
muscular que da a la
fisonomía una expresión
diferente, al punto de
volver a la persona casi
irreconocible. Pero eso
no explica todo. El
Espíritu puede dar a su
periespíritu, como ya
vimos, todas las
apariencias y, por
efecto de una
modificación en la
disposición molecular,
darle visibilidad,
tangibilidad y, en
consecuencia, opacidad.
Ese cambio de estado se
opera por la combinación
de fluidos. Imaginemos
el periespíritu de una
persona viva, no
aislado, sino irradiando
alrededor del cuerpo
envolviéndolo como en
una especie de vapor. Al
perder el periespíritu
su transparencia, el
cuerpo puede desaparecer
volviéndose invisible,
como si estuviese
sumergido en la niebla.
Podrá cambiar de
aspecto, y volverse
brillante. Otro
Espíritu, combinando su
fluido con el del
primero, puede imprimir
allí su propia
apariencia, de tal
manera que el cuerpo
físico desaparece bajo
una envoltura fluídica
exterior cuya apariencia
varía según la voluntad
del Espíritu.
(Obra
citada, ítems 122 y
123.)
C. ¿Qué
son los agéneres?
Se trata
de una especie de
aparición tangible: es
el estado de ciertos
Espíritus que pueden
tomar momentáneamente
las formas de una
persona viva, al punto
de causar una ilusión
completa. El vocablo,
original del griego,
significa “aquél que no
fue generado”,
aplicándose por lo tanto
a los llamados Espíritus
materializados,
denominación incorrecta
que designa a los seres
cuyo periespíritu se
volvió tangible,
visible, fotografiable,
como si fuese una
persona viva.
(Obra
citada, ítem 125.)
D.
¿Pueden los Espíritus
fabricar sustancias
apropiadas para curar a
las personas?
Sí, y ese hecho es muy
frecuente.
(Obra citada, ítem 128,
párrafo 12 y 13.)
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