El movimiento
espirita depende
de aquellos que
lo dirigen
A través de
cartas que
llegan a la
redacción de
nuestra revista,
se percibe que
el movimiento
espirita no
trata con
uniformidad
algunas
cuestiones que
hace mucho
deberían ser
resueltas, como
se ve, por
ejemplo, en las
diferentes
técnicas de
aplicación de
los pases y en
la conducción de
las reuniones
mediúmnicas
destinadas al
adoctrinamiento
de los
Espíritus.
Poco tiempo
atrás una
lectora nos
informó que en
el centro
espirita donde
ella participa
las reuniones
mediúmnicas son
abiertas al
público, incluso
a niños, además
de presentar
otros
inconvenientes
mencionados en
su carta.
El conocido
cofrade J. Raul
Teixeira dijo
cierta vez, a
propósito del
movimiento
espirita, que
éste expresa el
nivel de las
personas que lo
dirigen. De
acuerdo con las
palabras del
estimado
cofrade,
“siempre que él
(el movimiento
espirita) esté
bajo comandos de
personas ineptas
y sin preparo
para ese
comando, sufrirá
las
consecuencias de
esa
incapacidad”. El
texto completo
de lo que
Raul dijo puede
ser visto
pulsándose en
este link:
http://www.oconsolador.com.br/ano5/214/raulteixeiraresponde.html
El mismo
análisis puede
ser aplicada a
la
administración
de los grupos y
de los centros
espiritas. Si
las personas que
los dirigen no
están preparadas
para esta
función, o
desprecian
deliberadamente
lo que las obras
espiritas
recomiendan, la
consecuencia
será algo
parecido con lo
que la lectora
nos relató.
Con relación a
las reuniones
mediúmnicas
abiertas al
público, no nos
cuesta recordar
aquí lo que ya
fue publicado en
esta revista en
más de una
ocasión.
Es necesario
tener en mente –
en primer lugar
– que una
reunión
mediúmnica,
especialmente
cuando su
objetivo es el
esclarecimiento
de las entidades
desencarnadas,
se asemeja a una
enfermería, con
recursos traídos
de la
Espiritualidad
para tratamiento
de las criaturas
perturbadas e
infelices que
allí comparecen.
Nos basta ese
dato para que
entendamos por
qué la sesión no
debe ser abierta
a curiosos, una
recomendación
que Carlos
Imbassahy,
Cairbar Schutel
y Spártaco Banal
hicieron en
obras publicadas
antes mismo del
advenimiento en
Brasil de las
obras de André
Luiz y Emmanuel.
Allan Kardec
también había
tratado del
asunto cuando
contestó a los
que le proponían
abrir al público
las sesiones de
la Sociedad
Parisiense de
Estudios
Espiritas.
No podría ser,
pues, distinto
el entendimiento
de Divaldo
Franco acerca
del tema. “Nunca
es demasiado
recomendar –
afirma el
ilustre médium y
tribuno – que
las sesiones
mediúmnicas sean
de carácter
privado.”
El motivo de esa
advertencia es
por demás obvio,
como es posible
averiguar bajo
el punto de
vista de lo que
André Luiz
señaló en el
cap. 21 de su
libro
“Desobsesión”:
“Coloquémonos en
el lugar de los
desencarnados en
desequilibrio y
entenderemos, de
pronto, la
inoportunidad de
la presencia de
cualquier
persona extraña
a obra
asistencial de
esa naturaleza”.
“La tarea de
desobsesión no
es un
departamento de
trabajo para
cortesías
sociales que,
sin embargo
respetables, no
se compadecen
con la
enfermedad
espiritual a ser
desarrollada, en
beneficio de
hermanos
desencarnados
que afligidas
dificultades
atormentan.”
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