Se pregunta lo que
exactamente quiso decir
Jesús con “No
separe, pues, el hombre
lo que Dios juntó”
si los israelíes de
aquella época
practicaban la poligamia
en alta escala y una
mujer podía ser
dispensada según reglas
de Moisés.
Aún entre los cristianos
la poligamia persistió
parcialmente hasta el
siglo V cuando, según
San Agustín, la Iglesia
Católica Romana la
prohibió para adecuarse
a la ley greco-romana,
que prescribía una sólo
esposa legal, tolerando
concubinas y
prostitución.
El tiempo y la evolución
de las costumbres
cuidaron para que la
monogamia se
estableciera, aún así
sólo en poco más de 2/3
(dos tercios) de la
humanidad, ya que
excluye el Islam, que
tolera hasta 4 esposas.
En los dos tercios que
adoptan la boda
monogámico las
relaciones
extraconyugales aún son
practicadas por pura
sensualidad o incluso
por afinidad.
Para entender mejor el
asunto, está trascrito a
continuación el único
tramo del Evangelio
(Mateo, cap. XIX, vv. 3
a 9.) en que Jesús
supuestamente trató del
asunto, no por
iniciativa propia, sino
porque fue provocado:
“También los fariseos
vinieron a hablar con
él, para tentarlo, y le
dijeron: ¿Será permitido
a un hombre despedir a
su mujer, por cualquiera
motivo? Él respondió: –
No leísteis que aquel
que creó el hombre desde
el principio los creó
macho y hembra y dijo:
¿Por esta razón, el
hombre dejará su padre y
su madre y
se conectará a su mujer
y no harán los dos sino
una sólo carne? Así, ya
no serán dos, sino una
sólo carne. No
separe, pues, el hombre
lo que Dios juntó.
¿Pero, por qué entonces,
replicaron ellos,
ordenaba Moisés que el
marido diese a su mujer
un escrito de criba y la
despidiera? Jesús
respondió: – Fue a causa
de la dureza de vuestro
corazón que Moisés
permitió despidierais a
vuestras mujeres; pero,
en el comienzo, no fue
así.
Por eso yo os declaro
que aquel que despide a
su mujer, a no ser en
caso de adulterio, y
desposa otra, comete
adulterio; y que aquel
que desposa la mujer que
otro despidió también
comete adulterio”.
En la segunda
declaración escrita,
Jesús dice ser lícito el
divorcio en caso de
adulterio, lo que es
incoherente con la
indisolubilidad de la
unión dicha en la
primera.
Así, ni mismo Jesús
consagró la
indisolubilidad absoluta
de la boda. No dijo él:
“¿Fue a causa de la
dureza de vuestros
corazones que Moisés
permitió despidierais
vuestras mujeres”?
El adultério era el
grande mal de la época
de Moisés
Eso significa que, no
siendo el afecto mutuo
la única determinante de
la boda, la selección
podía hacerse necesaria.
En esta segunda
declaración, Jesús
amplió el concepto de
adulterio en relación a
la ley de Iahweh dictada
a Moisés.
El adulterio era el gran
mal de la época. En
Deuteronomio, 22:22,
está: “Si un hombre es
encontrado durmiendo con
una mujer casada, ambos
deben morir. ¡Se debe
expurgar el mal de
Israel!”. A título
de ejemplo, Salomón tuvo
700 esposas y 300
concubinas (Reyes,
11.13). David tuvo
muchas esposas y
concubinas (Samuel,
5.13).
Esto se debe al
primitivismo de aquel
pueblo, en que el
instinto sexual era aún
predominante,
incluyéndose ahí el
homosexualismo y las
relaciones con animales.
Por este motivo, Iahweh,
Espíritu-guía del pueblo
de Israel, y en la
Biblia cualificado como
dios único de Israel (no
confundir con Dios,
“Inteligencia Suprema do
Universo e causa
primaria de todas as
cosas”), estableció
restricciones de
relaciones sexuales que
están en Levítico,
capítulo 20, de 7 a 21,
como está trascrito a
seguir:
7
“Dedíquense
completamente a mí y
sean santos, pues yo soy
el SEÑOR, el dios de
vosotros.
8
Obedezcan mis leyes. Yo
soy el SEÑOR, y yo los
separé de los otros
pueblos para que
vosotros seáis solamente
míos.
10
Si un hombre comete
adulterio con la mujer
de otro, él y la mujer
deberán ser matados.
11
Si un hombre tuviera
relaciones con una de
las mujeres del padre,
él estará deshonrando al
padre, y él y la mujer
deberán ser matados;
ellos serán responsables
por su propia muerte.
12
Si un hombre tuviera
relaciones con la nuera,
los dos deberán ser
matados a causa de ese
acto inmoral; ellos
serán responsables por
su propia muerte.
13
Si un hombre tuviera
relaciones con otro
hombre, los dos deberán
ser matados a causa de
ese acto repugnante;
ellos serán responsables
por su propia muerte.
14
Si un hombre se casa (*)
con una mujer y también
con la madre de ella,
eso es una inmoralidad
grave, y los tres
deberán ser quemados
vivos; esa inmoralidad
precisa ser eliminada de
en medio del pueblo.
15
Si un hombre tuviera
relaciones con un
animal, los dos deberán
ser matados.
16
Si una mujer tuviera
relaciones con un
animal, los dos deberán
ser matados; ellos serán
responsables por su
propia muerte.
Moisés pone limites en
las relaciones
sexualidad
17
Si un hombre se casa (*)
con la hermana, sea por
parte sólo de padre o
por parte de padre y
madre, los dos deberán
ser expulsados
públicamente de en medio
del pueblo. Es una
vergüenza que un hombre
se casara con la
hermana; él merece
castigo.
18
Si un hombre tuviera
relaciones con una mujer
durante la menstruación,
los dos deberán ser
expulsados de en medio
del pueblo. Los dos
quedaran impuros, pues
quebraron las leyes de
la pureza acerca de la
menstruación.
19
Si un hombre tuviera
relaciones con la tía,
los dos merecen castigo,
pues son parientes.
20
Y el hombre que tuviera
relaciones con la tía
avergüenza al tío. El
hombre y la tía merecen
castigo; ellos nunca
tendrán hijos.
21
Si un hombre tuviera
relaciones con la
cuñada, él avergüenza al
hermano. Es una
inmoralidad, y los dos
morirán sin tener
hijos”.
Con esto, Iahweh, a
través de Moisés, tan
solamente estableció
límites en las
relaciones sexuales
practicadas, así como en
la formación del harén
de cada uno.
Jesús vino, colocó su
doctrina muy bien
resumida en el sermón de
la montaña, y
ciertamente no se
preocupó con el asunto
poligamia, harén etc.,
porque sabía que el
tiempo y las costumbres
cuidarían de esto.
Para finalizar y
esclarecer bien el
asunto, a continuación
está parte del trabajo
publicado por el Grupo
de Estudios Allan
Kardec, que puede ser
encontrado en
www.luzdoespiritismo.com:
“El ser humano es una
criatura sociable que
necesita de la
convivencia con otros
seres para desarrollarse
y poner en práctica las
enseñanzas adquiridas.
La sociedad como la
conocemos es compuesta
de varias otras
sociedades más pequeñas
que son las familias.
Una sociedad sana sólo
existe con familias
sanas.
En el principio de la
relación afectiva, el
amor-pasión es muy
fuerte, suplantando los
demás. A medida que el
tiempo pasa, va
perdiendo su fuerza,
aunque permanezca. Es
cuando surge entonces el
amor-compañerismo, aquel
amor que se alegra con
la alegría del otro,
donde nos sentimos bien
en privarnos de su
presencia, es cuando
hacemos el bien sin
esperar retribución.
En el futuro, restará
sólo el
amor-compañerismo que se
llamará, entonces, Amor
Universal. La boda
representa un alto
estadio de evolución del
ser, cuando se reviste
de respeto y
consideración por el
cónyuge, afirmándose en
la fidelidad.
Naturalmente, la boda
civil es
un deber a ser cumplido
por los espíritas,
porque legitima la unión
ante las leyes vigentes,
que aseguran al hombre y
a la mujer derechos y
deberes.”
Hay cinco tipos
distintos de casamiento
“Martins Peralva
[Estudiando la
Mediumnidad] presenta
una división didáctica
de los diferentes tipos
de casamiento, en 5
tipos distintos.
Transcendentales:
Son bodas afines entre
almas ennoblecidas que,
juntas, van a dedicarse
a obras de gran valor
para la Humanidad.
Raros son los casos aquí
en la Tierra.
Afines:
Son aquellas formados
por compañeros
simpáticos, afines,
donde hay un verdadero
afecto del alma.
Generalmente, ellos
sobreviven a la muerte
del cuerpo y se mantiene
el afecto en
encarnaciones diversas.
Poco comunes en la
Tierra.
Pruebas:
Son uniones entre almas
mutuamente
comprometidas, que están
juntas para pacificar
las conciencias ante
errores graves
perpetrados en el
pasado, y
simultáneamente
desarrollen los valores
de la paciencia, de la
tolerancia y de la
resignación. Son los
más comunes.
Sacrificadas:
Son aquellos que se
caracterizan por una
gran diferencia
evolutiva entre los
cónyuges. Un
Espíritu de más alta
envergadura que acepta
el consorcio con otro
menos adelantado para
ayudarlo en su progreso
espiritual.
Accidentales:
Son las bodas que no
fueron programadas en el
mundo espiritual.
Obedecen sólo al afecto
físico, sin raíces en la
afectividad sincera.
No sabemos en cuál
categoría nos hallamos,
pero no existe el acaso,
nadie se halla bajo el
mismo techo por mera
casualidad. ‘Dios
permite, en las
familias, encarnaciones
de Espíritus antipáticos
o extraños con el doble
fin de servir de prueba
a unos y de avance a los
otros’.”
Es clara la posiciones
espírita ante el
divorcio
“La posición espírita
ante el divorcio está
plenamente establecida
en las dos obras más
conocidas de la
codificación espírita:
El Libro de los
Espíritus y El Evangelio
según el Espiritismo.
En L.Y., cuestión 697,
Kardec pregunta si la
indisolubilidad del
casamiento pertenencia a
la Ley de Dios o si es
sólo una ley humana. Los
Espíritus respondieron:
‘La indisolubilidad del
casamiento es una ley
humana muy contraria a
la ley natural’.”
Las bodas
transcendentales y
afines, que son pocas,
se caracterizan por la
estabilidad total, por
imperar la ley del amor.
En ellos la preocupación
con divorcio y
conexiones
extraconyugales no
existe. Lo mismo se
puede decir del cónyuge
de alta envergadura en
las bodas sacrificadas.
La preocupación con
divorcio y conexiones
extraconyugales cabe en
los demás tipos de boda.
Por tratarse de
conexiones de pruebas,
la probabilidad de fallo
existe y, dependiendo de
las desavenencias
ocurridas, es mejor que
haya la criba que en
muchos casos preserva la
amistad creada, lo que
ya es un avance. Además
de eso, existen los
casos en que la relación
se agotó y ambos quedan
juntos, como amigos, por
mera conveniencia.
En este caso, una
relación de afecto fuera
del casamiento podría
ser hasta aceptable si
no hubiera el riesgo de
dificultad todo y hacer
la relación de amistad
desandar.
Para terminar, está
transcrita la
instrucción contenida en
El Evangelio según el
Espiritismo:
En la unión de los
sexos, al contrario de
la ley divina material,
común a todos los seres
vivos, hay otra ley
divina, inmutable como
todas las leyes de Dios,
exclusivamente moral: la
ley de amor. Quiso Dios
que los seres se unieran
no sólo por los lazos de
la carne, sino también
por los del alma, a fin
de que el afecto mutuo
de los esposos se les
trasmitiese a los hijos
y que fueran dos, y no
uno solamente, a
amarlos, a cuidar de
ellos y a hacerlos
progresar.
A medida que avanzamos
en el camino de la
evolución, los tipos de
boda tienden a ser
transcendentales y
afines y de ahí la
afirmación de que “no
separe, pues, el hombre
lo que Dios juntó” pasa
a ser una verdad
absoluta, porque el amor
impera.
El casamiento
accidental, una de las
mayores causas de
divorcio
No busca este artículo a
defender el divorcio ni
la infidelidad. La
infidelidad es una de
las grandes causas de
las desuniones. Ella
puede y debe ser
evitada. El sexo nos es
altamente saludable, sin
embargo, para tal, basta
un hombre y una mujer.
Hoy, a diferencia del
pasado, se pueden hacer
pruebas. Probar no es
salir quedando con
cualquiera. Es
enamorarse y, así, el
enamoramiento debe ser
una prueba también para
la fidelidad. El
casamiento de prueba,
por ser una prueba, es
sinónimo de problemas
futuros que sólo pueden
ser vencidos sin
egoísmo. Es el egoísmo
que nos lleva a querer
resolver los problemas
queriendo que el
compañero cambie.
Errado. La gente sólo
puede cambiar la gente
misma. Sin embargo, si
por el egoísmo las
relaciones se hacen un
infierno, es mejor que
se separe y se preserve,
como mínimo, la amistad.
Uno de los mayores
causadores del divorcio
es la boda accidental.
En esos no hay el
compromiso de pruebas o
ajuste y no hay lazos
del karma. Bodas vapt
vupt, por regla, son
accidentales, y en la
mayoría de las veces
nacen con el quedar
indiscriminado y también
con objetivos vacíos.
Tanto las bodas de
pruebas como los
accidentales que
desandarán pueden ser
llamados de casamientos
de fachada. En algunos
casos los cónyuges se
respetan y se hacen
amigos, en otros sólo se
toleran, y en otros más
llegan a odiarse. Ahí
viene el lado de la
fidelidad, del
compañerismo. ¿Cómo ser
fiel
y compañero de alguien
que no se soporta u
odia? Imposible eso. Es
unión "sin unión". Eso
acarrea desajustes que,
por la ley de causa y
efecto, deberán ser
ajustados, más
probablemente en vidas
futuras, pues, cuando
dos seres se unen, son
responsables por la
felicidad uno del otro.
Es un compromiso.
Ahora viene el lado del
"mito": no es correcto
el divorcio, la criba,
ante Dios. Lo que no es
correcto ante Dios es la
infelicidad. La mayoría
de estos desajustes
puede ser evitados con
el enamoramiento largo,
donde se prueba también
la fidelidad.
Si en el tiempo de
Moisés las uniones se
daban de los 13 a los 15
años, era porque la
expectativa de vida era
corta, alrededor de los
40 años. Hoy la
expectativa de vida ya
pasa de los 70 años.
Así, sobra tiempo para
un enamoramiento
responsable. El
enamoramiento es la base
sólida para cualquier
unión y una duración
mayor del mismo reduce
la acción de la pasión,
dejando las partes sin
conocerse mejor.
(*) El verbo casar es
usado ahí en el sentido
de tomar a la mujer para
su harén.
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