Editora de la
FEB.
¿Cómo lidiar con
la fuerza de los
impulsos
sexuales que
afloran en la
etapa juvenil?
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Bueno, de todo
lo que se ha
discutido hasta
hoy sobre el
asunto, la
historia de la
humanidad nos ha
mostrado que la
represión pura,
la negación, no
es el camino
ideal. Esa
postura lleva a
situaciones
ligadas a
mentiras, a
problemas
psicológicos e
incluso, en
algunos casos,
al crimen y a la
perversión. Todo
deriva de la
manera cómo
percibimos las
energías
sexuales. Éstas
son energías
creativas,
ligadas a la
afectividad y no
son cosas sucias
o temidas. Como
toda energía,
causa miedo y
demanda
educación,
respeto al
prójimo y a sí
mismo.
En la etapa
juvenil, más
allá de la
cuestión
hormonal y de la
mayor libertad y
autonomía, somos
bombardeados por
los estímulos
externos de los
medios de
comunicación y
de los grupos de
amigos, que
ejercen una gran
influencia, en
especial en el
tema de la
conducta
afectiva. En ese
caldo de
fuerzas, y
mediante el
diálogo con
personas que él
considere
maduras y la
lectura de obras
serias, el joven
debe buscar
construir su
propia opinión
sobre estas
cuestiones,
sabiendo
dosificar la
teoría y la
práctica. En
este punto, la
actividad de la
juventud
espírita es
fundamental.
Recuerdo mis
tiempos
juveniles, en
los que este
tema era
recurrente y de
forma palpitante
llamaba la
atención de los
jóvenes.
¿Por qué el sexo
sin compromiso
tiene tanto
relieve,
principalmente
en las épocas
festivas como el
carnaval?
El sexo está
ligado a la idea
de placer, algo
muy valorado
actualmente, y
funciona como un
atractivo para
vender
programas,
productos,
eventos. No es
sólo un tema de
carnaval, sino
que la
sexualidad está
en el tema mayor
del turismo
sexual, de la
prostitución
infantil, de los
productos para
niños enfocados
en los adultos,
en la visión del
ser humano como
objeto, etc. Más
allá de eso,
vivimos en una
época de
valorización de
la libertad, del
derecho a
escoger qué
hacer y qué
consumir, en que
las aventuras
sexuales
despiertan el
sueño de jóvenes
y adultos, en
ideas de
cantidad en
lugar de calidad
e, incluso, de
calidad ligada
estrictamente a
las formas y a
la fama.
En este contexto
de catalizador
de consumo, que
se vende como
una carrera
frenética por
adquirir
"objetivos",
crecemos y
vivimos, hombres
y mujeres,
muchas veces sin
percibir ese
proceso, su
transitoriedad y
de todo lo bueno
que el sexo
realmente pueden
traer a nuestras
vidas. Como dije
antes, el tema
del
tradicionalismo
extremo y de la
libertad sin
noción, ambas
posturas vienen
de nuestra
visión de las
fuerzas sexuales
y del escape de
nuestra
dificultad para
construir
relaciones con
sentimiento y
maduras, lo que
creo es el mayor
desafío al que
nos enfrentamos
hoy en día.
¿Cuándo sería,
para un joven,
el momento
correcto de
tener relaciones
sexuales?
¿Debería ser
sólo después del
matrimonio?
Ésta es la
pregunta en la
que, si el
entrevistado
respondiera:
antes del
casamiento, el
joven lo pondría
en un marco en
su casa, y le
diría a su
madre:
"¡Fulano, que es
espírita, me dio
el aval!
¡Uh
uh!”.
Y si dijera:
sólo después, la
joven que
estuviera
embarazada en su
juventud sería
quemada en la
hoguera después
de leer esta
entrevista.
Pienso que el
momento del
inicio de la
vida sexual es
un tema íntimo.
Más importante
de qué o cuándo,
es "con quién" y
por qué. Pienso
también que se
debe reflejar si
se quiere
iniciar la vida
sexual para
contarle a los
amigos y no ser
más víctima de
anécdotas, o,
también, para
asegurar al
enamorado, o si
es el fruto de
la madurez de
una relación.
Finalmente, una
de las
consecuencias de
la vida sexual
activa en la
posibilidad del
embarazo, lo que
implica
cuestiones
financieras y
profesionales de
los padres en
relación al
nuevo Espíritu.
No pensar en eso
es una
irresponsabilidad
“in natura”.
Creo que allí
cada joven ya
tiene los
elementos para
pensar y
comenzar a
decidir cosas en
la vida, en un
proceso natural
de crecimiento,
en el que
podamos
ayudarlos y no
sustituirlos.
¿Hay
"privacidad" en
la realización
del acto sexual,
en relación a la
presencia de los
espíritus
desencarnados?
Bueno, también
nos preguntamos
si existen
Espíritus cuando
vamos al
sanitario,
cuando hacemos
las pruebas
escolares,
cuando nos
cortamos una
uña. Pienso que
los Espíritus
más maduros
están ligados a
temas de mayor
relevancia y, en
el caso del acto
sexual, creo que
eso se da en
relación al tema
de la
reencarnación de
nuevos
Espíritus.
Obviamente, que
si existe un
Espíritu con una
ligación de odio
muy grande entre
los amantes, él
puede estar ahí
cerca, alborotar
y hasta
interferir. Pero
en mi opinión,
eso no está
relacionado con
el acto sexual,
y sí con las
personas
involucradas.
Recordemos:
¡todo reside en
nuestra visión
de las fuerzas
sexuales!
¿Qué nos puede
decir en
relación al
embarazo precoz,
cuando ello
compromete la
realización de
los planes de
vida de ambos
involucrados?
Aun en estos
casos, ¿el
embarazo es una
dádiva?
¿Quién dice que
el embarazo
compromete la
realización de
los planos de
vida de los dos
involucrados? Se
volverá más
difícil, pero
¿comprometerla?
No, la vida está
repleta de
desafíos y el
embarazo precoz
(o no
planificado) es
uno de ellos,
que nos trae
grandes
alegrías, en la
dádiva que es
tener un
hijo(a).
Lógicamente,
fuerza la
madurez de los
involucrados,
pero hasta ahora
no he sabido de
nadie que haya
desencarnado por
esa causa.
Aquellos que se
ven ante un
embarazo precoz
y lo enfrentan
con madurez y,
dependiendo de
la edad,
contando con el
apoyo seguro de
la familia, son
héroes y dignos
de aplauso y no
de reprimenda.
Vivimos
situaciones
curiosas en el
mundo: la madre
soltera o la
pareja joven con
embarazo precoz
son masacrados
por la
comunidad, y el
matrimonio que
aborta
silenciosamente
vive en el
paraíso de la
inconsciencia
entre las
personas.
Debemos
comprender este
tema mirando
hacia más
adelante,
percibiendo la
madurez de los
desafíos. Como
digo, sexualidad
y
responsabilidad
van de la mano,
literalmente…
¿Por qué el acto
sexual fue, y
aún es para
muchas personas,
entendido como
sinónimo de
pecado y
promiscuidad?
Porque
arrastramos,
desde los años
de la dominación
católica en el
país, una visión
muy estrecha
sobre este tema
y, a pesar de lo
dicho por los
Espíritus en
obras como "Vida
y Sexo"
(Emmanuel/Chico
Xavier) o en
textos de
autores
encarnados como
Jorge Andréa
(Fuerzas
Sexuales del
Alma), no
cambiamos
nuestra forma de
ver la vida y
continuamos
viendo a la
sexualidad como
algo negativo,
casi un mal
necesario. Con
el SIDA aún
profuso en
África, vemos
que la Iglesia
todavía prohíbe
el uso del
preservativo. De
ese reino de lo
prohibido, surge
esa gama de
hipocresías que
el Espiritismo
está dispuesto a
combatir. Y
agregamos: en la
casa Espírita
aún vemos a la
joven expulsada
de nuestras
filas por su
embarazo precoz,
a la mujer
rechazada por
haberse separado
e iniciado una
nueva relación
y, además,
negamos el tema
en nuestras
discusiones en
la dulce ilusión
de que, si no
hablamos nada,
nada ocurrirá,
es sólo quedarse
quietos… Esa
mentalidad del
mundo bonito y
de los problemas
barridos y
escondidos
debajo de la
alfombra, ya la
historia nos
probó que es
inocua.
El tema del sexo
y sus las
discusiones
correspondientes
deben ser objeto
de reflexión, de
estudio, de
diálogo y
además, de
fortalecimiento
de corazones y
mentes, porque
la juventud
espírita que
debe preparar a
aquel Espíritu
para los
desafíos del
mundo, y esto
incluye el campo
afectivo. A
veces discutimos
temas de menor
relevancia en el
currículum de la
juventud
espírita y
pasamos de largo
esta temática,
en los 10 años
que el joven
pasa por la
escuela de
evangelización,
ya sea por miedo
o por falta de
personas
interesadas.
Para concluir,
me gustaría
indicar tres
artículos que
tratan de alguna
forma los temas
aquí expuestos y
que publiqué en
la revista
electrónica “O
Consolador”.
Estos son:
Enamoramiento
Espírita
http://www.oconsolador.com.br/ano4/193/marcus_braga.html
El Aborto, el
abandono y la
rueda de los
siglos
http://www.oconsolador.com.br/ano6/263/marcus_braga.html
Reflexiones
sobre la vida de
a
dos
http://www.oconsolador.com.br/ano4/202/marcus_braga.html
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