De la acción
conjunta del
ámbito
magnético, o
espiritual, con
el eléctrico, o
material,
ocurren
admirables
fenómenos
psíquicos.
Nuestro asunto
trata de
desmaterialización
y
rematerialización
de un objeto a
través de un
extraño aparato
del Más Allá,
hecho
testificado por
un grupo de
personas. El
objeto fue
expedido de este
para el otro
espacio-tiempo
de existencia y
traído de vuelta
de manera
singular.
Pues es, mi
estimado lector,
o mi estimada
lectora!
“Ninguna
organización
útil se
materializa en
la superficie
terrena, sin que
sus rayos
iniciales partan
de arriba”, y
“la humanidad
terrestre,
constituida de
millones de
seres, se une a
la humanidad
invisible del
Planeta que
integra millones
de criaturas”.
(1) Y nada
consonante a
leyes divinas.
¿Cómo se da ese
vínculo? ¡Ah!
Todo sólo
depende del
trance
mediúmnico, el
estado anómalo
de la conciencia
en diversos
grados de la
mediumnidad por
medio de las
manifestaciones
intelectuales o
de efectos
físicos, entre
el espacio
corpóreo y
extracorpóreo.
Hagamos un
resumido y
superficial
comentario en el
que se refiere
tal proceso,
cuya vibración,
además de
nuestras
aptitudes
innatas, actúa
fuera de la
referencia
espacio-tiempo
de nuestro
medio, sin poner
de parte su
entereza
molecular. Los
legítimos
fenómenos de
efectos físicos
tienen que ver
con la firme
presencia de un
campo magnético
y un campo
eléctrico.
La corriente
eléctrica
proviene del
cerebro, se
funda sobre la
naturaleza
humana; el
efecto magnético
le ejerce una
efectiva y gran
influencia: una
no funciona sin
el otro. El
sistema
nervioso,
conjunto de
células
especialísimas,
determina su
producción tal
cual una
fábrica. Una
fábrica genera,
transmite,
distribuye y
consume
electricidad, y
el cerebro,
centro generador
de cargas
eléctricas, así
también se
conserva.
El campo
magnético,
entonces, lleva
a efecto los
estímulos
asociados
íntimamente a la
corriente
eléctrica del
sistema
nervioso. De
este modo, junto
a las funciones
regidas por el
cerebro humano,
existe el factor
psíquico, o
anímico, factor
preponderante en
el que
consideramos
como esencia
divina,
presupuesto de
la existencia
indispensable de
ese referido
campo. Se puede
afirmar que el
estímulo
nervioso
conectado a la
corriente
eléctrica rige
con singularidad
la vida del
cuerpo mientras
el campo
magnético, el
principio de la
existencia
terrena, el
Alma.
Una serie de
extraordinarias
producciones en
el plano de las
experiencias
fenomenológicas
ya fue probada
bajo tales
puntos de vista.
Pero conceptos y
hechos sobre el
tema aún generan
controversias y,
tercamente,
intentan
denigrarlos,
negarlos. Muchos
argumentos
contradictorios,
debido a la
ignorancia
espiritual, han
establecido
obstáculos: de
un lado,
científicos
ateos, de otro,
religiosos
dogmáticos.
Hasta existían,
en la Edad
Media, “manuales
de orientación”
con referencias
al ectoplasma
que, como
sabemos, es el
origen de los
fenómenos de
efectos físicos
y sus diversos
estados.
Persecuciones,
confinamientos y
muertes
Esos manuales lo
rotulaban
paranormales y
médiums de
hechiceros(as),
susceptibles de
penas impuestas
por la Santa Sé
al confinamiento
en mazmorras o a
la muerte en un
montón de leña
en llamas, bajo
la égida de los
“vicarios de
Cristo”. Muchos
fueron
perseguidos,
prendidos,
quemados vivos,
sus bienes,
confiscados. ¡No
adelantó nada!
El punto
imprescindible
de la criatura
humana será
siempre el
espiritual, por
eso, las
manifestaciones
espirituales, de
modo ostensivo o
no-ostensivo,
jamás cesaron y
jamás cesarán
algún día.
Y una de las
manifestaciones
más fuerte de
los Espíritus se
dejan percibir
es (¡el nombre
ya dice!) “la
materialización”.
La
materialización
significa lo que
hay de más
patente en
cuanto a la
supervivencia
del Ser
Desencarnado,
algunas de las
cuales se notan
por su
autenticidad y
belleza
inusuales,
maravillando
espectadores en
las vías
públicas o en
las residencias
o en centros
espíritas o en
laboratorios.
Intelectuales,
científicos
llevaron en
serio los
fenómenos, en
búsqueda de la
verdad. Nombres
como el
criminalista
Cesare Lombroso,
el
físico-químico
William Crookes,
el filósofo
Ernesto Bozzano,
el ingeniero
mecánico Albert
de Rochas, los
médicos:
Alexander
Aksakof, Charles
Richet, Enrico
Morselli,
Gustavo Geley,
Hereward
Carrington y
Paul Gibier, el
psicólogo Julian
Ochorowicz, el
escritor Arthur
Conan Doyle, el
célebre
astrónomo
francés Camille
Flammarion y
muchos otros,
algunos de los
cuales hasta
escribieron
libros acerca de
la naturaleza de
esos hechos
inherentes al
ser humano.
Pero un hecho
digno de nota
como otros
tantos de los
hechos
fenoménicos de
todos los
tiempos y
lugares,
susceptibles de
observación, es
el de una
banderola. A
bien decir, la
desmaterialización
y
rematerialización
en sí no es algo
tan inédito. Sin
embargo el hecho
de que estamos
tratando es de
verás
interesante más
por su
singularidad que
por las
consecuencias
del fenómeno que
suscita otras
explicaciones.
(2) El caso se
dio cuando el
primer Congreso
de Grupos de la
Fraternidad, en
São João da
Buena Vista, SP.
En enero de
1954, el
escritor Dante
Labbate
participó
activamente de
ese congreso y
decidió sugerir
una banderola
conmemorativa
del bien exitoso
evento en aquel
municipio
paulista. Según
Labbate, la
“sencilla
donación” sería
un medio de
expresar
reconocimiento y
cariño en nombre
de todos sus
compañeros que,
en ese año,
sumaban más de
50 grupos
instituidos en
tres Estados
brasileños.
Algo imprevisto
ocurrió
El autor cuenta
en el libro,
Materializaciones
Luminosas, Leyes
Cósmicas en
Acción, (3) que
deseó regalar a
los Mentores del
Movimiento de la
Fraternidad con
los cuales él y
sus compañeros
mantenían
estrecho
vínculo. En
comité, su idea
fue aceptada por
todos. Días
después, en la
reunión de
materialización
del centro
espírita fundado
por su padre,
Jerry Labbate,
ocurrió algo
imprevisto,
curioso…
Fueron
sorprendidos el
autor y los que
asistían a
materializaciones
en el recinto
oportuno para
ese fin. El guía
espiritual,
Joseph Gleber,
al salir
completamente
materializado de
la cabina
mediúmnica, cual
si fuera uno de
nosotros, saludó
a todos,
diciendo saber
de la
“encomienda”; el
propio Labbate
no había
revelado nada a
nadie aquel día,
horario y lugar,
la sede del
Grupo de la
Fraternidad
Hermano Joseph
Gleber,
localizada en la
Hacienda Eureka,
de su padre, a 9
Km. del centro
de la ciudad de
Itanhomi, MG.
El Espíritu
quedó contento
con el brindis y
dijo: “Yo y los
demás compañeros
nos sentimos
lisonjeados y
vamos a llevarla
para nuestra
comunidad en
Nuestro Hogar.”
“Les aseguro
que, por ocasión
del segundo
congreso, a ser
organizado por
vosotros,
nosotros la
traeremos de
vuelta,
autografiada por
algunos
ministros de la
Colonia.”
(Cursiva mía)
después, Gleber
volvió a la
cabina donde el
médium
permanecía en
absoluto trance.
Al volver Gleber
a la cabina,
todos oyeron un
breve “ruido de
máquina en
funcionamiento”.
En la cabina, se
encontraba uno
de los más
admirables
médiums de
efectos físicos
y de
materialización
de todos los
tiempos: Fábio
Machado. (4)
Seguidamente,
una Entidad,
José Grosso, (5)
materializada de
la
misma forma que
el otro Mentor,
apareció delante
de la selecta
asistencia para
esclarecer. El
Espíritu dijo
que el motivo
del tal
“confusión” era
la causa de un
“aparato” que
había acabado de
“desmaterializar
la banderola”...
Materialización
en Caratinga, MG
Al año
siguiente, todos
se prepararon
para el segundo
congreso, y
Caratinga,
también ciudad
del Estado de
Minas, fue
elegida su sede,
conforme acuerdo
general de los
organizadores
del evento,
conectados a la
dirección del
Grupo Scheilla,
de la simpática
Belo Horizonte.
Providencias
administrativas
fueron puestas
en práctica para
que nada
faltara. En
suma, el
congreso
ocurrió, y en el
penúltimo día
del evento, a
las 20 horas,
una reunión de
materialización
fue realizada en
la sede del
Grupo de la
Fraternidad,
Caratinga.
Según el
mencionado
autor, Gleber
salió de la
cabina, caminó
delante de la
platea de cerca
de 200 personas
y profirió:
“Deseo que la
paz de Jesús
esté con todos.
Mis hermanos,
mis compañeros,
con mucha honra
y alegría paso a
vuestras manos
la banderola que
llevé hace un
año para Nuestro
Hogar. La traigo
de vuelta como
señal de nuestra
gratitud.
Cumpliendo lo
prometido en
aquella ocasión,
la traigo
firmada por
algunos
ministros y
trabajadores de
Nuestro Hogar.
Rogamos al Padre
y Jesús que os
cubran de
bendiciones.”
La banderola fue
entregada a un
dirigente del
Grupo Joseph
Gleber, de São
João da Boa
Vista, ciudad
del primer
congreso. Pasada
de mano en mano,
todos pudieron
examinar la
preciosa
banderola, hecho
extraordinario
de un fenómeno
jamás ocurrido y
jamás catalogado
en los registros
de la
Metapsíquica, de
la
Parapsicología y
del Espiritismo.
Importante:
además de la
firma de los
Espíritus más
íntimos de
aquellas
personas, constó
la de los
ministros
Clarêncio y
Veneranda,
ambos de la
colonia
espiritual.
Pienso que el
caso de la
banderola da aún
más fuerza a la
serie de libros
de autoría del
Espíritu André
Luiz, tan
conocida de los
espíritas
estudiosos,
sobre todo su
primera,
Nuestro Hogar,
dictada al
incomparable
médium Chico
Xavier, obra
que, como el
fenómeno
confirma, no es
literatura de
ficción (esto
para aquellos
que no saben o
para los que
suministran
asunto de duda).
En cuanto al
destino de la
banderola, según
Labbate, el
actual
presidente de la
Federación
Espírita
Brasileña,
Nestor Masotti,
habló que, hasta
hoy, esta se
encuentra en São
João da Boa
Vista; un tanto
desgastada por
el tiempo; pero
está allá.
Notas:
1) Palabras del
“enfermero y
visitador”
Lísias, de los
“servicios de
salud”, de la
colonia Nuestro
Hogar, las
cuales constan
del capítulo 24:
El
impresionante
llamamiento,
del libro
Nuestro Hogar,
Federación
Espírita
Brasileña (FEB),
dictada a
Francisco
Cândido Xavier
por el Espíritu
André Luiz.
2) Ved cap. 18:
Iolanda, En
el País de las
Sombras, de
E. D’Esperance,
FEB. La
fantástica
médium e
investigadora
inglesa Theodore
H. Hart-Davies,
más conocida por
Elisabeth
D’Esperance,
narra un
caso
de
desmaterialización
y
rematerialización
de cierta pieza
de adorno
femenino durante
una de sus
reuniones, hecho
que, en nuestro
parecer, no se
compara al aquí
expuesto.
3) Ved cap. 63:
La Banderola
desmaterializada
y
rematerializada,
de la obra ya
referida,
Editora Fuente
Viva.
4) El médium
Fábio Machado
consiguió
producir
incontables
fenómenos de
efectos físicos,
culminando con
excepcionales
materializaciones
de formas
humanas y de
objetos,
inclusive
testificadas por
Chico Xavier.
Algunas personas
hasta
presenciaron la
desmaterialización
de Machado en
reuniones de
efectos físicos.
5) El mismo
Espíritu José
Grosso nos es
también bastante
familiar. Para
nosotros, él es
un querido amigo
fraterno, uno de
los Mentores de
nuestra
institución y
uno de los
coordinadores
espirituales de
nuestras
reuniones
privadas de
efectos físicos.
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