Emmanuel, Espíritu, nos
revela que Jesús
presidió la formación de
la Tierra y que es su
Gobernador2.
Esto significa que hace
mil millones de años ya
hubo alcanzado una
extraordinaria
evolución. ¡Y,
modestamente, aceptó la
incumbencia de
evangelizarnos, para
comprender las leyes de
Dios, que se resumen en
el Amor!
Él no se impone, no se
enfada con nuestros
defectos y nos ofrece,
en las múltiples
reencarnaciones y en
variadas circunstancias,
medios para desarrollar
la inteligencia y los
buenos sentimientos: en
la profesión, en el
hogar, o en las diversas
relaciones de nuestras
vidas.
¡Nos da oportunidades de
trabajo, hasta aprender
a servir con gratitud y
alegría, sin
susceptibilidades y sin
escoger compañeros de
actividades, trabajando
con aquellos que se
presentan!
Espera, pacientemente,
nuestra madurez, a fin
de adherirnos, de forma
consciente, a su ideal
de Amor; para conquistar
plena Libertad, Armonía,
ventura y bellezas de
los mundos superiores!
“(...) Si alguien quiere
venir en pos de mí, a sí
mismo se niegue, día a
día tome su cruz y
sígame. (...)”.1 Lc,
9:23.
Afirma claramente: si
alguien quiere... ¡Y
vean la humildad y la
infinita paciencia con
que actúa ese Espíritu,
cuya grandeza es
inimaginable para
nosotros!
¡Para vivir su Religión,
nos cabe servir, en la
familia o en la
comunidad, favoreciendo
el trabajo de equipo,
para que todos
participen de
actividades en favor del
bien común y de la
evolución de todos los
Espíritus temporalmente
vinculados a la Tierra!
Sin la perspectiva
histórica y el hábito –
cada vez más raro – de
la lectura, del estudio,
de la investigación, y,
sobre todo, sin las
informaciones a nosotros
repasadas por Mentores
de la Vida Mayor, se
hace difícil al hombre
común entender que Jesús
continúa presente en
nuestro orbe, en
nuestras vidas y que da
secuencia a nuestra
evangelización –
¡proceso ese que aún se
extenderá por largo
tiempo!
En las lecciones de
Jesús el foco es otro
– Nos legó, hace dos mil
años, el resumen de las
Leyes Divinas, que, si
son observadas, nos
conceden la salud
efectiva, que es la del
Espíritu inmortal,
porque nos armonizan con
el Creador. Salud que se
reflejará en nuestro
cuerpo físico, en esta y
en futuras
encarnaciones.
La vivencia de esos
principios nos conducirá
a la evolución
consciente, acelerando
nuestro camino
evolutivo, además de
eliminar sufrimientos
acarreados por la falta
de observancia de esas
Leyes.
A lo largo del tiempo –
aún antes de Su venida a
este orbe –, propició la
fundación de incontables
religiones e inspiró
artistas, filósofos,
escritores, científicos,
para contribuir con el
progreso moral de la
Tierra.
La multiplicidad de esas
religiones nos revela la
sabiduría y la
generosidad del Padre,
que a todos nos
favorece, con escuelas
adecuadas y compatibles
con nuestra capacidad de
comprender – aunque
fragmentariamente – Sus
Leyes y sublimes
designios.
El Maestro no vino, de
parte del Padre, para
curar cuerpos, sino
Espíritus inmortales.
Las curas son “(...)
para alivio de los que
sufren y para ayudar en
la propagación de la fe
(...)”.3
Ni vino para concedernos
prosperidad material,
pero, sí, conducirnos al
progreso espiritual. En
Sus lecciones sublimes
el foco es otro. No
buscan los bienes
materiales – pasajeros.
Se excluyen a los que Lo
buscan con esos
objetivos. Representan
caminos para la
evolución – real
progreso del Espíritu.
Como se ve, aún no
asimilamos esas
enseñanzas, no las
incorporamos a nuestra
conducta diaria, no
obstante las incontables
reencarnaciones por las
que pasamos, después de
Su presencia en este
orbe.
No nos preocupamos en
‘preparar’ sus
libertadoras recetas.
Al cuidar del cuerpo
físico, tenemos prisa en
recibir recetas médicas
– si no contemplan
ejercicios físicos,
regímenes alimentarios o
supresión de adicciones,
siempre aplazados para
las calendas griegas, o
sea, para nunca, he ahí
que sólo existieron
“calendas” romanas.
Jesús no fundó religión
ninguna
– ¡Ese alejamiento a las
enseñanzas de Jesús es
lo que nos mantiene
prendidos a la rueda de
las reencarnaciones
dolorosas!
En rigor, ¡Él mismo no
fundó ninguna religión!
¡Sobre todo religiones a
la manera de las que
existen en la Tierra,
aunque su nombre y
enseñanzas sean en ellas
mencionados y raramente
observados!
Sus lecciones no
requieren ni
organizaciones
complejas, ni templos
suntuosos, ni preconizan
rituales, ropas
especiales, señales
exteriores; sino cambios
internos; traducidos en
normas de conducta
sorprendentemente de
naturaleza práctica.
Predicaba en cualquier
parte donde se
encontraba: al margen
del lago; en la casa de
la suegra de Pedro; en
la casa de Lázaro, Marta
y María y... ¡hasta
en las sinagogas!
“Dios es Espíritu; e
importa que sus
adoradores lo adoren en
espíritu y en verdad.”
Jo 4:24
¡Siempre
fuimos mal orientados
por las religiones
tradicionales – en las
varias reencarnaciones
por las que pasamos –,
siempre creemos que la
frecuencia a los templos
(aunque de forma
desatenta, en la mayoría
de los casos) sólo una
vez por semana y el
ejercicio de prácticas
exteriores eran
bastantes para la
conquista de un ‘cielo’
de loor y contemplación,
en reposo eterno!
¡Reposo ese que revela
la suprema ignorancia de
las Leyes Divinas – y
pereza aún mayor!
He ahí que el trabajo es
Ley de la vida.
¡Y que castigo
insoportable sería la
eterna indolencia!
¡Jesús, en parte alguna,
menciona ese ‘reposo
eterno’! Aquellos que
defienden esa tesis
absurda parecen
desconocer la enseñanza
del Maestro sobre el
trabajo:
“Mi Padre trabaja
hasta ahora, y yo
trabajo también.”
1 (Jo, 5:17).
¡Es mucha desatención!
¡O infinita pereza!
Religión significa
religación con el Padre
– La evolución continua
de los Espíritus
presupone el desarrollo
del Amor y la educación
de la inteligencia. Y
eso requiere esfuerzos,
estudios y trabajos
constantes, que guarden
relación con nuestro
estadio evolutivo.
¡Porque evolucionamos
muy lentamente, somos
sometidos a las
infinitas
reencarnaciones!
No sólo reveló que Dios
es nuestro Padre y que
“la Ley y los profetas”
se resumen en amarLo y
al prójimo como a
nosotros mismos.
Su doctrina, además de
recomendarnos la
vivencia de ese amor
amplio, nos indica, con
simplicidad, las formas
de practicarlo, en la
conducta diaria. Sólo la
adopción de esas
prácticas nos conducirá,
poco a poco, al
autoconocimiento, a la
conquista de la armonía
y de la paz plena.
Observadas, nos religan
al Padre, por la
vivencia del amor
fraternal con todas las
criaturas. ¡Importa aquí
recordar que Religión
significa religación con
el Padre!
Allan Kardec5
indaga a los Espíritus:
¿Cuál es el medio
práctico más eficaz que
tiene el hombre de
mejorarse en esta vida y
de resistir al empuje
del mal?
“Un sabio de la
Antigüedad ya dijo:
Conócete a ti mismo.”
Y no hay guión más
seguro para alcanzar ese
fin del que observar sus
enseñanzas. Él mismo lo
dice, cuando afirma: “Yo
soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie
viene al Padre sino por
mí.” 1 (Jo, 14:6).
¡Nos cabe registrar que
Jesús no sólo enseñó,
sino que ejemplificó lo
que enseñaba!
Esto le da autoridad
incontestable:
“Cuando Jesús acabó
de proferir estas
palabras, estaban las
multitudes maravilladas
de su doctrina; porque
él las enseñaba como
quién tiene autoridad, y
no como los escribas.”
1
(Mt, 7:28-29).
Quién es, para Jesús, un
hombre prudente
– He ahí una breve
muestra de lo que nos
recomienda y nos enseña
a proceder,
amorosamente:
“Concíliate deprisa
con tu adversario,
mientras estás en el
camino con él
(...).”1 Mt 5:25
“Oísteis que fue
dicho: Ojo por ojo,
diente por diente. Yo,
sin embargo, os digo que
no resistáis al mal.
Pero si alguien te
golpeara en la mejilla
derecha, ofrécele
también la otra. Y al
que quiere demandar
contigo y quitarte la
túnica, déjale también
la capa.” 1
Mt 5:38 a 40
“Amad a vuestros
enemigos y orad por los
que os persiguen y
calumnian.”
Mt 5:44
Cuando deis limosna, que
no sepa vuestra mano
izquierda lo que hace
vuestra mano derecha.”
1 Mt 6:3
“Orando, no uséis
vanas repeticiones, como
los gentiles; porque
presumen que por su
mucho hablar serán oídos.”
Mt 6:7
“No os inquietéis,
pues, por el día de
mañana, porque el día de
mañana cuidará de sí
mismo.”
1 Mt 6:34
“Haced a los hombres
todo lo que queráis que
ellos os hagan, pues es
en esto que consiste la
ley y los profetas.”
1 Mt 7:12
“Todo aquel que oye
estas mis palabras y las
practica, será comparado
a un hombre prudente,
que edificó su casa
sobre la roca.”
1
Mt 7:24
“Este pueblo me honra
con los labios, pero su
corazón está lejos de mí.”
Mt 15:8
“Tuve hambre y me
distéis de comer; tuve
sed y me distéis de
beber; era forastero y
me hospedasteis; estaba
desnudo y me vestisteis;
enfermo y me visitasteis;
preso y fuisteis a
verme.” 1 Mt 25:35
“Envaina tu espada;
pues todos los que echan
mano de la espada, a la
espada perecerán.”
1 Mt 26:52
“(...) Padre,
perdónales, porque no
saben lo que hacen.
(...)” 1 Lc 23:34
La Parábola del Buen
Samaritano (Lc, 10:25 a
37), transcrita en el
cap. XV, ítem 2, del
Evangelio según el
Espiritismo4,
demuestra, con claridad,
la necesidad de la
práctica de ese amor
fraternal.
“Haz eso y vivirás.”
– En el diálogo de Jesús
con el fariseo, que
antecede al relato de
esa parábola – uno de
los más bellos entre el
Maestro y personajes del
Evangelio! –, el fariseo
respondió a la propia
pregunta, indicando que
el amor a Dios y al
prójimo como a sí mismo
es la condición
indispensable al
merecimiento de la vida
eterna.
Jesús, entonces, le
dijo, en una bellísima y
concisa frase: “(...)
haz eso y vivirás.”1
Kardec, en los
comentarios que a ella
añade – ítem 3, del
mismo capítulo –, afirma
que toda la moral de
Jesús se resume en la
caridad y en la
humildad; y, al
referirse a la alegoría
del juicio final,
indaga:
“En aquel juicio
supremo, (...) ¿Pregunta
el juez si fue llenada
tal o cual formalidad,
observada más o menos
tal o cual práctica
exterior? No; indaga tan
solamente una cosa: la
práctica de la caridad,
(...) ¿Se informa, por
casualidad, de la
ortodoxia de la fe?
¿Hace cualquier
distinción entre lo que
cree de un modo y lo que
cree de otro?”
3
Cap. XV, it. 3
En la Parábola, el
samaritano – juzgado
herético, pero que
ejercita el amor
fraternal – se revela
superior al ortodoxo que
falta con la caridad. No
sólo recomienda la
caridad, sino la indica
como condición única de
la felicidad futura.
En otra enseñanza
sublime, el Divino
Maestro desenlaza el
verdadero cristiano de
cualquier sectarismos,
de cultos, de templos,
de manifestaciones
externas:
“Un nuevo mandamiento
os doy: que os améis
unos a los otros; así
como yo os amé, que
también os améis unos a
los otros. En esto
conocerán todos que sois
mis discípulos, si
tuvierais amor unos a
los otros.”
1
Jo 13:34 y 35
La religión de Jesús –
contenida en fraternas
normas de conducta – es,
eminentemente, de
naturaleza práctica y se
traduce en la vivencia
del amor, por todas las
formas a nuestro
alcance.
Esta es la visión de la
Doctrina Espírita en lo
tocante a la Religión de
Jesús, he ahí que
también ella no requiere
templos suntuosos, no
adopta liturgias y
rituales diversos, ni
jerarquías o principios
teológicos abstractos.
Nos educa para bien
comprender y
practiquemos Su doctrina
de puro Amor y de
servicio al semejante,
tal como ejemplificó y
recomendó el Divino
Maestro, en la enseñanza
primorosa: “(…) haz
eso y vivirás.”
1
Referências:
1.
ALMEIDA, João F. de –
Tradutor. A Bíblia
Sagrada. Brasília:
Sociedade Bíblica do
Brasil. 1969;
2.
XAVIER, F. Cândido. A
Caminho da Luz. Pelo
Espírito Emmanuel. FEB:
Rio de Janeiro, 1975. p.
21 e 110;
3.
KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo.
Trad. Evandro Noleto
Bezerra. 1ed. 2.imp.
Brasília: FEB, 2011.
cap. 26, it. 2, p. 447;
4.
_____. _____. cap. 15,
it.2, p. 301;
5.
KARDEC, Allan. O
Livro dos Espíritos.
Trad. Evandro Noleto
Bezerra. 2.ed. 1.impr.
Brasília: FEB, 2011, q.
919.
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