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Año 8 360 – 27 de Abril de 2014
JORGE LEITE DE OLIVEIRA 
 
jojorgeleite@gmail.com
 
Brasília, DF (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Jorge Leite de Oliveira

Como evitar la melancolía

 
 
Conocida en la antigüedad como melancolía, la depresión, en nuestro tiempo, ha sido el gran mal de la humanidad. La mejor terapia para esa enfermedad milenaria es la del amor, y el mejor terapeuta es Jesús. Sin embargo, muchas veces, es imprescindible el acompañamiento médico y espiritual simultáneo.

El ser humano es un compuesto biopsicosocial espiritual. Por eso aún, la depresión viene siendo atribuida a cuatro causas, en general, asociadas: biológica, psicológica, social y espiritual. A continuación, vamos a observar cómo cada causa se manifiesta y cuáles terapéuticas son indicadas para su control.

1ª - Causa biológica u orgánica: Se cree que algunas personas nazcan genéticamente con deficiencia orgánica. Otras adquieren enfermedades crónicas que también llevan a la depresión, como el Sida, el cáncer, la obesidad, la artritis etc.

El tratamiento, en esos casos, debe ser hecho por un psiquiatra, que buscará suplir la deficiencia de serotonina del paciente, con base en antidepresivos. Esas personas necesitan, también, de un acompañamiento psicológico, clínico y, por lo tanto, deben seguir con rigor las recomendaciones médicas.

2ª – Causa social: El sedentarismo, la soledad, entre otras causas sociales pueden llevar la persona a sentirse despreciada por la sociedad y pasar a sentirse inútil, desmotivada, profundamente triste.

El mejor tratamiento para la melancolía, en esos casos, es la actividad física. La caminata diaria de treinta minutos, la carrera competitiva o leve, en consonancia con las condiciones físicas y me gusto individual, el baile, los ejercicios leves de la academia, al menos tres veces a la semana, son óptimas terapias para esas personas. Aun así, si el problema se agravara, también en ese, como en otros casos, la terapia psicológica y/o psiquiátrica es indispensable.

A veces, es necesario saber decir no

3ª – Causa psicológica: la muerte de un ser querido, la pérdida de un buen empleo, la separación de una pareja, abusos sexuales, entre otros acontecimientos pueden llevar a la persona a disturbios psicológicos. Además de esos, hay otros problemas, como el estrés, resultante de acumulo de actividades, la necesidad de ser aceptado, el perfeccionamiento y la ansiedad.

Cuando una pareja se separa, en especial por no tener más atracción sexual de un compañero o compañera, la angustia y las consecuencias provenientes de tal situación pueden hacerse insoportables. Los reflejos alcanzan, inclusive, a los propios hijos, cuando los hay. Es por eso que existe el noviazgo, para que las personas se conozcan muy bien, antes de asumir una relación estable. Aliado a eso, es preciso saber convivir, teniendo necesidad, a veces, de uno de los miembros de la pareja renunciar a ciertos caprichos, en beneficio del otro.

El diálogo, el cambio diario de afectos, la comprensión, la renuncia y la tolerancia, entre otras cualidades positivas, provenientes del amor, son fundamentales a una vida familiar permanente.

Con relación al estrés, es preciso recordar que no podemos asumir compromisos mayores de lo que permitan nuestras fuerzas realizar.        A veces, es necesario saber decir no, sin con eso herir u ofender a los que nos piden un favor o servicio. Hay personas que, por la necesidad sentida de ser aceptadas, nada rechazan, aunque no siempre se den cuenta de atender a lo que le es solicitado. Con eso, se deprimen.

Otras personas, atentas a las recomendaciones de Jesús de ser perfectas, comienzan a compararse con los grandes misioneros y santos. Ahora, cuando Jesús nos recomienda: “Sed perfectos”, Él sabe, mejor que nadie, cómo es importante dar “un paso cada vez”, pues si corramos mucho, por carreteras accidentadas, podremos llevar un peso tan grande que vengamos a tener dificultad de reargüirnos.

Cualquier persona puede ser víctima de un obsesor

Fue por eso que Kardec escribió esta frase: “Se reconoce el verdadero espírita por su transformación moral y por los esfuerzos que emplea para domar sus inclinaciones malas” (KARDEC, 2008, cap. XVII, it. 4). Él no dijo que debemos santificarnos de un momento a otro y, sí, que debemos esforzarnos para ser siempre mejores.

La ansiedad es otra dificultad a ser superada por nosotros en el combate a la causa psicológica de la depresión. Hay personas que pasan de una actividad a otra, apenas comienzan la anterior, acabando por olvidar o concluir con retraso o imperfección casi todo lo que hacen. Es preciso nos autoconozcamos, como consta en la pregunta 919 de El Libro de los Espíritus, a fin de actuar con equilibrio y buen sentido en todo lo que hagamos en lo cotidiano de la vida. Debemos tener horario para todo: para el estudio, para el trabajo, para los ejercicios físicos y para la oración y la meditación. Sin eso, nuestra vida mental se hace un “infierno”.

4ª – Causa espiritual. Las imperfecciones morales que traemos impresas en nuestro campo mental nos llevan a despreciar la recomendación de Jesús: “Orad y vigilad, para no caer en tentación”. Tales defectos tienen como base principal el egoísmo, de donde provienen todas las demás imperfecciones de cada uno de nosotros, como el orgullo, la vanidad, los celos, la envidia, la codicia, la sensualidad y las pasiones negativas.

Cualquier persona puede ser víctima de un obsesor, pues, según la respuesta de un Espíritu a Allan Kardec, “los Espíritus influencian nuestros pensamientos y actos mucho más de lo que suponemos, pues, de ordinario, son ellos los que nos dirigen” (KARDEC, 2006, q. 459).

También cualquier persona puede tener, siempre, la compañía de los buenos Espíritus, que neutralizan la influencia de los malos. Basta pensar y actuar siempre en el bien. “Sed siempre buenos y sólo tendréis Espíritus buenos a vuestro lado” (KARDEC, 2009, cap. 9, it. 13).

Pero la obsesión puede variar del tipo simple a la subyugación, conforme consta en El Libro de los Médiums (Kardec, 2009, cap. 9).

La fascinación es un tipo de obsesión muy peligrosa

En la obsesión simple, la persona sabe que está bajo la influencia de un “Espíritu mentiroso”, que “no se disfraza, ni disimula de forma alguna sus malas intenciones y su propósito de contrariar”. La entidad maléfica puede ser alejada por el propio obsesado, modificando sus hábitos mentales negativos y poniendo en Dios toda su confianza. La terapia del amor al prójimo, del estudio de las obras básicas de Allan Kardec y de la actuación permanente en el bien es altamente eficaz, tanto para el obsesor, como para el obsesado, propiciando a ambos su elevación moral.

La fascinación es un tipo de obsesión mucho más peligrosa. “Es una ilusión producida por la acción directa del Espíritu sobre el pensamiento del médium y que, de cierta forma, paraliza su capacidad de juzgar las comunicaciones” (KARDEC, 2009, p. 389, it. 239). El fascinado no se cree engañado, por el contrario, cree ciegamente en el Espíritu que lo obsesa y repele a aquellas personas que le intentan abrir los ojos. La terapia del amor, con oraciones y desobsesión a distancia son recursos pertinentes a tal caso.

Por fin, la subyugación “paraliza la voluntad de aquel que la sufre y lo hace actuar contra su voluntad”. Para mayores aclaraciones sobre ese grave asunto, remitimos al lector amigo al cap. XXIII de El Libro de los Médiums, donde podrá esclarecerse con más profundidad.

Las causas de la obsesión pueden variar del simple deseo de hacer el mal a una venganza a la persona que ofendió el Espíritu obsesor en esa o en otra existencia física.

Pero además de la influencia negativa de los Espíritus, en nuestras mentes, podemos estar sujetos a las influencias morales provenientes de nuestras propias conductas, lo que caracterizaría la llamada auto-obsesión.

La terapia para esas causas, que llevan a la depresión del desajustado espiritual, aún es la “terapia del amor”, que se hace por medio de los tratamientos desobsesivos en los centros espíritas, en los llamados “grupos de desobsesión”. Para tal, cuando el desajustado no es capaz, por sí mismo, de identificar o de librarse de las influencias negativas, es importante que sus familiares o amigos lo conduzcan, amorosamente, a las reuniones de esos grupos.

La mejor terapia es la de la voluntad de curarse

El obsesado debe quedar sentado, o aún acostado, si hubiera acomodación para eso, en una sala destinada a su tratamiento espiritual y no debe tomar parte, de modo alguno, como médium o incluso asistente común a la reunión. Es alguien en tratamiento espiritual, no en trabajo. Concomitantemente, al final de la reunión, el dirigente del grupo debe recomendar su acompañamiento psiquiátrico, una vez que sus órganos psíquicos y físicos pueden también estar afectados. Si el paciente no puede comparecer al grupo mediúmnico, su tratamiento desobsesivo y espiritual puede ser hecho a distancia.

Es de mucha utilidad, en la terapia de las depresiones provenientes de desajustes espirituales, el llamado pase terapia, o sea, el tratamiento por los pases. Otra recomendación útil, al reequilibrio, así como al mantenimiento de nuestra salud mental, es la práctica semanal del culto del Evangelio en el hogar. Imprescindible, aún, es el estudio permanente de las obras de la Codificación Espírita y de obras subsidiarias, como las psicografiadas por Divaldo Pereira Franco, dictadas por los Espíritus Joanna de Ângelis y Manoel Philomeno de Miranda, fundamentales al reequilibrio espiritual de las víctimas de la depresión.

En ninguno de los cuatro tipos de depresión citados arriba, el enfermo debe dejar de buscar la atención médica especializada, principalmente cuando su situación se hizo insoportable. La mejor terapia es la de la voluntad de curarse. Pero es preciso que la persona, o, en los casos más graves, un amigo o pariente busque en Jesús y en la Doctrina Espírita los soportes para el reequilibrio biopsicosocial espiritual del deprimido.

Eso significa esforzarse para tener buenos pensamientos, buscar incesantemente el trabajo en el bien, mantener su mente ocupada con buenas lecturas e ideales elevados, practicar actividades físicas regularmente, tales como el baile, el caminar y los ejercicios corporales saludables. Sea feliz, pero no exagere en nada. De ese modo, con toda la seguridad, su melancolía estará a camino de la cura.

 

Referências:

FEITOSA, Nazareno. Depressão: causas, consequências e a terapia do amor. Palestra espírita. CD s.d.

FRANCO, Divaldo Pereira. Conflitos existenciais. Pelo Espírito Joanna de Ângelis. Salvador, BA: Livraria Espírita Alvorada, 2005.

______. Jesus e o evangelho à luz da psicologia profunda. Pelo Espírito Joanna de Ângelis. Salvador, BA: Livraria Espírita Alvorada, 2000.

______. Loucura e obsessão. Pelo Espírito Manoel Philomeno de Miranda. 12. ed. Rio de Janeiro: Federação Espírita Brasileira, 2011.

_____. Sexo e obsessão. Pelo Espírito Manoel Philomeno de Miranda. 8. ed. Salvador, BA: Livraria Espírita Alvorada, 2013.

______. A obsessão: instalação e cura. Organizada por Adilson Pugliese. 3. ed. Salvador, BA: Livraria Espírita Alvorada, 1998.

KARDEC, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. Rio de Janeiro: Federação Espírita Brasileira, 2008.

______. O Livro dos Espíritos. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. Rio de Janeiro: Federação Espírita Brasileira, 2006. Ed. comemorativa.

______. O Livro dos Médiuns. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. Rio de Janeiro: Federação Espírita Brasileira, 2009.




 


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