Cien años
después y el
mundo aún no
aprendió
Se registró en
el pasado mes el
primer
centenario del
inicio de la 1ª
Guerra Mundial,
un conflicto
cuyo estopín
inicial fue el
asesinato del
archiduque
Francisco
Ferdinando,
heredero del
trono del
imperio
austrohúngaro,
ocurrido en el
día 28 de Junio
de 1914 en
Sarajevo, hoy
capital de
Bosnia y
Herzegovina.
Es obvio que
Europa no fue a
un conflicto de
esa magnitud por
causa de la
muerte de
Francisco
Ferdinando.
Factores
innúmeros
prenunciaban que
algo así estaba
por ocurrir,
como varios
analistas
destacarían
después como
siendo las
causas
inmediatas del
conflicto:
·
disputas
coloniales;
·
concurrencia
económica,
especialmente
entre el Reino
Unido y
Alemania;
·
movimientos
nacionalistas
como el
paneslavismo y
el
pangermanismo;
·
revanchismo
francés en razón
de la derrota en
la guerra franco
prusiana en
1870.
El conflicto,
que terminó en
el día 11 de
Noviembre de
1918 con la
victoria de los
Aliados,
envolvió las
mayores
potencias del
mundo, que se
organizaron
inicialmente en
dos alianzas
opuestas: de un
lado los Aliados
y del otro los
Imperios
Centrales,
teniendo
adelante
Alemania y el
imperio y
austrohúngaro.
Los Estados
Unidos de
América entraron
más tarde en el
conflicto,
posicionándose
al lado del
Reino Unido y de
Francia.
Después de 4
años de guerra,
he aquí algunos
de sus frutos
que dejaron
huellas:
·
cerca de 9 a 15
millones de
muertos;
·
10 millones de
heridos;
·
naciones
devastadas;
·
fortalecimiento
del nacionalismo
agresivo;
·
inestabilidad
económica en
diversos países;
·
aumento del
desempleo en
Europa.
Esos resultados,
unidos a otros
factores de
naturaleza
económica y
étnica, fueron
las causas
principales que
– 21 años
después – darían
origen a la 2ª
Guerra Mundial,
iniciada en
1939, cuyos
resultados
fueron todavía
más
devastadores.
Nos acordamos de
esos hechos
apenas para
registrar que el
mundo, a pesar
de tantas
muertes y de la
destrucción de
sueños y de
familias
enteras, aún no
aprendió que
jamás la guerra
será solución
para los
problemas
humanos. Si
fuese ella
solución para
alguna cosa, el
planeta Tierra
sería un
verdadero
paraíso, cosa
que no es y está
muy lejos de
ser, es decir
que los
conflictos
violentos que
todos los días
son notificados
por la Tele y
por la gran
prensa, los
cuales no son
exclusivos de
continente
ninguno y cuyo
final sólo Dios
sabe cuando se
dará.
Hace 157 años
Allan Kardec
preguntó a los
instructores de
la
espiritualidad:
“¿De la faz de
la Tierra, algún
día, la guerra
desaparecerá?”.
Ellos
contestaron:
“Sí, cuando los
hombres hayan
comprendido la
justicia y hayan
practicado la
ley de Dios. En
esa época, todos
los pueblos
serán hermanos.”
(El Libro de los
Espíritus, 743.)
Hayan
comprendido la
justicia…
Hayan practicado
la ley de Dios…
Es decir… Ese
día está muy
lejos.
Tendremos de
desencarnar y
reencarnar
innúmeras veces
para poder
apreciarlo, lo
que es,
infelizmente,
una lástima.
|