Cuando el
silencio no
ayuda
Leemos en el
periódico
Folha de
Londrina de
11/9/2014 una
noticia
desalentadora,
al respecto del
aumento del
número de
suicidios en
Londrina (PR),
cuya incidencia
creció 52% en
los últimos
cinco años,
porcentaje que
fue aún más
grande - 57% -
en las edades de
20 hasta 29
años, donde, por
otra parte
ocurre el mayor
número de casos.
En el reportaje
a que nos
referimos,
fueron
transcritos
testimonios de
dos
profesionales
del área de la
salud.
Afirmó el
psicoterapeuta
Ivan Capelatto,
de Campinas
(SP), en
entrevista
concedida al
periódico: “Lo
que tenemos
encontrado en
los estudios es
la decepción con
la familia, con
amigos, consigo
mismo, porque
empezó a quedar
muy difícil
pertenecer a esa
sociedad pos (t)
moderna. Hay
suicidios cuyo
objetivo es
herir el otro,
pero hay
suicidios que
son la
intolerabilidad
de vivir”.
El diagnostico
coincide con lo
que tenemos
aprendido en la
doctrina
espírita al
respecto de los
desafíos que
todos nosotros
enfrentamos en
la experiencia
reencarnatoria,
especialmente en
un planeta que
presenta, como
características
básicas, servir
como mundo de
pruebas,
reparación y
expiación.
Nos pesan mucho
la carga del
pasado, la
necesidad de la
reparación y el
enfrentamiento
de situaciones
que nosotros
mismos escogemos
antes de
retornar al
escenario
terrestre. Es
por eso que
encontramos en
la experiencia
común personas
que vencen sus
obstáculos y una
porción de quien
no consigue
superar las
vicisitudes
inherentes al
proyecto
reencarnatorio
escogido.
El tema suicidio
ya fue examinado
en esta revista
en innúmeras
oportunidades,
como, por
ejemplo, en los
editoriales de
las ediciones
279 y 377, en
los cuales
fueron acordados
los diferentes
aspectos
doctrinarios
pertinentes al
asunto,
especialmente en
lo que se
refiere a las
consecuencias
para aquél que
decidió poner un
fin a su
existencia (¹).
Repitamos: “fin
a su
existencia”, no
fin a la vida,
porque ésta
jamás se
extingue,
estemos o no
revestidos de un
cuerpo carnal.
En la entrevista
concedida al
periódico
Folha de
Londrina,
Ivan Capelatto
no habla
solamente sobre
causas, pero
sugiere algunas
medidas de
carácter
preventivo.
“Para hacer la
prevención –
afirma él –,
tenemos de
empezar a
enseñar para el
niño valores
como afecto,
cariño por el
otro; los padres
deben quedarse
más cerca de los
hijos, hacer con
que los niños
soporten el
descontento,
siempre
colocando límite
como: ‘no, ahora
no puede’. Ellos
necesitan sentir
que deberán
buscar un sueño,
buscar una
relación con la
vida.”
El otro
especialista
citado en el
reportaje es la
psicóloga Karen
Scavacini, de
São Paulo (SP),
maestra en Salud
Pública en el
área de
Promoción de
Salud Mental y
Prevención al
Suicidio.
Karen entiende
ser posible
prevenir el
suicidio a
partir del
momento en que
se lanza luz
sobre causas,
factores de
riesgo, señales
de riesgo y
factores de
prevención.
Entre los
factores de
riesgo, señala
la psicóloga la
falta de sentido
para la vida y
el sentimiento
de desesperanza.
Como factores de
prevención,
menciona la
autoconfianza,
el sentimiento
de valor
personal, el
apoyo familiar y
de amigos,
sentimiento de
pertenencia,
buenos
relacionamientos,
capacidad de
pedir ayuda,
buena
alimentación y
buen sueño.
A la luz del
Espiritismo,
entendemos que
valdría la pena
incluir en esas
medidas la
práctica de la
oración, el
ejercicio del
bien, el
Evangelio en el
hogar y, en
especial, fe,
esperanza e
integral
confianza en
Dios, que, como
nadie ignora,
sólo desea el
bien para sus
hijos.
Curiosamente,
los
especialistas
defienden,
también, que se
quite el tema
del silencio,
contrariando una
antigua política
adoptada por la
prensa en
general, que
siempre evitó
dar énfasis al
asunto,
entendiendo que
eso podría
concurrir para
el aumento de
los casos.
El silencio es
realmente útil
en innúmeras
situaciones,
pero nos parece
evidente que, en
tratándose de la
prevención del
suicidio, él,
sin duda, no
ayuda.
(¹) He aquí los
enlaces que
remiten el
interesado a los
editoriales de
esta revista
donde el tema
suicidio fue
examinado:
Suicidio: opción
tonta e inútil -
http://www.oconsolador.com.br/ano6/279/editorial.html
El suicidio y
sus nefastas
consecuencias –
http://www.oconsolador.com.br/ano8/377/editorial.html
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