Conducta recta:
pensamiento
recto
Es algo cierto
en el medio
espírita que
tres son los
factores que
determinan el
avance de una
persona en su
proceso
evolutivo, rumbo
a la meta que
Dios señaló a
sus criaturas,
que es la
perfección:
buenos actos,
buenos
pensamientos,
buenos
sentimientos.
Cuando alguien
se inicia en el
Espiritismo y
toma
conocimiento de
esa información,
surge una duda
más o menos
común: - ¿Cuál,
de los factores
mencionados, es
el más
relevante? ¿Los
sentimientos,
los pensamientos
o los actos?
En términos
prácticos, nos
parece que, como
ocurre con
ciertas
operaciones
objeto de
estudio de
Matemáticas, el
orden de los
factores no
altera el
resultado. No
obstante, por lo
menos un autor
afirma la
prevalencia de
los actos, de la
conducta, del
comportamiento,
asegurando que
es la conducta
recta que
sostiene el
pensamiento
recto.
Quien lo dice es
André Luiz, que
en el cap. XXV
de su libro
Mecanismos de la
Mediumnidad,
obra
psicografada por
el médium
Francisco
Cândido Xavier,
acentúa la
importancia de
la vigilancia
sobre lo que
hacemos y el
cuidado que
debemos tener en
mantener la
conducta recta,
para que recto
también sea
nuestro
pensamiento. De
posesión de eso
– teniendo el
pensamiento
debidamente
equilibrado – la
oración,
cualquiera que
sea nuestro
grado de cultura
intelectual,
constituirá el
más elevado
toque de
inducción para
que nos
coloquemos en
régimen de
comunión con las
Esferas
Superiores.
Es probable que
esté en este
hecho la
explicación de
la dificultad
que algunas
personas, cuando
mentalmente
perturbadas,
tienen en lo que
se refiere a la
oración.
En muchos casos,
dicen ellas que
ni orar
consiguen, lo
que tal vez sea
la consecuencia
de una conducta
indebida, a
generar un
pensamiento
desequilibrado
y, como
resultado, la
dificultad de
concentrarse y
orar.
Si, sin embargo,
la criatura
consigue
mantener un
nivel elevado en
su conducta, su
pensamiento será
igualmente
elevado y, por
consiguiente, la
oración fluirá
naturalmente,
estableciendo la
comunión con las
Potencias
Invisibles que
tanto bien nos
hace.
Comentando el
asunto, André
Luiz afirma: “La
mente
centralizada en
la oración puede
ser comparada a
una flor
estelar, abierta
ante el
Infinito,
absorbiéndole el
rocío nutriente
de vida y luz.
Aliada a la
higiene del
espíritu, la
oración
representa el
conmutador de
las corrientes
mentales,
arrojándolas a
la sublimación”.
(Mecanismos
de la
Mediumnidad,
cap. XXV, pp.
163 y 164.)
*
En el Especial
“En defensa
de la mujer”,
publicado en
esta misma
edición,
Altamirando
Carneiro habla
sobre la
actuación de la
mujer en el
mundo donde
vivimos y
acuerda que, en
el ámbito de las
lides espíritas,
ella ocupa los
mismos espacios
que los hombres,
con idéntica
competencia, y
desarrolla, como
sabemos, un
trabajo de gran
amplitud en la
ejemplificación
y divulgación de
las enseñanzas
de Jesús.
Además de eso,
la mujer tiene a
su
responsabilidad
una infinidad de
tareas y
obligaciones que
ni siempre son
vistas y
reconocidas,
como muestra, a
la perfección,
el video puesto
en internet con
el sugestivo
título “La
mujer
invisible”.
He aquí el
enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=WBSAVK2xLgU&feature=youtu.be
Como dice el
texto a que nos
reportamos,
hombres y
mujeres
realizamos
muchas cosas que
nadie ve y, por
lo tanto,
ignora. Pero
Dios, con
certeza, las ve,
y eso nos
basta.
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