reside, es
espírita desde
el 2010 y
estudiosa e
investigadora
de la obra
psicográfica de
Humberto
Campos/Hermano
X, cuyos 80 años
de
desencarnación
son recordados
ahora en
diciembre del
2014. Por la
extensión y el
valor de la
entrevista, la
publicamos en
dos partes. La
parte final será
publicada la
próxima semana. |
Por la extensión
y valor de la
entrevista, la
publicamos en
dos partes. La
primera parte
fue publicada en
la edición
pasada.
¿Qué cambió
entre Humberto
Campos encarnado
y el Espíritu
Humberto?
En el primer
libro
psicografiado de
Humberto de
Campos publicado
en 1937 con el
título Crónicas
del Mas Allá de
la Tumba, tres
años después de
su
desencarnación
ocurrida en
1934, ya en el
prefacio el
autor asume su
pasado
materialista, en
el que las ideas
trascendentales
de perpetuidad
del Espíritu
serían
idealistas y
distantes de la
realidad
práctica de la
vida. Estando
encarnado, la
naturaleza de su
rebelión y su
amargura ante
los sufrimientos
y dolores en la
experiencias de
la vida, como él
mismo relata,
impidió que la
fe floreciese en
su corazón
perturbado, y
aunque era
conocedor del
Espiritismo
Consolador, éste
no encontró el
campo para
traerle los
beneficios y el
alivio, por lo
saturado que
estaba de las
fórmulas
religiosas y
filosóficas de
su tiempo. Como
él mismo dijo:
“el peor enfermo
es siempre aquél
que ya
experimentó
todos los
específicos
(medicamentos)
conocidos”.
Desencarnado, se
sorprendió con
su nueva
situación más
allá de la
tumba, pues en
sus últimos años
de vida
consideraba al
túmulo como el
fin, pero ante
la continuidad
de la vida,
quedó perplejo
al encontrarse
con la realidad
espiritual, que
no correspondía
en nada a las
ideas religiosas
impregnadas de
símbolos, de
ángeles,
infierno y
cielo. Esta
nueva
experiencia abre
al final en su
corazón hacia el
medicamento
evangélico,
reconociéndose
como un nuevo
estudiante ante
la eternidad,
como cuenta en
el relato “Desde
un caserón de
otro mundo”:
“¡Ah! Dios mío,
estoy
aprendiendo
ahora los
luminosos
alfabetos que
tus elevados
escribieron
con tiza de oro
resplandeciente
en el libro de
la Naturaleza.
¡Hazme niño
nuevamente para
comprender la
lección que me
enseñas!” La
obra de Humberto
de Campos
desencarnado es
el trabajo de un
Espíritu
intelectualizado,
ahora despierto,
que busca
ávidamente
regenerar su
corazón, como
escribe en el
prefacio del
libro Buena
Nueva:
“Existen
Espíritus
Esclarecidos y
Espíritus
Evangelizados, y
yo, ahora, le
pido a Dios que
bendiga mi
esperanza de
pertenecer al
número de estos
últimos”.
¿Y el tema del
Hermano X? ¿Qué
resultó de eso?
El histórico
caso del proceso
promovido por la
viuda de
Humberto de
Campos por los
derechos de
autor de los
libros
psicografiados
por Francisco
Cándido Xavier
permitió a la
Doctrina de los
Espíritus, así
como a los
espíritas,
probar la
autenticidad y
el valor de las
verdades
espirituales y
universales que,
en verdad, no
pertenecen a
nadie. El
testimonio de
las luchas
materiales
sufridas por el
Movimiento to
Espírita, dado
en el que el
Tribunal en que
la justicia
humana invalidó
el derecho
requerido a las
producciones
literarias
atribuidas a un
autor
“Espíritu”,
resultó en una
divulgación
favorable a la
Causa así como
la realización
de estudios
serios de las
obras
psicografiadas
por el médium.
Chico Xavier,
quien se vio
ante los
tribunales
justificando y
defendiendo su
tarea
mediúmnica, en
una carta
dirigida al
presidente de la
FEB el 23 de
noviembre de
1944, siempre
dándonos a todos
la muestra de su
humildad, rogó
en su
desprendimiento,
a los espíritas
y amigos, que lo
ayuden con
silencio y
oración y no con
defensas
precipitadas.
Muchas veces,
así como Simón
Pedro, sacamos
la espada para
defender a
Jesús, a la
Doctrina y a la
verdad, que son
capaces de
defenderse por
sí solos, y
nuestro amoroso
Francisco
Cándido Xavier
sufría al ver a
sus compañeros
con tanto
conocimiento
evangélico
transformarse en
luchadores,
olvidando los
deberes
cristianos y los
ideales de
caridad, bandera
de la Doctrina
codificada por
Allan Kardec.
Jesús nos avisó
que “El
Escándalo es
necesario” y que
enviaría a sus
discípulos “al
mundo como
ovejas en medio
de lobos”. En
las palabras de
Humberto de
Campos en el
libro Nuevos
Mensajes, en
el capítulo
llamado “El
Espiritismo en
Brasil”, tenemos
la siguiente
declaración del
director de una
reunión en el
plano
espiritual,
estando
presentes
numerosos
compañeros de
Allan Kardec ya
desencarnados,
en el que se
discurría sobre
el futuro del
Espiritismo:
“Urge, pues, que
volvamos a
Europa y a
América donde,
si campean las
inquietudes y
ansiedades,
existe un deseo
real de reforma,
en favor de la
gran cooperación
por el bien
común de la
colectividad.
Cierto, esa
renovación es
sinónima de
muchos dolores y
de los más
largos tributos
de lágrimas y de
sangre; pero
sobre las ruinas
de la
civilización
occidental,
deberá florecer
en el futuro una
sociedad nueva,
sobre la base de
la solidaridad y
de la paz, en
todos los
caminos de los
progresos
humanos…”
¿Cuál es el
perfil dominante
en los textos de
Humberto-Espíritu?
“Quería regresar
al mundo que
dejé, para ser
nuevamente tu
hijo, deseando
hacerme niño,
aprendiendo a
rezar con tu
Espíritu
santificado en
los
sufrimientos”,
dice Humberto de
Campos en el
texto “Carta a
mi madre”. En el
libro Nuevos
Mensajes hay
un apéndice
cariñosamente
escrito por
Almerindo
Martins de
Castro, de
manera que
podamos
comprender quien
es Humberto de
Campos. Él
describe la dura
infancia de
Humberto de
Campos, huérfano
de padre, de
crianza humilde
en el interior
brasileño, en
una región
pobre, que
sufrió al lado
de su madre el
hambre y el frio
de la pobreza
irremediable,
además de la
poca instrucción
formal. Define a
Humberto de
Campos como
perseverante
ante este
sendero oscuro
de dolores que
marcó su vida
hasta los
laureles del
reconocimiento
como literato en
la Academia
Brasileña de
Letras. Afirma
Humberto de
Campos: “Me
gusta subir pero
no me gusta
cambiar de
escalera”, así
como en el
párrafo de la
carta destinada
a su madre, en
la que le
gustaría rehacer
el sendero ya
vivido, ahora
acepta el camino
con Jesús, como
narra en el
cuento “Le
traigo mi adiós
sin prometer
regresar
pronto”, en el
que sentía que
estaba en deuda
con la doctrina
por comprender
El Parnaso
Más Allá del
Túmulo”.
Tuvo la obra sus
manos mientras
estuvo
encarnado, y aun
así prevaleció
su espíritu
escéptico e
irónico.
Desencarnado,
apareciendo la
oportunidad por
medio de las
manos de Chico
Xavier,
reconocido como
un gran
cronista,
Humberto de
Campos nos envía
Crónicas del
Más Allá de la
Tumba.
En el prefacio
de
Cuentos y
Apólogos,
cuyo título es
Ofrenda, nos
ofrece sus
historias
resumiendo: “Te
dirán
todas
ellas que, más
allá de la
muerte, florece
la vida, tanto
como de la noche
resurge el
esplendor solar,
y que si hay
flagelo y
desesperación,
ante el
infortunio de
los hombres,
resplandecen
siempre puras y
renovadas la
esperanza y la
alegría ante la
gloria de Dios”
¿Algo más que le
gustaría
agregar?
En la obra
Crónicas del
Más Allá de la
Tumba,
Humberto de
Campos relata en
el capítulo 20
su encuentro con
el apóstol Simón
Pedro, en Minas
Gerais, en que,
sorprendido,
cuestiona a la
venerable
entidad sobre
los objetivos
que entonces
justificarían su
presencia aquí
en Brasil, y el
noble apóstol le
responde: “Vengo
a visitar la
obra del
Evangelio aquí
instituida por
Ismael, hijo de
Abraham y Agar,
dirigida desde
el espacio por
los abnegados
apóstoles de la
fraternidad
cristiana.” En
la obra de
Humberto de
Campos queda
claro el camino
de Brasil,
Corazón del
Mundo, Patria
del Evangelio,
para que Jesús,
nuestro guía y
modelo, director
del orbe
terreno, nos
invita a la
abnegación con
coraje y
voluntad, pues
estamos bajo su
tutela amorosa,
como dice el
Espíritu de
Verdad en el
prefacio de
El Evangelio
según el
Espiritismo:”Hombres,
hermanos amados,
estamos cerca de
vosotros”. En el
capítulo “La
casa de Ismael”
del mismo libro
Crónicas del
Más Allá de la
Tumba, el
autor espiritual
nos revela que
la obra espírita
y su trayecto en
el plano
material es,
mucho antes,
conocida y
analizada en el
mundo espiritual
y orientada con
base en las
leyes de amor,
justicia y
caridad que
rigen todos
nuestros
destinos, a
pesar de todas
las
incomprensiones
y los combates
que se dan en su
trayectoria. Los
numerosos
relatos del
reportero del
más allá,
psicografiados
por Chico
Xavier, nos
traen a la luz
ese trabajo y
ese esfuerzo del
plano espiritual
para que todos
nosotros, que
estamos bajo la
tutela de
Ismael,
ampliemos en
nuestros
corazones los
ideales sublimes
del amor, la
frontera de
nuestra nación y
de nuestro
corazón
extendiéndose y
ampliándose de
lo individual a
lo colectivo y
por todo el
globo como un
inmenso corazón
irradiando los
principios de la
caridad, como
esclarece Pedro
Richard al
estudiante
Humberto de
Campos en la
obra Nuevos
Mensajes:
”La obra de
Ismael tiene que
comenzar en lo
íntimo de las
criaturas. (…)
La casa de
Ismael debe
irradiar, antes
que nada la
claridad del
amor y de la
sabiduría
espiritual,
teniendo como
objetivo el gran
servicio de la
edificación de
las almas. (…)
Iluminando al
hombre, estará
iluminada la
obra humana”.
Sus palabra
finales.
El Espíritu de
Verdad, en el
capítulo VI de
El Evangelio
según el
Espiritismo,
nos ruega:
“¡Espíritas,
amaos! Esta es
la primera
enseñanza.
¡Instruíos, ésta
es la segunda!”
Muchos de los
relatos de
Humberto de
Campos, en las
páginas
psicografiadas
por Chico
Xavier, tratan
de hechos de los
que el autor
participa
narrando sus
propias
experiencias y
su aprendizaje.
En el libro
Nuevos Mensajes,
en el cuento “En
el Banquete del
Evangelio”,
Humberto de
Campos narra una
tarde de estudio
del Evangelio
presidida por
generosos amigos
espirituales, en
que junto a
compañeros
intelectuales y
hombres de
letras como él,
se recibía
orientación del
más alto valor.
Mientras que él
y los amigos
juzgaban los
acontecimientos
a partir de las
ciencias
humanas, el
instructor Pedro
Richard los
iluminaba con
conceptos
evangélicos:
“Richard – dije
yo, en
determinado
instante,
valiéndome de
los recursos de
mi pasado
literario, en el
desarrollo de
nuestra
conferencia –
¿usted sabe que
fue Pístrato
quien ordenó la
publicación de
las rapsodias
homéricas?
- Lo ignoro –
respondió él,
humildemente –
en compensación,
sé que Jesús
ordenó a sus
apóstoles
escribir el
Evangelio”. A
semejanza de
Jesús,
gobernador del
orbe, siendo
tentado por los
fariseos a
exponerse a
comprometerse
con sus
palabras, él
“tienta” a su
instructor.
En el capítulo 3
del libro
Buena Nueva
(escrito después
de Nuevos
Mensajes)
tenemos una
conversación
similar en un
encuentro de
Jesús y el
sacerdote Anás,
hombre orgulloso
por considerarse
superior, en el
que éste
irónicamente
inicia una
conversación con
Jesús
preguntándole
qué hacía en la
ciudad: “¡Paso
por Jerusalén
buscando la
fundación del
Reino de Dios! –
exclamó el
Cristo, con
modesta nobleza.
– ¿Reino de
Dios? respondió
el sacerdote con
acentuada ironía
– ¿Y qué piensas
tu tener que
venga a ser?
- Ese Reino es
obra divina en
el corazón de
los hombre –
esclareció Jesús
con serenidad.
(…) - ¿Conoces
Roma o Atenas? –
Conozco el amor
y la verdad –
dijo Jesús con
convicción. –
¿Tienes ciencia
de los códigos
de la Corte
Provincial y de
las Leyes del
Templo? -
inquirió Anás,
inquieto – Se
cuál es la
voluntad de mi
Padre que está
en los cielos –
respondió el
Maestro con
suavidad.
El estudiante
Humberto aun
insiste con el
instructor Pedro
Richard: “– ¡Ah!
Es verdad… -
dijimos nosotros
(…) - sin los
Evangelios todo
esfuerzo del
mundo
corresponderá
justamente al
trabajo
infructífero de
las Danaides. -
¿Danaides? –
exclamó nuestro
amigo, en su
faena educativa.
– No necesito
ese concepto
mitológico,
porque en el
mismo Evangelio
está escrito que
no se coloca
remiendo nuevo
en paño viejo.”
Ansiando por
transformarse de
Espíritu
esclarecido a
Espíritu
evangelizado,
rico en
instrucción y
carente de amor,
ante el Amigo
Sublime de la
Cruz en el libro
Lázaro
Redivivo,
Humberto de
Campos,
consciente de
sus flaquezas,
ruega a Jesús,
inspirándonos a
todos: “ya que
es necesario que
abandone mi
viejo cántaro de
fantasías, me
cambio la túnica
de las últimas
vanidades
literarias por
el buril humilde
del caminante,
interesado en
alcanzar la cuna
distante, aun
cuando hayan
atajos difíciles
y pedregosos.”
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