Un planeta
envuelto
en
sombras
Es sentido común
que para
resolver
determinado
problema es
necesario
primero que
reconozcamos que
el problema
existe. Ese
principio es
aplicable a
todas las
situaciones o,
por lo menos, la
gran parte de
ellas. De hecho,
si ignoramos la
existencia de
determinado
problema, ¿cómo
podremos hacer
la ecuación y,
de esa manera,
resolverlo?
En los
comentarios que
se leen en el
medio espírita a
respecto del
advenimiento del
Mundo de
Regeneración,
nos parece que
se ignora que
existen factores
y dificultades
que son
necesarios
remover, para
que el planeta
pase a
experimentar
tiempos más
felices.
En reciente
reunión del
Consejo
Federativo
Nacional, en
Brasília (DF),
Dr. Bezerra de
Menezes, en
mensaje
psicofónica
transmitida por
Divaldo Franco,
alertó para ese
hecho:
“Nuestro amado
planeta, aún
envuelto en
sombras,
permanece en su
categoría de
inferioridad,
porque nosotros,
aquéllos que a
él nos
vinculamos, aún
somos
inferiores, y a
medida que se
opera nuestra
transformación
moral para
mejor, bajo la
protección de
Jesús, nuestro
modelo y guía,
las sombras
densas van
siendo
desbastadas para
que las más
claras, llenas
de luz y de paz,
alcancen el
clímax en
periodo no muy
distante.”
El problema fue
claramente
mencionado por
el conocido
Bienhechor
Espiritual:
nuestro planeta
aún se encuentra
“envuelto en
sombras”
porque nosotros
que lo habitamos
“aún somos
inferiores”.
¡Perfecto el
análisis!
En consecuencia
del diagnóstico,
podemos entonces
deducir que la
Tierra vivirá
días mejores y
más felices
cuando nosotros,
las criaturas
que en ella
vivimos,
recorremos un
grado más
avanzado en el
camino de la
evolución. La
solución del
problema
requiere, por lo
tanto, progreso
moral, evolución
espiritual,
transformación
del “hombre
viejo” que
aún habita en
nosotros.
Como parte
importante de la
receta para
alcanzar tal
objetivo, Dr.
Bezerra propuso
en el mensaje a
que nos
reportamos:
“¡Benditos
servidores!
¡Benditas
servidoras de la
Causa! ¡Amad!
Amad con
abnegación y
espíritu de
servicio a la
Doctrina de
Santificación,
para que
vuestros nombres
sean escritos en
el libro del
Reino de los
Cielos y podáis
disfrutar de
alegrías,
concluyendo la
etapa como el
Apóstol de los
Gentiles,
después que
hayas luchado en
el buen combate.
[…] El mundo
necesita de
Jesús, hoy más
que ayer, mucho
más que en el
pasado, porque
estamos a camino
de la intuición,
después de la
conquista de la
razón, para que
podamos mantener
sintonía plena
con Aquél que es
nuestro guía de
todos los días y
de todas las
horas!”
¿Lograremos de
esa manera decir
basta a las
guerras, a la
criminalidad, a
la violencia, a
la corrupción, a
las
desigualdades y
a los
prejuicios?
Esperamos que
sí, o, por lo
menos, que
tengamos dado un
largo paso en
ese sentido.
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