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Año 8 - N° 402 - 22 de Febrero de 2015
Traducción
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br
 

 



Sembrar siempre… eso es
lo que importa


Derivado del vocablo latino seminare, sembrar significa echar o tirar semillas para que germinen y, figurativamente, tirar, propalar, publicar.

Jesús se valió de ese verbo para contarnos una interesante parábola – la conocida Parábola del Sembrador.

Un hombre salió a sembrar, dijo Jesús.

En el curso de su tarea, parte de las semillas cayó a lo largo del camino y vinieron los pájaros del cielo  y las comieron.

Otra parte cayó en lugares pedregosos en donde no había mucha tierra, pero las semillas luego brotaron. No obstante, como no tenían raíces, porque carecía de profundidad la tierra donde habían caído, el Sol las quemó y ellas secaron.

Otro tanto cayó en el espino, y las espinas, cuando crecieron, las ahogaron.

Otra parte, en fin, cayó en tierra buena y produjo frutos, algunos granos rindiendo ciento por uno, otros sesenta y otros treinta por uno.

En la secuencia de su habla, tal como es relatado en el cap. XIII del Evangelio según Mateo, el propio Jesús explicó la parábola.

Comentando el asunto, Allan Kardec dice que la Parábola del Sembrador exprime perfectamente los matices existentes en la manera de que sean utilizadas las enseñanzas del Evangelio.

Existen personas – afirma Kardec – para las cuales no pasa para él de letra muerta y que, como la semilla caída sobre pedruscos, ningún fruto da. ¿Los espiritistas escaparían a semejante regla?

Veamos lo que el Codificador del Espiritismo escribió: 

No menos justa la aplicación encuentra ella en las diferentes categorías espíritas. ¿No se encuentran simbolizados en ella los que apenas atentan en los fenómenos materiales y ninguna consecuencia sacan de ellos, porque en ellos más no ven de que hechos curiosos? ¿Los que sólo se preocupan con el lado brillante de las comunicaciones de los Espíritus, por las cuales sólo se interesan cuando les satisfacen la imaginación, y que, después que las hayan oído, se conservan tan fríos e indiferentes cuanto eran? ¿Los que reconocen muy buenos los consejos y los admiran, pero para que sean aplicados a los otros y no a sí propios? ¿Aquellos, finalmente, para los cuales esas instrucciones son como la semilla que cae en tierra buena y da frutos? (El Evangelio según el Espiritismo, cap. XVII, ítem 6.)

Es exactamente con ese propósito – sembrar, tirar, propagar las lecciones del Evangelio – que los espiritistas de la ciudad paulista de Rio Claro están programando un importante evento previsto para realización en mayo de este año, como es explicado en la entrevista que nos fue concedida por el cofrade Valdinei da Costa Prochnow, del Centro Espírita Fraternidad y del Hogar Espírita Espiridião Prado, situados en Rio Claro (SP). La entrevista es uno de los relieves de la presente edición.

Nombre del evento: SEMBRAR

Tema de este año: “Jesús: la alegría de vivir”.

Objetivo: divulgación de las enseñanzas de Jesús a través de la doctrina espírita.

Son ideas como esa que hacen con que lleguen al gran público las enseñanzas espíritas y las lecciones contenidas en el Evangelio, explicadas a la luz de la doctrina espírita.

En innúmeras ciudades el movimiento espírita ganó cuerpo y se hizo respetado exactamente por eventos así, que deberían multiplicarse por donde eso fuese posible, una vez que, como sabemos, la sociedad contemporánea sólo tiene a ganar enterándose de las instrucciones que los bienhechores espirituales nos tienen traído sin cesar, a respecto de la vida y de los objetivos de nuestro pasaje por este mundo.

Sembrar siempre es, sin duda, lo que importa.

La cosecha será mera consecuencia.



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita