con varios
publicados y
otros en
imprenta, nos
cuenta su
experiencia e
inspiración
para escribir
las obras,
distribuidas
entre cuentos,
textos
doctrinarios y
novelas de gran
éxito editorial
y mucha claridad
doctrinaria.- |
¿De dónde le
viene el gusto y
la experiencia
de escribir?
Siempre me gustó
mucho leer desde
mi adolescencia,
lo que debe
haber facilitado
para que yo un
día llegara a
escribir. Sobre
aquello que
escribo ocurre
siempre lo
siguiente: el
tema a ser
desarrollado
viene a mi
encuentro.
Rarísimas veces
yo he ido al
encuentro de
ellos. Por eso
no sé explicar
la experiencia
en escribir, ya
que soy
“buscado” y no
busco.
¿Cuántos libros
ha publicado?
¿Cuántas novelas
y cuántos
doctrinarios?
Publicados son
dieciocho,
además de una
participación en
un libro de
Orson Peter
Carrara. Además
de esos, otros
se encuentran en
proceso de
análisis y
elaboración en
varias
editoriales,
tales como
Petit, Mythos y
Editora EME. Del
total de los
libros que
vieron la luz,
ocho son
novelas. Los
demás tienen
contenido
diverso, pero
siempre pautado
en las
directrices
espíritas.
¿Las puede
nombrar, por
favor?
Regresó por la
Ley de Amor,
Siembra y
Cosecha, El Amor
y el Cúmulo de
los Pecados, Es
imposible Morir,
Reconcíliate
primero, Cosecha
Dolorosa, ¡Mamá
Estoy Aquí! y La
Vida Siempre
Florece
(novelas),
Siempre Existirá
Esperanza,
Admirable Mundo
Bueno, Buen Día
Aun, La Cura por
la Fe, El Amor
por los
Animales,
Razones para una
vida mejor, Haga
su parte, HIJOS
– De la
Sexualidad a la
Adopción, De las
Drogas a la
Discapacidad
Física,
Simplificando el
Espiritismo.
Participación en
el libro
Educación del
Deseo, del
escritor Orson
Peter Carrara.
¿Cómo son
elaboradas las
novelas?
Como dije, los
temas siempre me
buscan. Muchas
veces creo que
aquello a lo que
doy inicio no se
desarrollará,
porque no logro
ver el medio y,
mucho menos, el
final. Con todo,
las cosas van
encajando y
llegan a ser
concluidas. Lo
que puedo decir
es que una idea
inicial surge y,
a partir de
ella, las cosas
van sucediendo.
De todos esos
libros, ¿cuál
es el que más
lo ha marcado?
Tengo un gran
amor por los
animales. No me
considero, como
dice El Libro
de los Espíritus,
un dios para
ellos. Los
siento como mis
hermanos más
jóvenes a quien
debo respeto y
ayuda, de la
misma manera
como vivimos
pidiendo ayuda a
los Espíritus
superiores. Por
eso, el libro
El Amor por los
animales, en
el que
desarrollo el
tema de la
progresión del
principio
inmortal por el
reino animal en
dirección al
reino humano, en
homenaje a una
perrita que
teníamos y a
quien amamos
mucho, fue lo
que más marcó
mis
sentimientos.
El libro
Simplificando el
Espiritismo, de
Petit, fue
ganador del
Concurso
Literario PETIT
30 Años.
Coméntenos de
esa obra.
Lo interesante
de ese libro
editado por
Petit, es que
recibí el
comunicado del
Concurso “Salga
del cajón” y
pensé que la
idea era
interesante.
Pero sucedía que
no tenía nada en
el cajón físico
y mucho menos en
el “cajón”
mental. Por eso
mismo, olvidé el
asunto. Después
de casi un mes,
con el plazo
para el envío
del material
venciéndose,
todo el
contenido del
libro surgió
rápidamente en
la mente y lo
trasladamos al
papel,
enviándolo al
concurso. Nos
quedamos
inmensamente
felices con el
resultado y nos
gustaría que los
lectores de esa
obra también se
sintiesen de la
misma manera.
El libro HIJOS,
editada por
Mythos, ¿cómo
surgió?
El libro
publicado por
Mythos, que nos
honró con el
prestigio de esa
Editora, tampoco
escapó a la
regla. No sé
explicar cómo
surgió o cómo
recorrimos el
tema que
contiene.
Esperamos, de la
misma manera,
que agrade a los
lectores que nos
den el cariño de
su atención y
que ese libro
pueda ser útil
de alguna
manera.
¿Y su
experiencia con
PUNTO DE VISTA,
de la revista
Internacional de
Espiritismo?
El diario El
Inmortal, de
Cambé-PR, en la
dulce persona
del inolvidable
“padrecito” Hugo
Gonçalves y O
Clarim, a
través del señor
Aparecido
Belvedere,
fueron quienes
nos
proporcionaron
las primeras
oportunidades de
la publicación
de nuestros
artículos, creo
que por la
década del
noventa. A
ellos nuestra
eterna gratitud.
Participar en la
RIE es un honor
que no merecemos
y que ocurre
gracias a la
bondad de esos
cofrades,
principalmente
si recordamos
que en ella
participó el
cultísimo
Wallace Leal
Rodrigues a
quien veneramos
física y
espiritualmente
después de su
desencarnación.
Me siento muy
atrevido en
publicar en un
órgano de prensa
espírita que
tiene ese
baluarte entre
sus
colaboradores.
Con esa
facilidad y
empeño en
escribir, ¿cuál
es la
experiencia más
resaltante de
sus recuerdos?
En aquello que
el autor escribe
está su sangre,
sus huesos, su
alma, está todo
su ser en un
mecanismo
incondicional de
entrega total al
lector de buena
voluntad. Cuando
eso es
reconocido a
través de alguna
comunicación
entre el lector
y el autor,
ocurre la
consumación de
esa entrega, en
que aquél que
ofrece se ve
resguardado en
lo íntimo de
aquél que lo
recibe. Tuve la
oportunidad de
experimentar
algunas de esas
situaciones en
que ello ocurrió
y ese
reconocimiento
resuena en mí
como un aliento
para no parar.
¿Algo mas que el
gustaría decir?
Sólo quiero
agradecer a
todas las
Editoriales que
nos dan la
oportunidad de
salir de
nosotros mismos
y realizar el
mecanismo de
entrega a los
lectores, aunque
nuestra parcela
sea la más
pequeña de
todos. Es de lo
pequeño que un
día surge lo
grande. Es de lo
poco, muy poco,
el que un día
surge algo más
grande. Sin esas
oportunidades,
viviríamos de
manera egoísta
nuestras
meditaciones por
más sencillas
que éstas sean y
menor valor que
puedan tener.
Sus palabras
finales.
Amigo mío, amiga
mía, abrace su
tesoro real que
es el tiempo
presente. Del
pasado que sólo
traiga las
lecciones. Deje
que la hiel de
la derrota se
entregue al
olvido en el
tiempo. Del
futuro,
contemple el
gesto de la
esperanza en
días mejores.
Pero nuestro
tiempo real es
el presente. El
pasado ya se
fue. El futuro,
¿quién sabe si
existirá? Pero
el momento del
ahora es
concreto, es lo
real. Aférrese a
él haga de cada
día un himno de
realizaciones de
un hombre mejor
que quiere y
realiza en sí
mismo la parcela
de un nuevo
mundo en donde
el Amor sea un
sol eterno y
donde el odio
sea sólo un mal
sueño que nunca
más regresará.
¡Mucha paz!
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