gelio por
Emmanuel,
además de
miembro de la
Comisión
Administrativa
del NEPE -
Núcleo de
Estudios e
Investigaciones
del Evangelio,
que funciona en
el Distrito
Federal.
|
¿Cómo y cuándo
surgió el Núcleo
de Estudios e
Investigaciones
del Evangelio en
la Federación
Espírita del
Distrito Federal
(FEDF)?
El núcleo tuvo
dos fases
distintas. La
primera comenzó
en realidad
antes del nombre
NEPE, al final
del año 2011.
Algunos
compañeros de la
FEDF sentían la
necesidad de
regresar al
estudio del
Evangelio e
iniciamos una
reunión los
domingos con ese
fin. Ese grupo
evolucionó y se
consolidó. Con
la creación del
Núcleo de
Estudios e
Investigaciones
del Evangelio (NEPE)
de la Federación
Espírita
Brasileña (FEB)
y la posibilidad
de intercambio
de experiencias
entre diversos
grupos de
estudio del
Evangelio, el
proyecto fue
evolucionando,
el nombre del
grupo se cambió
a NEPE-FEDF y se
consolidó como
una de las
actividades de
la Dirección de
Estudios
Doctrinarios. El
grupo continuó
desarrollándose
y hoy cuenta con
la participación
de compañeros de
diversas casas
espíritas del DF
y ya ha
realizado dos
seminarios de
estudio del
Nuevo Testamento
bajo el enfoque
espírita.
¿El trabajo fue
influenciado por
la práctica de
alguna
institución o es
una iniciativa
particular?
Al principio fue
una iniciativa
propia, pero con
el paso del
tiempo tuvimos
contacto con
otras propuestas
e incorporamos
lo que nos
pareció adecuado
al grupo, al
contexto y a los
propósitos.
¿Cuál es la
propuesta, el
objetivo y el
perfil del Grupo
y sus
participantes?
La propuesta del
grupo es el
promover un
espacio de
diálogo, estudio
y reflexión
sobre las
enseñanzas y
ejemplos de
Jesús contenidos
en el Nuevo
Testamento, en
la línea que fue
iniciada por
Allan Kardec en
“El Evangelio
según el
Espiritismo”.
El objetivo es
promover entre
los
participantes
una mejor
comprensión de
las enseñanzas
de Jesús a la
luz de la
Doctrina
Espírita. Esta
comprensión no
se limita al
aspecto teórico,
porque
entendemos que
el Evangelio
sólo será bien
comprendido
cuando logremos
practicarlo en
lo cotidiano de
nuestras vidas,
como bien lo
resume Alcíone
en el libro “Renuncia”:
“el mensaje de
Cristo requiere
ser conocido,
meditado,
sentido y
vivido”. Sin esa
vivencia sabemos
que el ciclo de
interpretación
de las
enseñanzas del
Maestro no
estará completo.
En términos de
objetivo, existe
también la
propuesta de
compartir con el
movimiento
espírita estas
reflexiones, lo
que ya se ha
hecho a través
de dos
seminarios y
otras formas de
divulgación en
proyecto. El
perfil de los
participantes de
este grupo
específico es
predominantemente
de personas con
tres o más años
en el movimiento
espírita, aunque
eso no es una
restricción. Las
reuniones son
abiertas y puede
participar
cualquier
persona que esté
interesada.
Actualmente el
grupo cuenta con
personas
oriundas de más
de ocho casas
espíritas del
Distrito
Federal.
¿Cómo funciona
el grupo?
¿Cómo
participar?
Las reuniones
tienen una
duración de dos
horas y se
realizan siempre
los segundos y
cuartos domingos
de cada mes, de
17h30 a 19h30.
El ingreso es
libre para
cualquiera que
desee
participar.
Siempre al
inicio del año o
al término de un
ciclo de
estudios,
definimos en
grupo cuáles
serán los temas
que se
abordarán, y a
partir de ahí
los estudios se
realizan a
través del
diálogo y del
debate entre los
participantes.
Hemos terminado
un ciclo de
introducción a
las 27
escrituras del
Nuevo
Testamento, uno
sobre las
bienaventuranzas
en las tres
revelaciones y
actualmente
estamos
estudiando las
parábolas
exclusivas del
Evangelio de
Mateo. Están
programados
también un ciclo
sobre el Sermón
Profético y
sobre las
referencias a la
venida de Jesús.
¿Cómo ve la
calidad de los
estudios
espíritas, en
general, en el
momento actual?
Particularmente
tenemos una
visión bastante
positiva sobre
el desarrollo de
los estudios
espíritas en la
actualidad.
Algunos años
atrás esos
estudios eran
preponderantemente
sobre temas de
Mediumnidad y de
los principios
de la Doctrina.
Actualmente
hemos visto que
se han juntado a
esos temas, que
son importantes
y necesarios,
otros relativos
al estudio del
Nuevo Testamento
y del Evangelio.
De esta manera,
pienso que
estamos
caminando en la
dirección que
Kardec siempre
enfatizó en
cuanto al triple
aspecto del
Espiritismo:
ciencia,
filosofía y
religión.
Obviamente, no
encontramos el
mismo nivel de
desarrollo de
esos tres
aspectos en
todas las casas
espíritas e
instituciones,
pero cuando
miramos al
movimiento
espírita, es
nítido ese
desarrollo.
Además, otro
factor
específico del
estudio del
Evangelio, que
vemos muy
positivo, es la
capacidad que
ese estudio
tiene para
despertar el
interés de los
jóvenes y de
promover la
interacción de
la generación
más antigua con
la más nueva
dentro de la
casa espírita
alrededor del
Evangelio. Al
lado de eso,
surge algo hemos
visto con
bastante
entusiasmo, que
es el uso
creciente de las
tecnologías de
comunicación y
de las redes
sociales, como
medio de
interacción,
estudio e
intercambio de
informaciones.
Esa es una
característica
de nuestra
sociedad que
abre muchas
oportunidades.
Otro aspecto que
percibimos como
un desarrollo
positivo en la
actualidad es un
mayor diálogo
con otras
denominaciones
religiosas. Esto
también está de
acuerdo con lo
que Kardec decía
en cuanto al
futuro de las
religiones y la
contribución que
la Doctrina
podría darles a
todas ellas. Por
mucho tiempo que
se diálogo fue
casi incipiente.
Pienso que ahora
estamos
encontrando los
puentes que
permitirán que
crezca cada vez
más. Esto es muy
positivo, porque
la paz, la
caridad y la
fraternidad
deben tener, en
los diversos
movimientos
religiosos, su
expresión más
viva.
¿Cuáles son las
principales
dificultades a
superar?
Creo que las
principales
dificultades son
de tres
naturalezas
distintas. La
primera es con
respecto a la
tendencia
natural de
algunas personas
que, ante algo
nuevo, sienten
recelo y tienden
a desestimar el
florecimiento de
nuevas ideas. En
cierta medida,
las precauciones
son necesarias
para contener
los abusos y la
distorsión de
ciertos caminos.
En exceso, esa
postura puede
comprometer
actividades
importantes para
el futuro del
movimiento. Hay
que buscar aquí
el justo
equilibrio, no
siempre fácil,
pero que a
través de un
diálogo franco y
abierto
seguramente será
encontrado.
La segunda
dificultad es
encontrar
caminos
metodológicos
que atienden a
las
características
de cada grupo. A
veces parece
mucho más fácil
adoptar una
determinada
metodología, o
apoyarse en una
persona, pero
ello trae el
riesgo de la
inadecuación a
las necesidades
y realidades del
grupo específico
y de la casa
espírita en
donde está
trabajando. Los
intercambios de
experiencias
son, en ese
sentido, muy
importantes y
pueden ofrecer
un cuadro más
amplio, a partir
del cual las
demandas de cada
grupo serán
atendidas.
La tercera
dificultad
reside en no
completar el
ciclo de
interpretación y
de estudio de la
forma como
Kardec nos
orienta, pues
éste sólo se
concluye en la
vida, en lo
cotidiano, en la
experiencia
conjunta.
Cualquier
estudio que
permanezca
exclusivamente
en el ámbito
intelectual aún
no está
completo. No se
trata aquí de
dilema falso
entre el estudio
y la práctica.
En materia del
Evangelio, todo
estudio debe
terminar en la
práctica y toda
práctica debe
promover una
nueva reflexión.
El Evangelio es
ley de vida y su
estudio tiene
como punto
fundamental
nuestra vivencia
como individuo y
como
colectividad.
¿Cuál es la
importancia de
este tipo de
grupo de
estudios
espíritas?
Allan Kardec, en
la introducción
de El
Evangelio según
el Espiritismo,
dice
explícitamente:
“Muchos puntos
de los
Evangelios, de
la Biblia y de
los autores
sagrados en
general son tan
ininteligibles,
que algunos
parecen incluso
irracionales por
falta de la
llave que
permita
comprender su
verdadero
sentido, esta
llave está
completa en el
Espiritismo”.
Ésa afirmación
del codificador
es al mismo
tiempo una
alerta, en
relación al
papel del
Espiritismo en
el rescate de la
esencia de las
enseñanzas
contenidas en la
primera de la
segunda
revelación, así
como una
invitación para
que, de poseer
los principios
traídos por los
Espíritus en la
codificación,
podamos
comprender mejor
una Ley Divina
que viene siendo
paulatinamente
revelada al
hombre. Esa ley,
como la
respuesta a la
pregunta 614 de
El Libro de
los Espíritus
nos esclarece
con respecto a
nuestra
felicidad. Por
lo tanto, en
última
instancia, la
importancia de
esos grupos es
la de iluminar
caminos que nos
permitirán
trabajar en
favor de nuestra
felicidad como
individuos,
grupos y
sociedad.
En su
percepción, ¿qué
se requiere y
puede mejorar en
la organización
de grupos
espíritas
específicos como
éste?
Las experiencias
son aún muy
recientes, que
no nos permite
aún abarcar un
conjunto muy
grande de las
dificultades y
posibilidades de
mejoría. Lo que
hemos percibido,
hasta el
momento, es la
importancia del
diálogo dentro
de la casa y con
otros grupos. En
ese sentido,
toda iniciativa
en la dirección
de intensificar
el diálogo con
la dirección del
centro espírita
y como otros
grupos, es
necesaria.
¿Cuáles son los
planes en
relación a este
grupo en el
futuro? ¿Qué
actividades
pueden ser
implementadas?
¿Qué resultados
pueden ser
alcanzados?
Las expectativas
son que en el
futuro las
experiencias
desarrolladas en
el grupo sean
una
contribución
para otros
interesados en
este tipo de
estudio en otras
casas espíritas.
Las actividades
están
relacionadas con
la creación de
biblioteca,
material de
referencia y
canales de
intercambio y
divulgación. En
términos de
resultados,
pienso que se
divide en dos
frentes. Uno
externo, con un
cambio en la
manera como la
Doctrina es
percibida dentro
de su aspecto
cristiano y
religioso y otro
de naturaleza
interna. Creo
que este último
es el más
importante.
Jesús dijo en el
sermón de la
montaña a sus
discípulos:
“vosotros sois
la luz del
mundo”, lo que
nos hace
reflexionar
sobre la tarea
de hacer para
brillar la luz
que todos
traemos dentro
de nosotros.
Sabemos cuánta
diferencia puede
hacer un
individuo
iluminado en una
sociedad.
Martin Luther
King, la Madre
Teresa,
Francisco de
Asís, Gandhi,
Chico Xavier,
Divaldo, Hermana
Dulce son
algunos de los
grandes
ejemplos. Sin
embargo, existen
otros
desconocidos
para el gran
público, sin que
por ello dejen
de ser
demostraciones
de aquella luz a
la que Jesús se
refería. Las
acciones de un
médico o un
enfermero en un
hospital, el de
un trabajador
público en una
institución, de
un obrero en una
fábrica, de un
profesional
liberal, de una
madre, un padre,
un hijo, un
amigo, pueden
ser también una
luz brillando
donde exista una
sombra de
desesperación,
de desánimo, de
pesimismo, de
falta de fe.
Esas luces son
tanto o más
importantes que
la de los
grandes hombres
y mujeres que
continúan siendo
necesarios para
orientarnos,
pero la sociedad
humana es muy
grande y vivimos
al borde de una
civilización
global que no
prescindirá del
esfuerzo
individual en la
esfera de acción
en la que
estemos
trabajando.
Necesitaremos
las grandes
luces, pero cada
vez más, de las
pequeñas llamas
encendidas.
Aquél que ha
tenido la
oportunidad de
observar una
vela en una
noche oscura
sabe cuánta
diferencia puede
hacer. Si
tuviéramos
muchas pequeñas
llamas
encendidas,
atenderemos a la
palabra del
maestro cuando,
completando la
cita anterior,
nos decía:
"brille vuestra
luz”.
Su mensaje final
a nuestros
lectores.
En el prólogo
del libro
Camino Verdad y
Vida,
Emmanuel nos
trae la
siguiente fase:
“… en el inmenso
conjunto de las
enseñanzas de la
Buena Nueva,
cada concepto de
Cristo o de sus
colaboradores
directos se
adaptan a
determinada
situación del
Espíritu, en los
caminos de la
vida”. Estudiar
el Evangelio
significa
encontrar en
esos conceptos,
palabras,
parábolas,
ejemplos, el
camino de una
vida más plena y
feliz.
Acerquémonos a
esos textos con
las luces que la
Doctrina
Espírita nos
concede, sin
prescindir de la
contribución de
otros que se
congregan en el
mismo esfuerzo
de comprensión,
y a la
inolvidable
música del amor
resonará en
nuestro íntimo,
en cánticos de
paz y felicidad.
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