Maurício Mancini:
“Aprendamos con los
jóvenes”
Un
profesor
universitario relata
su valiosa
experiencia con
jóvenes, dentro y
fuera del movimiento
espírita
Nuestro entrevistado
de la semana,
Mauricio Cordeiro
Mancini (foto),
es profesor en la
Universidad Federal
Rural de Rio de
Janeiro, espírita
desde 1976,
vinculado al Centro
Espírita Paulo de
Tarso, en Seropédica
(RJ), que
actualmente preside,
además de coordinar
el Departamento
doctrinario y de
orientación
mediúmnica, donde
también actúa como
médium desde 1986.
Conferenciante muy
requerido en su
región, acumula una
gran vivencia con
jóvenes espíritas y
también con sus
alumnos en la
Universidad. De la
experiencia con jóvenes surgieron dos
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obras de
mensajes
diarios,
ahora
reeditadas
en un nuevo
esbozo, cuya
historia
podemos
conocer en
la presente
entrevista,
además de
otras
valiosas
informaciones
sobre el
aprendizaje
e
interacción
con los
jóvenes. |
El Consolador: Su
libro Mensajes de
Buenas Noche,
recién lanzado, es
fruto de su
experiencia con sus
alumnos en la
Universidad.
Cuéntenos esa
experiencia.
En verdad, los dos
libros hasta ahora
lanzados son frutos
del intenso
intercambio y
aprendizaje que
realizo con jóvenes
del movimiento
espírita de los
Estados de Rio de
Janeiro y,
principalmente,
Minas Gerais. Sumado
a esta convivencia
doctrinaria con la
juventud, vine a una
diaria relación con
mis jóvenes alumnos
y orientados de
Iniciación
Científica y
Maestrado. A lo
largo del tiempo, me
di cuenta que, sea
que vengan de las
más variadas partes
del Brasil en busca
de su conquista
académica, sea que
se desenvuelvan en
las actividades de
la casa espírita,
nuestros jóvenes
están ávidos por
afecto, atención,
alguien que los oiga
y comprenda, no
exactamente de un
cómplice o compañero
de fiestas y
diversiones, sino de
figuras paternales y
maternales que
puedan suplir el
inmenso vacío
afectivo que la
mayoría experimenta
en el hogar, en las
tumultuosas o
inexistentes
relaciones
familiares. Fue en
las conversaciones
con ellos, oyendo
sus desahogos y
compartiendo sus
alegrías, que
encontré la fuente
primera de los
textos que componen
los libros que
escribo.
El Consolador: ¿Cómo
consiguió la
excelente
interacción que vive
con sus alumnos?
Permitiendo que el
tiempo y los
sentimientos me
transformasen del
clásico profesor de
ingeniería química
en el amigo y padre
que enseña al mismo
tiempo en que
aprende. Es
desafiador dejar de
lado las posturas
clásicas a las
cuales nos
acostumbramos, la
distancia siempre
defensiva, que la
mayoría de los
profesores mantienen
con los alumnos,
como si los primeros
fuesen los grande
“sabelotodo” y los
alumnos los necios
que necesitan
recibir la caridad
de aprender lo que
los maestros tienen
que enseñar. Tal vez
sea por eso mismo
que, aunque bien
lejos de ser una
unanimidad entre
ellos, ni aflojando
en las evaluaciones,
permanezco
disponible para que
charlen conmigo,
exterioricen, se
expongan como
personas delante de
una persona igual,
tal vez sólo un poco
más viejo, con
algunas lecciones
demás ya aprendidas,
pero siempre un
eterno alumno de la
vida. Es eso que
soy, un eterno
alumno de la vida.
El Consolador: ¿Y
cuál considera la
causa de la buena
aceptación de sus
textos? ¿No hay
resistencia de los
jóvenes para esa
temática?
Las personas, en
cualquier medio en
que estén, del más
simple y familiar
hasta los de
excelencia
académica, son
siempre personas,
sus sentimientos,
sus ansiedades
controlan sus vidas
mucho más que su
razón. Los textos
son bien aceptados
porque hablan de
cuestiones del día a
día, de los
problemas comunes a
todos nosotros, sin
traer soluciones
cerradas, pero
mostrando, conforme
aprendemos con
Jesús, que nosotros
somos los artífices
de nuestras
desgracias o de
nuestra plena
felicidad. Los
textos hablan a los
sentimientos,
muestran que las
tormentas de la
vida, por las cuales
los jóvenes pasan,
no son exclusividad
de ellos y que ellos
mismos son capaces
de construir un
camino mejor para su
vivir. No resisten a
la temática
espiritualista, pues
en la gran mayoría,
están sintiéndose
vacíos, por más que
gocen las
facilidades y
locuras que la vida
moderna ofrece.
Ellos anhelan por
algo más, por algo
que los hagan
sentirse personas
plenas y no máquinas
o engranajes
anónimos de un
sistema competitivo,
sin sentimientos,
sin amor.
El Consolador: ¿En
sus conferencias, la
interacción con el
público también es
intensa? ¿Qué
dinámica usa para
volver las
conferencias
interesantes a las
personas?
Usualmente no
recurro a otros
recursos sino los da
la oratoria y el
tiempo me ayudó a
aprender a “pintar
imágenes” en la
mente de las
personas. Recurro a
historias
pintorescas para
ilustrar algunas
ideas y procuro
siempre dar hechos
que conduzca al
enaltecimiento de
los buenos
sentimientos de
todos nosotros, de
la capacidad que
todos tenemos para
el bien, reforzando
que, si queremos ser
felices, el trabajo
es nuestro y debe
comenzar
urgentemente. En los
sentimientos, tareas
bien más largas, en
las cuales necesito
profundizar
determinados
asuntos, utilizo
recursos
audio-visuales sí.
Pero, esencialmente,
lo que atrae al
público debe ser la
empatía, el brillo
de la mirada, la
sonrisa siempre
presente, la alegría
de vivir y la
inmensa gratitud a
Dios por yo estar
allí, teniendo la
oportunidad de ahora
construir, en vez de
destruir, como
tantos de nosotros
hicimos en
encarnaciones
pasadas.
El Consolador: ¿Y
continúa enviando
esos mensajes? ¿Cuál
es la fuente de
inspiración?
Sí, continúo
enviando, no
diariamente, como
hice cerca de 18
meses, lo que generó
los Mensajes de
Buenas Noches, en
Parábolas de Buenas
Noches y 3 libros
aun no publicados.
De vez en cuando
surgen mensajes
inéditos y
semanalmente, he
reenviado mensajes
contenidos en la
Parábola de Buenas
Noches, cuya primera
edición ocurrió en
el 2007. En cuanto a
la inspiración, yo
podría decir que
existe siempre un
gatillo, que dispara
la construcción de
los mensajes,
normalmente este
gatillo es una
conversación con mis
alumnos, con los
jóvenes del
movimiento espírita
o algún conflicto
personal. De la idea
inicial busco la
inspiración de los
Amigos del Plano
Mayor que, aunque no
firmen los mensajes,
digitan conmigo,
pues a veces, sólo
tomo cociencia de lo
que fue escrito
después de estar
listo. Aquí cabe
destacar la
constante asistencia
de los Espíritus
Hermanos Asís y
Hermana Rosalía,
amigos espirituales
que me acompañan y
dirigen ya hace más
de 25 años.
El Consolador: ¿Y el
libro Parábolas
de Buenas Noches
que también debe ser
publicado en el
2009?
El Parábolas de
Buenas Noches será
reeditado en el
2009, ahora por la
Editora Mitos, y con
dos parábolas
inéditas, en
relación a su
primera edición.
Este es un libro con
un estilo
ligeramente diverso
de los mensajes de
Buenas Noches, que
trae mensajes
directos y bien
objetivados. En el
Parábolas de Buenas
Noches fueron
reunidos varias
historietas cortas,
parábolas y
apólogos, usando
personajes y
diálogos para
ilustrar las
lecciones. Serán 70
parábolas cortas,
escritas bajo el
mismo tipo de
influencia de los
Mensajes de Buenas
Noches, esto es, mis
alumnos, los jóvenes
espíritas y los
Espíritus Hermanos
Asís y Hermana
Rosalía. Los temas
también son aquellos
que más atraen a los
jóvenes de todas las
edades: relaciones
afectivas
fracasadas,
capacidad de
superación de
fracasos, amistades
deshechas, la
difícil elección
entre el TENER y el
SER y otras más. En
muchas de esas
parábolas dejé salir
el sentimiento
paternal, pues tengo
por mis alumnos y
los jóvenes del
movimiento espírita
el mismo amor que
dedico a mis hijos
biológicos.
El Consolador: ¿Qué
experiencia puede
ser obtenida de su
convivencia con los
jóvenes?
Los que se aíslan o
descuidan la
convivencia con los
jóvenes se condenan
a un envejecimiento
precoz y triste,
casi una muerte en
vida. La vida es
constante
aprendizaje y
pasamos los primeros
años de la jornada
terrena aprovechando
la exuberancia de
las energías para
explorar el mundo
que nos cerca y
aprender a costa de
nuestras
experiencias.
Cuando, sin embargo,
llega la madurez,
las energías para
las aventuras de
aprendizaje van
disminuyendo y
seremos sabios si
continuamos
aprendiendo con los
jóvenes. Pero, si yo
pudiese aquí coger
una lección personal
de convivencia con
los jóvenes sería el
hecho de que las
nuevas generaciones
siempre me parecen
mejores, más
dispuestas a
aprender y crecer
que de la mía y las
generaciones
anteriores fueron.
Si tengo plena
certeza de que
tendremos un mundo
mejor y más feliz en
el futuro, yo la
aprendí observando a
estos mismos jóvenes
que sólo parecen
aprender alguna cosa
conmigo, pero que me
enseñan mucho más.
Es con ellos que
aprendí la
posibilidad concreta
de tener ALEGRÍA DE
VIVIR.
El Consolador: ¿Las
ideas espíritas son
bien aceptadas por
los jóvenes que no
son espíritas?
Las ideas espíritas
son muy bien
aceptadas por los
jóvenes. Ellas son
siempre actuales,
traen respuestas
racionales y
consoladoras para
sus cuestionamientos
más inmediatos.
Apenas cuando la
cultura familiar, el
preconcepto y las
herencias
materialistas ya los
comprometieron mucho
es que los jóvenes
se muestran
contrarios a las
ideas espíritas. Si
observamos
deserciones y vacíos
de las juventudes
espíritas, de las
casas espíritas, el
problema no está en
la juventud en sí,
menos aun en las
ideas de la Doctrina
Espírita, pero sí en
la forma poco
motivadora y falta
de interés usado
para presentar estas
ideas a los jóvenes.
A ellos les gustan
los desafíos, les
gusta ser llevados a
pensar y jamás se
permitirán
“engullir”
informaciones que no
les traigan una
sensación de íntima
satisfacción de la
razón y de los
sentimientos.
El Consolador: ¿Y la
comunicación virtual
ha facilitado la
expansión de las
ideas espíritas?
Todos los recursos
de comunicación
serán productivos si
fueran bien
utilizados. Internet
y todos los otros
medios digitales y
virtuales de
comunicación
necesitan ser bien
aplicados. Hacer las
debidas adaptaciones
para que el mensaje
se vuelva accesible
a un público cada
vez mayor sí, pero
tener todo el
cuidado con el
contenido de los
mensajes
transmitidos y
evitar algunas
concesiones, que
nada tiene que ver
con la forma, son
igual permisivos,
estrategias, sin
consistencia, para
atraer público. Yo
diría que los medios
digitales y
virtuales de
comunicación
deberían ser
nuestras
herramientas
auxiliares para
atraer al gran
público para el
estudio serio y
metódico de la
Doctrina Espírita.
Pero, si ni incluso
en nuestras casas
espíritas estamos
consiguiendo eso, no
vamos a exigir
demasiado de la
comunicación
virtual, quedemos
sí, vigilantes para
que ella no
represente un
perjuicio en la
divulgación de la
doctrina.
El Consolador: ¿Cuál
es la experiencia
más marcada de su
vida profesional y
de su actuación
espírita?
En el 2001 enseñé
una disciplina del
primer periodo para
los alumnos de
ingeniería química e
ingeniería de
alimentos de la
UFRRJ. En el primer
día de aula yo
distribuí un
cuestionario para
que ellos hablasen
un poco sobre sí
mismos y dejé al
final un espacio con
un mensaje de
estímulo, hablando
de la confianza en
ellos y que ellos ya
eran capaces de
realizar las
conquistas que
deseaban. Pedí que
guardasen la nota y,
si lo encontraban
importante, me la
devolviesen en la
graduación. Cinco
años después, en
medio de la
solemnidad de la
graduación de un
grupo de alumnos,
subí al estrado para
recibir una placa de
homenaje. Después de
las formalidades de
aquel momento
solemne, ellos
pararon todo,
pidieron que yo
permaneciera en el
estrado, leyeron la
nota de papel para
el auditorio lleno y
me lo entregaron.
¡UPA! Allí yo tuve
la seguridad que no
soy cardiáco.
En la actuación
espírita cada vez
que un joven se
aproxima afligido,
necesitado, y
nuestras largas
horas de
conversación lo
ayudan a sentirse
mejor y más capaz,
me siento viviendo
una de esas
experiencias
culminantes de las
cuales habla Abrahán
Maslow; me siento un
poco padre de cada
uno de ellos y eso
es profundamente
estimulante y
marcador para mí
todos los días.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Sé que mis libros
pueden alcanzar a un
público amplio, pues
los mensajes traen
consuelos para
sufrimientos que son
al respecto de los
desafíos de la vida
moderna, pero,
originalmente ellos
fueron concebidos
pensando en los más
jóvenes. No por
casualidad, pues es
esa confianza en la
juventud que veo la
gran fuerza para
construir un mundo
mejor. El joven no
es para ser
combatido, no es
para ser vedado, no
intentemos
transformarlos en
copias de nosotros.
Al contrario
aprendamos con
ellos, envolvamos a
los jóvenes en
nuestro amor, con
profundo respeto por
sus
individualidades,
pues ellos son los
Espíritus que
transformarán este
mundo en un mundo
mejor. Termino
citando a Khalil
Gibran, cuando nos
habla de los hijos:
“Podéis esforzaros
por ser como ellos,
pero no busquéis
hacerlos como a
vosotros. Porque la
vida no anda para
atrás y no se demora
en los días pasados.
Vosotros sois arcos,
de los cuales
vuestros hijos son
lanzados como
flechas vivas. (…)
Que vuestra
curvatura en la mano
del Arquero sea
vuestra alegría,
pues así como Él ama
la flecha que vuela,
ama también el arco
que permanece
estable.” (El
profeta Khalil
Gibran)
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