Aborto
Presentamos en esta edición
el tema nº 56 del Estudio
Sistematizado de la Doctrina
Espirita, que está
siendo aquí presentado
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente al
uso por parte del lector,
pedimos que el interesado
intente inicialmente
responder a las cuestiones y
solo después lea el texto
referido. Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones para debate
1. ¿Cómo conceptúa el
Espiritismo el aborto sin
una causa justa?
2. Tres errores se pueden
destacar en el aborto
delictuoso. ¿Cuáles son?
3. ¿Qué especie de aborto es
admitido por la Doctrina
Espirita?
4. ¿Qué dolencias pueden
resultar directamente de la
práctica del aborto
delictuoso?
5. ¿Qué consecuencias de
naturaleza espiritual puede
el aborto acarrear?
Texto para la lectura
El aborto delictuoso es la
negación del amor
1. El aborto es, en el
entendimiento unánime de los
Espíritus superiores, un
doloroso crimen. Arrancar
una criatura del seno
materno es infanticidio
confeso. Una madre o quien
quiera que sea cometerá
siempre un crimen si quita
la vida a una criatura antes
de su nacimiento, porque
impide al que reencarna
pasar por las pruebas que
serviría de instrumento al
cuerpo que se estaba
formando.
2. Pueden destacar tres
errores en el procedimiento
de esas madres: impedir que
un Espíritu reencarne y, por
consiguiente, progresar.
Segundo: rechazar un hijo
que tal vez represente el
instrumento que Dios había
dado a los padres para
ayudarlos en la jornada
evolutiva, a través de los
cuidados, de las renuncias,
de las preocupaciones y
trabajos que tendrían.
Tercero: infringir el
mandamiento divino “No
matarás” y de una forma en
que la victima se encuentra
en situación de desigualdad,
sin la menor oportunidad
para defenderse.
3. El aborto delictuoso es
la negación del amor.
Aplastar una vida que
despunta, plena de esperanza;
impedir al alma de
reingresar en el mundo
corpóreo; negar al Espíritu
el deseo de reajuste,
representa, en cualquier
lugar, situación y tiempo,
innominable crimen, de
prolongadas y dolorosas
consecuencias para el
psiquismo humano.
4. La Humanidad terrena se
encuentra en el presente
atacada por una serie de
males. Son homicidios,
asaltos, asesinatos,
dolencias, hambre,
catástrofes, ignorancia,
guerras, lo que hace que el
mundo viva en constantes
convulsiones sociales. Un
crimen, sin embargo, existe
más doloroso, por la
voluptuosidad de crueldad
con que es practicado, en el
silencio del santuario
doméstico o en el regazo de
la Naturaleza – un crimen
aterrador, porque la victima
no tiene voz para suplicar
piedad ni brazos robustos
con los que se confié a los
movimientos de la reacción.
Nos referimos al aborto
delictuoso, que que padres
inconscientes determinan la
muerte de los propios
descendientes, asfixiándoles
la existencia antes que
puedan sonreír para la
bendición de la luz.
Molestias de etiología
oscura provienen del aborto
5. En muchos países, el
aborto sin causa justa – y
por causa justa debemos
considerar apenas el llamado
aborto terapéutico, que
objetiva salvar la vida de
la gestante – encuentra
amparo en la ley, más, de
acuerdo con la Doctrina
Espírita, el aborto no
encuentra justificación
delante de Dios, a no se en
casos espacialísimos, como
el citado, en que el médico
honrado, sincero y
consciente entiende que la
continuación de la gravidez
pone en peligro la vida de
las gestante. Solamente el
medico, sin embargo, y más
nadie, de la Ciencia tiene
autoridad para emitir ese
parecer.
6. De acuerdo con la
enseñanza espirita, es el
aborto delictuoso uno de los
grandes abastecedores de las
molestias de etiología
oscura y de las obsesiones
catalogables en la
patología de la mente, que
ocupan vastos departamentos
de hospitales y prisiones de
la Tierra. La mujer que lo
promueve o que venga a
cometer semejante delito es
obligada por leyes
irrevocables, a sufrir
alteraciones deprimentes en
el centro genérico de su
alma, predisponiéndose a
dolorosas enfermedades, como
la inflamación del útero
([1]), el vaginismo ([2], la
metralgia ([3]), el infarto
uterino o la tumoración
cancerosa, flagelos esos con
los cuales, muchas veces,
desencarna, demandando el
Más Allá para responder,
ante la Justicia divina, por
el crimen practicado.
7. Es entonces que se
reconoce rediviva, más
enferma e infeliz, porque,
por la incesante
recapitulación mental del
acto abominable, a través
del remordimiento, retendrá
por largo tiempo la
degeneración de las fuerzas
genitales.
8. La mujer que corrompió
voluntariamente su centro
genérico – informa André
Luiz en Acción y Reacción, p
210 y 211 – recibirá en el
futuro almas que viciarán
la forma que les es
peculiar, y será, así, madre
de criminales y suicidas,
regenerando las energías
sutiles del periespiritu a
través del sacrificio
ennoblecedor con el que se
dará a los hijos torturados
e infelices de su carne,
aprendiendo a orar, a servir
con nobleza y a mentalizar
la maternidad pura y sana,
que acabará reconquistando
al precio de sufrimientos y
justos trabajos.
El aborto puede ser la
puerta que se cierra a
nuestros amigos
9. Las consecuencias
espirituales del aborto
están bien
caracterizadas en la
experiencia siguiente
que nos es relatada por
Suely Caldas Schubert
en su libro
Obsesión/Desobsesión.
Editado en 1981 por la
Federación Espirita
Brasileña. En el Cáp.9
de la tercera parte de
la citada obra, Suely
Schubert relata tres
comunicaciones
mediumnicas relacionadas
con el aborto y sus
efectos.
10. La primera es la de
un médico que,
encarnado, se dedico a
esa práctica. Más allá,
el aborto – excepto
cuando es realizado para
salvar la vida de la
gestante puesta en
peligro – es considerado
un crimen a los ojos de
Dios y no hay nada que
lo justifique. El médico
desencarnado se
presento, por tanto,
extremadamente
perturbado. Diciéndose
perseguido por varios
espíritus. acusándose a
si mismo de criminal,
estaba aterrorizado con
sus actos. El
arrepentimiento le legó
ya en la vida
espiritual, no obstante,
demostraba mucho miedo
a sus perseguidores,
entre los cuales se
contaban algunas de las
victimas de su bisturí.
11. El segundo
comunicante era una
mujer que había muerto
durante la realización
de un aborto.
Atormentada por el
remordimiento de esa
acción, nutria un odio
especial por el médico
que la atendió a quien,
ahora, perseguía,
deseosa de venganza.
12. La tercera entidad
a comunicarse era
también una mujer que
cometiera un aborto en
su última existencia en
la Tierra. Siendo pobre
y luchando con muchas
dificultades para la
manutención de los
hijos, la miserable se
desorientó al quedar
embarazada y procuró una
forma de abortar aquel
que seria su sexto hijo.
Practicado el crimen, el
arrepentimiento fue
terrible e inmediato.
Jamás ella se perdono
por ese gesto y, de ese
modo, sufrió doblemente
al cargar por el resto
de sus días el peso del
remordimiento. Su
existencia fue larga y
difícil. Enfrento las
asperezas y dificultades
de la vida y, al fin de
prolongada molestia,
desencarno. El plano
espiritual le reservó,
sin embargo, una
sorpresa. Al
desencarnar, se encontró
con el espíritu del hijo
rechazado y grande fue
su sorpresa al verificar
que el era un ente muy
querido de su corazón,
compañero de luchas del
pasado, que renaciera en
su hogar con la
finalidad precipua de
ayudarla a tornar menos
amargos sus días.
13. Espíritu de cierta
elevación moral, hace
mucho le perdonó la
actitud infeliz, más
ella jamás se conformó
con el acto practicado y
ahora, en el plano
espiritual, tomo para
si la tarea de socorrer
a las personas
tendientes a cometer el
mismo error, para
mostrarles que el
destino es una
construcción individual
y que el aborto, lejos
de ser una solución para
las dificultades de la
vida, será siempre el
agravamiento de nuestros
males, cuando no la
puerta que se cierra
para nuestros mejores
amigos.
[1] Metrite:
inflamación del
útero.
[2] Vaginismo:
contracción
pasmodica del
músculo constrictor
de la vagina.
[3] Metralgia:
dolor
en el útero.
1. ¿Cómo conceptúa el
aborto practicado sin causa
justa el espiritismo?
R.: En el entendimiento
unánime de los Espíritus
superiores, el aborto sin
una causa justa es un
doloroso crimen. Una madre
o quien quiera que sea
cometerá siempre un crimen,
cuando, sin motivo valido,
quite la vida a una criatura
antes de su nacimiento.
2. Hay tres errores que se
pueden destacar en el aborto
delictuoso. ¿Cuáles son?
R.: El primero: impedir que
un espíritu reencarne y, por
consiguiente, progrese.
Segundo.: rechazar a un hijo
que tal vez representa el
instrumento que Dios haya
dado a los padres para
ayudarlos en la jornada
evolutiva, a través de los
cuidados, de las renuncias,
de las preocupaciones y
trabajos que tendrían.
Tercero.: Transgredir el
mandamiento divino “No
matarás”.
3. ¿Qué especie de aborto es
admitido
por la Doctrina Espirita?
R.: E el llamado aborto
terapéutico, que objetiva
salvar la vida de la
gestante puesta en peligro
con la continuación de la
gestación.
4. ¿Qué dolencias pueden
resultar directamente de la
practica del aborto
delictuoso?
R.: Según la enseñanza
espirita, el aborto
delictuoso es uno de los
grandes ocasionadores de las
molestias de etiología
oscura y de las obsesiones
catalogables en la patología
de la mente, que ocupan
vastos departamentos de
hospitales y prisiones de la
Tierra. La mujer que lo
promueve o que cometa
semejante delito es
compelida, por leyes
irrevocables, a sufrir
alteraciones deprimentes en
el centro genésico de su
alma, predisponiéndose a
dolorosas enfermedades, como
la metrito, el vaginismo, la
metralgia, el infarto
uterino o la tumoración
cancerosa, flagelos esos con
los cuales, muchas veces,
desencarna demandando el Más
Allá para responder, delante
de la Justicia divina, por
el crimen practicado.
5. ¿Qué consecuencias de
naturaleza espiritual puede
acarrear el aborto?
R.: La obsesión y el
sufrimiento moral son
algunas de las consecuencias
de orden espiritual
ocasionadas por el aborto
delictuoso. Suely Caldas
Shubert trata del asunto en
su libro Obsesión/Desobsesión,
tercera parte, cáp. 9.
Bibliografía:
El Libro de los Espíritus,
de Allan Kardec, ítems 358 y
359.
Vida y Sexo, de Emmanuel,
psicografíado por Francisco
Cándido Xavier, 6ª edición,
p. 76.
Luz en el Hogar, de diversos
Autores, psicografíado por
Francisco Candido Xavier, 3ª
edición, pp. 54 y 55
El Pensamiento de Emmanuel,
de Martins Perlaba, 2ª
edición, pp. 124 a 126.
Después de la Tempestad, de
Juana de Angelis,
spicografiada por Divaldo
Pereira Franco, 2ª edición.
Pp. 67 y 68.
Acción y Reacción de Andre
Luiz, psicografíado por
Francisco Cándido Xavier,
8ª, edición, pp. 210 y 211.