Sandra Borba:
“La institución
espírita debe
volverse una
comunidad educativa,
por la propia
naturaleza
pedagógica de
la Doctrina”
Sandra María Borba
Pereira (foto),
actual presidenta de
la Federación
Espírita del Estado
do Rio Grande do
Norte, nuestra
entrevistada de la
semana, presenta
respuestas muy ricas
para los desafíos de
la actualidad,
especialmente en el
enfoque
didáctico-pedagógico
para la transmisión
de la enseñanza
espírita en nuestras
instituciones.
Presentando también
un perfil del estado
en que vive y sus
experiencias por
Brasil, Sandra
premia a los
lectores con su
lucidez y buen
sentido, en
respuestas
consistentes y
motivadoras.
El Consolador: Trace
un perfil del estado
do Rio Grande do
Norte en términos de
Movimiento Espírita.
|
 |
¿Cuántos municipios
y cuántas
instituciones
espíritas hay en el
estado?
|
El Movimiento
Espírita Potiguar es
un movimiento
vibrante, contando
con experiencias
significativas y
trabajadores
valerosos de ayer y
hoy. El Espiritismo
llegó aquí en el
siglo de la
Codificación y en
1875 teníamos un
periódico que
circulaba con el
nombre EL
ESPÍRITA.
Persecuciones y
preconceptos
abortaron a las
primeras
instituciones y hoy
la casa más antigua
es la Federación
Espírita del Estado
(FERN), que
completará 83 años
en abril próximo.
Contamos actualmente
con cerca de 130
núcleos (incluyendo
por lo menos 32
grupos familiares)
distribuidos en 35
municipios de los
167 del estado.
Tenemos así, un
largo camino por
delante y estamos
intentando hacer
nuestra parte. En RN
tenemos 14 programas
radiofónicos y 3
televisivos,
conferencia estatal,
congresos,
seminarios,
jornadas, simposios,
semanas espíritas,
refugios para
ancianos, guarderías
y escuelas,
actividades
asistenciales junto
a familias, trabajo
con presidiarios, de
entre otras
actividades que
vitalizan el
movimiento en el
estado.
El Consolador: ¿Cuál
es la experiencia
más destacada en su
presidencia en la
FERN?
En primer lugar
diría que ha sido
una honra estar al
frente de la
Federación Espírita
del RN, desde abril
del 2003. La visión
del movimiento
portiguar de
múltiples facetas en
su dinámica, las
especialidades
locales, la
dedicación de los
trabajadores que
enfrentan – sobre
todo en el interior
del estado – el
viejo y cruel
preconcepto
religioso, la
creatividad de
compañeros, la
capacidad de luchar
con pocos recursos
humanos y
financieros, el
trabajo en equipo,
son sólo algunas de
las lecciones
positivas que
buscamos comprender
e interiorizar. Al
lado de esas
lecciones, el
esfuerzo permanente
para aprender a
luchar con los
antiguos y
persistentes
problemas de las
relaciones humanas,
lo que también
representa momentos
de aprendizaje en la
conquista de la
autoiluminación que
debemos tener como
meta. La experiencia
más destacada, sin
embargo, es la
creación de una red
de afectos tanto en
el interior de la
FERN como en el RN y
en otras fronteras,
además de la alegría
de ejercitar la
lección de servir y
seguir.
El Consolador: ¿Su
actuación con
jóvenes y niños, a
lo largo del tiempo,
le llevó a qué
conclusión en estos
tiempos de
dificultades
sociales con esas
fajas relativas a la
edad y también
teniéndose en cuenta
la realidad del
movimiento espírita
nacional?
No creo que el
trabajo de la
evangelización
infanto-juvenil, a
lo largo del tiempo,
haya sido fácil o
sin problemas, en
cualquier época. Del
grupo de jóvenes de
la Federación
Espírita
Pernambucana del
cual participé (en
los años 70), hasta
donde sé, sólo yo
permanezco activa en
el Movimiento
Espírita. Lo que
debemos, creo, es
tener la claridad de
los problemas de
nuestra
contemporaneidad:
inmediatismo,
individualismo,
ética mediática,
instituciones
resistentes a
cualquier cambio,
familias ausentes y
despreocupadas con
la educación moral
de los hijos, muchas
más opciones de
ocio, entre otros.
Ahora, si a todo eso
juntamos, por
ejemplo, una
práctica pedagógica
evangelizadora sin
interés, apática,
tipo “dictando
normas”, sin vida,
sin problemáticas,
sin abertura al
diálogo, sin
contenido
doctrinario guiado –
tendremos un
problema sin tamaño.
Creo que el camino
está en un esfuerzo
colectivo – padres,
educadores,
dirigentes espíritas
– de identificación
de nuestras
responsabilidades
(¿cuáles son
nuestros equívocos?)
y en asumir un
compromiso con
nuestra causa de la
educación moral y de
las nuevas
generaciones.
El Consolador: ¿En
su opinión hemos
preparado
debidamente a
nuestros jóvenes y
niños para el
trabajo espírita del
futuro?
De modo general, por
la experiencia
personal que vivo,
creo que hoy el
joven tiene más
espacio que en el
pasado, en el
movimiento espírita.
No obstante, tiene
también él muchas
otras solicitudes y,
convengamos,
adquirir estabilidad
social hoy es más
difícil, sobre todo
en base de las
exigencias de la
vida profesional. Un
curso de graduación
no tiene más o menos
peso de algunas
pocas décadas atrás.
Eso significa que el
joven, a mi
entender, tiene
menos tiempo de lo
que nosotros tuvimos
para dedicarse a la
Doctrina y al
movimiento, de modo
general. Esa es una
de las razones por
las cuales tenemos
que invertir en el
joven desde los
primeros momentos,
especialmente en
cuanto a los
aspectos
doctrinarios y
aquellos volcados
para las relaciones
interpersonales. No
podemos descuidarnos
aun, de la formación
específica para las
tareas que deberá
asumir (de acuerdo
con el perfil
exigido por la
tarea), sin olvidar
la postura
educacional; ni el
alejamiento del
joven por el rigor y
desconfianza, ni
paternalismo y el
equivoco de que el
joven todo lo puede.
Agradezco hasta hoy
a los que me dijeron
“no” y me
amonestaron con
cariño y respeto.
El Consolador: ¿El
avance de la
tecnología y
consecuentemente la
expresiva
vinculación de
nuestros jóvenes y
niños con juegos
virtuales e internet
dificultan el
proceso educativo de
los valores morales
e incluso de la
educación espírita,
en base de la aun
inadecuación de
nuestras
instituciones?
La evangelización
espírita infanto-juvenil
posee una fuerza
extraordinaria que
es el mensaje lúcido
y esclarecedor de la
Doctrina, con
repercusiones en la
formación de la
personalidad
integral y, sobre
todo, en la
adquisición de
valores. Creo que
hoy todos los
procesos
educacionales –
principalmente en la
escuela y en la
familia – enfrentan
problemas que aun no
conseguimos
comprender por
constituirse de
múltiples variables,
y esto permanece
desafiando a
estudiosos e
investigadores del
mundo entero. En la
evangelización no
podría ser
diferente. Existen,
sin embrago, caminos
que la experiencia
ya mostró eran
validos: contenidos
significativos,
abordaje metódico
centrado en la
actividad del niño y
del joven a partir
de la problemática
de las temáticas,
ambiente de
afectividad del
niño, unión y
diálogo con la
familia, integración
en las actividades
de la Casa. Esos
caminos exigen
esfuerzo colectivo,
formación pedagógica
continua del
evangelizador, plan
de participación,
creatividad,
autocrítica para
superar
resistencias,
respeto para con
todo lo que ya fue
hecho, actitud de
cambio, compromiso
con la tarea, etc.
El Consolador: ¿Su
gusto por el aspecto
filosófico, ético y
pedagógico de la
Doctrina Espírita
encuentra eco en la
realidad del
movimiento espírita
y en la actuación de
nuestras casas
espíritas?
Sin duda, el aspecto
ético está siempre
presente en la
actuación de los
espíritas y
cualquier que de el
se aparte,
cualquiera que sea
la actividad que
realice (dentro o
fuera del
Movimiento), está
abocado al
desequilibrio y,
consecuentemente, al
compromiso moral y
espiritual. Nuestra
tradición cultural
brasileña está muy
impregnada de una
visión de filosofía,
pero como
“orientación de
vida” que en el
sentido académico,
restringido. En el
Movimiento no es
diferente. Temáticas
más evangélicas son
las presentes y se
percibe cierta
resistencia a los
asuntos con enfoques
más filosóficos y
pedagógicos o
abordaje que puedan
aglutinar esas
áreas, buscando lo
que la propia
Doctrina nos
proporciona: un
conocimiento de
totalidad, integral,
a ser abordado en un
lenguaje claro, con
ilustraciones, sin
erudición pedante.
El Consolador: ¿Cómo
sensibilizar a los
dirigentes,
trabajadores e
incluso padres y
educadores espíritas
para la importancia
y valorización de
esos aspectos tan
expresivos del
Espiritismo?
Creemos que aquellos
que se dedican al
estudio del
Espiritismo en su
totalidad, que se
sienten afines con
esas temáticas,
pueden colaborar a
través de los medios
de divulgación
doctrinaria. Hicimos
el día 12 de enero
último un programa
radiofónico de la
FERN (Estación de la
Luz) dedicado al
gran maestro
Pestalozzi (su fecha
de nacimiento) y
agradó mucho.
También tuvimos
oportunidad de
grabar un programa
televisivo aquí en
Natal (Caminos de
Luz) sobre Educación
y Espiritismo, con
buena repercusión
incluso fuera de las
creencias
espiritistas. Hemos
realizado en muchas
ciudades brasileñas
seminarios sobre la
temática pedagógica
a la luz del
Espiritismo. Noto
que hay un gran
interés que pide más
acción en eventos,
procesos formativos,
medios, etc. Nos
cabe, por tanto,
abordar esos
aspectos, escribir y
publicar textos que
puedan contribuir
para la divulgación
de esos aspectos,
estimulando a
compañeros, en
especial jóvenes, a
investigar,
estudiar, debatir.
Ya tenemos
contribuciones
significativas en
ese sentido. Citaría
las ediciones
temáticas de la
revista
REENCARNACIÓN, de la
Federación Espírita
do Rio Grande do Sul
y la REVISTA
PEDAGÓGICA, de IDE (SP).
El Consolador: ¿Y la
experiencia de
conferenciantes por
el país, en contacto
con los espíritas e
instituciones, qué
deducciones le trae
sobre el
entendimiento de la
Doctrina Espírita y
su propagación junto
al gran público
sediento de
informaciones que
buscan el
Espiritismo?
He tenido
oportunidad de
realizar
conferencias para
diferentes públicos,
diferentes fajas
relativas a la edad
y niveles
culturales, en
eventos de gran
alcance o en casas
espíritas de pocos
frecuentadores, en
la mayoría de los
estados brasileños.
Sin embargo, el
trazo más común que
identifico es la
expectativa de un
mensaje diferente
capaz de alcanzar
mentes y corazones,
inspirando esperanza
y valor; de un
discurso claro,
abierto y, al mismo
tiempo, esclarecedor
de las viejas
cuestiones humanas.
Considero, no
obstante, que hay
algunas exigencias
importantes para el
buen trabajo de la
divulgación: la base
doctrinaria
(esclarecer de hecho
a la luz de la
Doctrina Espírita)
aliado a un lenguaje
claro, “suave”,
valeroso, ilustrado
de ejemplos reales,
respetuoso para con
el pensamiento
divergente y,
principalmente, para
con el pensamiento
espírita. Esclarecer
y consolar, con el
respeto y los
argumentos sólidos
que la Doctrina
Espírita nos ofrece.
El Consolador: ¿Cómo
fue su aproximación
a la Doctrina
Espírita?
Tuve la felicidad de
frecuentar dos
núcleos de
evangelización; en
la infancia
frecuenté el
Instituto Espírita
Gabriel Delanne, en
Recife, y en la
adolescencia, la
Federación Espírita
Pernambucana. Me
integré a las tareas
de evangelización a
los15 años como
auxiliar y a los 17
comencé en la
exposición
doctrinaria,
continuando siendo
evangelizadora. El
contacto desde
pronto con la
Doctrina Espírita,
más allá del aspecto
ético-religioso, me
estimuló a la
lectura y a la
búsqueda de
informaciones
complementarias y
facilitadotas de la
ampliación de los
conocimientos
generales y
doctrinarios que
buscaba.
El Consolador: ¿Cómo
encarar la extensa
lista de temas
polémicos de la
sociedad e incluso
dentro de las
paredes espíritas,
en base a las
consecuencias que
tales desajustes han
traído a los
agrupamientos
humanos?
Creemos que el
objetivo de la
Doctrina Espírita es
esclarecer y
consolar, inclusive
sobre temas
polémicos. Para
tanto, es imperioso
“encarar” el estudio
para que podamos
presentar el
pensamiento espírita
y eso implica,
muchas veces, por
parte de la sociedad
y hasta de muchos de
nuestros compañeros,
la necesidad de
asumir
responsabilidades y
posturas educativas
que no siempre
interesan a los
espíritus
acostumbrados al
inmediatismo y a la
permanencia en el
egoísmo, en el
orgullo, en el odio,
en sus puntos de
vista personales.
Buscar las causas
profundas de las
problemáticas
individuales y
sociales, dialogar y
conocer experiencias
exitosas de
superación y/o
minimización de esas
problemáticas,
proponer caminos y
ejemplificar
esfuerzos son
posibilidades de
contribución del
Movimiento Espírita
para la sociedad en
general y para los
espíritas en
particular.
El Consolador: ¿Y el
progreso de las
ideas espíritas en
la actualidad, cómo
es visto por su
experiencia
profesional en la
universidad?
Por aquí aun hay
mucho preconcepto en
el medio académico
en relación al
Espiritismo. En
otras localidades,
por lo que sé,
muchas conquistas
existen ya. Algunas
victorias pueden ser
contabilizadas en el
área del
pos-graduado, con
trabajos relevantes,
verdaderos
“detonadores” de los
preconceptos y
tabúes. También en
la graduación, en el
curso de Ciencias de
la Religión, de la
Universidad Estatal
do RN, por ejemplo,
ya encontramos
algunas monografías
teniendo el
Espiritismo como
temática. Las ideas
espíritas, sin
embargo, ahí están
y, en base de la
postura de respeto y
serenidad de los
espíritas, muchos de
nosotros somos
llamados a
participar en
eventos en el
interior de las
instituciones
superiores de
enseñanza. Hay, sin
embargo, mucho aun
que hacer, y la
correcta divulgación
así como la
ocupación de algunos
espacios nos traerá
frutos importantes
en el mañana.
El Consolador: ¿Hay
una manera de
sensibilizar más a
la familia espírita
para el estudio y
compromiso con la
propuesta espírita?
La institución
espírita debe
volverse una
comunidad educativa,
por la propia
naturaleza
pedagógica de la
Doctrina. Obviamente
que no lidiamos con
procesos invasores
en la intimidad de
los frecuentadores
de las casas
espíritas, pero
podemos sensibilizar
a las familias y a
los trabajadores a
través de las
diversas actividades
ya desarrolladas en
el interior de las
instituciones, sin
que nos sintamos
inhibidos de buscar
nuevas prácticas,
respetando el buen
sentido que debe
caracterizar
nuestros procesos
comunicativos e
interactivos. Existe
algo, aun, que
necesita
urgentemente ser
repensado entre
nosotros: la casa
espírita no es
apenas el punto de
encuentro de
trabajadores sino la
escuela de almas de
hermanos que
necesitamos
estrechar nuestros
lazos de amistad,
inclusive fuera del
espacio
institucional.
El Consolador: ¿Algo
más que le gustaría
añadir?
Me gustaría sólo
agradecer la
oportunidad que esta
entrevista me
proporcionó de
reflexionar sobre
mis propias
experiencias y lo
mucho aun que
tenemos que realizar
en la Siembra
Espírita. Debo al
Espiritismo lo mejor
que me ocurrió en la
presente existencia
y, tengo seguridad,
por más que hiciera,
no retribuir el
tanto de valores,
ideales,
conocimientos y
vivencias
propiciadores de una
amplia comprensión
de la vida que la
Doctrina me
proporcionó. Ojala
que algunas de esas
ideas puedan ir
positivamente al
encuentro de otras
mentes y corazones,
por el mundo de
internet que ha
proporcionado
encuentros de almas
que vibran en la
misca emoción.
Gracias.
|