Su más reciente
libro aborda una
vivencia
personal. ¿Cuál
fue esa vivencia
y cuál el título
de la obra y
editora? |
Mi más nuevo
libro, titulado
"Mayor que la
Vida", publicado
por la
Federación
Espírita
Brasileña, es
una narración de
mi vivencia al
lado de mi hija
más mayor, que
era médica y
luchó durante
cinco años
contra el
cáncer. Siendo
también
espírita,
vivimos nosotras
dos una
experiencia
dolorosa, pero
con resignación
y serenidad
íntima, usando
de todos los
recursos que la
Doctrina
Espírita nos
concede. Leíamos
juntas, orábamos
y enfrentábamos
este transe
doloroso con
coraje y
confianza en
Dios. Todos los
días yo volvía a
mí hogar y
escribía lo que
habíamos vivido
durante aquel
día, como un
diario,
anotaciones que
se transformaron
en el libro.
¿En los
capítulos de la
obra esa
experiencia
conjugada de
conocimiento del
Espiritismo y la
situación vivida
están
desdobladas de
qué forma?
Busqué destacar
el valor del
conocimiento
espírita y de la
vivencia
evangélica que
siempre buscamos
tener en nuestra
vida de
relación,
alimentando la
esperanza en los
corazones de los
que vengan a
pasar por
situaciones
semejantes. La
primera parte
del libro
contiene la
narración
de los hechos
que vivimos y la
segunda parte
mensajes
escritos sobre
la muerte.
Algunas de ellas
eran
conferencias que
hice después de
la muerte de mi
hija, cuando
integraba el
Grupo de los
Entes Queridos,
en la Casa
Espírita que
presta apoyo y
asistencia
espiritual a los
que sufren el
dolor de la
separación
física de los
familiares que
partieron para
el mundo
espiritual.
¿Cual es la
razón principal
de haber
transformado una
experiencia
personal en
libro?
Durante las
anotaciones
antes del
fallecimiento de
Sandra, no
pensaba en un
futuro libro,
escribía como
una catarsis que
me hacía bien
para mí misma.
Una amiga
psicóloga con la
cual hice
terapia en
aquella fase,
sabiendo que
escribo, me
aconsejó
transformar mis
anotaciones en
un libro que
viniera a
beneficiar a
muchas personas.
Concluí el libro
inmediatamente
después de un
año de su
desencarnación.
Fue difícil.
Algunos
capítulos
escribí
llorando, y lo
que narra en sus
últimos días yo
no conseguí
releer aún.
Resalto que el
objetivo
principal es
reafirmar que
con la fe y el
amor en el mundo
íntimo
encontramos
fuerza para
proseguir
viviendo y
trabajando en el
bien, superando
el sufrimiento.
¿Toda su familia
es de formación
espírita? ¿Cómo
fue la reacción
de los demás
familiares en el
hecho y su
descripción en
libro?
Mi familia es de
formación
espírita, pero
algunos
familiares (como
yernos y
nueras), algunos
otros que no son
espíritas,
recibieron muy
bien el libro,
principalmente
los que componen
la familia de mi
hija, como su
marido e hijos.
Aún aquellos
amigos que son
de otras
religiones están
leyendo el libro
y haciendo
comentarios
favorables.
¿Cuáles son los
otros libros de
su autoría?
Relacione título
y editora, por
favor.
Recados de Amor
(2008) y
Luces del
Atardecer
(2009), ambos
editados por la
FEB. Ya en fase
final en la
gráfica, también
a ser editado
por la FEB, con
lanzamiento
previsto para
2011, el libro
Gotas de
Optimismo y Paz,
con prefacio de
nuestro estimado
compañero
Rogério Coelho.
Será un libro
diferente, con
mensajes
enfocando
nuestra vivencia
y nuestras
luchas diarias,
buscando mostrar
cómo la Doctrina
Espírita nos
motiva a ser
felices y vivir
tranquilos, aún
en procesos de
reajuste y
dolor.
¿De qué forma
usted sintió en
sí misma la
importancia del
conocimiento
espírita delante
del hecho
doloroso?
Fue de gran
importancia,
principalmente
por sentir el
bienestar y el
apoyo espiritual
durante los
momentos más
difíciles. La
presencia
constante de los
amigos
espirituales y
benefactores que
nos amparaban
amenizó el
sufrimiento, y
el conocimiento
espírita nos dio
la certeza del
reencuentro
además de
demostrarnos la
transitoriedad
de la vida
física. Fuimos
preparándonos y
alimentándonos
con ese
conocimiento y,
en las horas de
desdoblamiento
espiritual por
el sueño físico,
ocurrían
encuentros con
familiares y
amigos
desencarnados,
cuando sentíamos
como estábamos
siendo ayudados
a superar ese
transe difícil.
Con la
experiencia
vivida, ¿qué
tendría que
decir a personas
que viven
situaciones
semejantes?
Que no se
desesperen.
Confíen en Dios,
porque todo
pasará un día,
el dolor será
menos intenso y
necesitamos
proseguir
viviendo con
serenidad
íntima. Mientras
más tranquilos y
confiados, aún
sufriendo,
nuestros entes
que ya partieron
recibirán los
reflejos de
nuestros
pensamientos, de
nuestras
actitudes y no
merecen recibir
emanaciones de
nuestra falta de
moderación y de
nuestro dolor
con
desequilibrio.
Necesitan
rehacerse y
seguir su
destino
espiritual, como
nosotros también
un día haremos.
Ellos también
sienten nuestra
falta, sienten
nostalgias, pero
no podemos
impedir su
camino en esa
otra dimensión
de vida e
intentar
retenerlos a
nuestro lado. Si
usted los ama,
ore y confíe en
Jesús. El
intercambio
espiritual dará
a usted el
alivio y la
serenidad
necesarios. Pero
es preciso que
usted esté bien
armonizado
íntimamente para
poder estar en
contacto con su
ente querido sin
perturbarlo con
sus lágrimas e
inquietudes...
Al prepararse
para dormir, ore
a Jesús, pida
por usted y por
él...
Ciertamente
usted lo
encontrará
durante el sueño
físico.
¿Esa temática de
separación
temporal de
entes queridos
es siempre
oportuna para un
abordaje? ¿Y
cuál es la mejor
forma de
abordaje para el
público y en los
diálogos
individuales?
Considero
oportuna porque
todos ya pasamos
por eso, o
estaremos en
situaciones
idénticas. Es
importante
resaltar el
valor de la
creencia en la
inmortalidad del
alma y la
posibilidad del
reencuentro, que
podrá ser de
varias maneras
hasta que
podamos ir,
también, para el
mundo
espiritual.
Debemos
destacar,
también, la
transitoriedad
de la vida
física, buscar
despertar en
cada persona que
nos oiga, o nos
busque para un
diálogo
esclarecedor, la
necesidad del
despojamiento,
de irnos
liberados de la
vida material en
todos los
sentidos
(personas,
cosas, bienes
materiales,
títulos etc.). Y
sobre todo
incentivar el
trabajo en el
bien. Cuando mi
hija desencarnó,
busqué
intensificar aún
más mi trabajo
en la Casa
Espírita, yendo
todos los días,
hacer otras
tareas como
atención
fraterna,
conferencias
en el Grupo de
los Entes
Queridos,
escribía más
intensamente
etc. Esto ayudó
bastante hasta
que volviera a
realizar sólo
las tareas que
ya hacía y que
considero una
bendición poder
estar aún
realizando.
¿Cite lo que más
le llamó la
atención en la
psicografía del
mensaje de su
hija por
intermedio de
Suely Caldas
Schubert?
La semejanza de
los conceptos,
de lo que
hablábamos y
todo lo que pasé
para ella desde
su infancia en
nuestro Culto
del Evangelio en
el Hogar. Hay un
tramo que deseo
repetir: "¡No
hay muerte, sólo
vida! Es una
adaptación
lenta, aquí no
se corre como
ocurre ahí, no
tenemos
necesidad de
contar los
minutos, porque
el expediente
del día terminó
y debemos volver
a la casa, al
hogar – aquí es
el Hogar.
Estamos en él
todo el tiempo.
Gradualmente
nuestra
conciencia se
expande y nueva
percepción de la
vida nos
impregna. (...)
Una cosa es
cierta:
¡predomina el
amor!” En muchas
cartas que ella
me escribía,
cuando vivía en
otra ciudad, o
aún en Navidad o
el Día de las
Madres, el
estilo es el
mismo y siempre
hablaba del amor
que nutríamos
mutuamente, que
iría a
trascender a la
vida física...
¿El mensaje de
Sandra está
publicado en el
libro?
El mensaje a que
usted se refiere
está en el
libro, pero
existe otro que
recibí unos 6
meses después de
la
desencarnación,
también
psicografiado
por la Suely
Caldas Schubert,
que es menos
extenso y habla
de manera bien
equilibrada
sobre la llegada
al mundo
espiritual. Está
también incluido
en el libro. La
reacción de los
amigos y
familiares fue
positiva,
coherente con el
grado de
conocimiento de
la posibilidad
de este
intercambio
espiritual. Pero
no oí nada que
pudiera mostrar
incredulidad o
duda con
relación a lo
que fue escrito.
Muy confortadora
para todos
nosotros que la
conocemos y
pudimos convivir
con ella.
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