Aborto, una amenaza a la vida cada vez más próxima

Lo que era simple sospecha se tornó, a partir de la semana pasada, una posibilidad concreta, salta a la vista lo que fue propuesto al Congreso Nacional por la comisión de juristas incumbida de la reforma del Código Penal. La legitimidad del aborto de manera generalizada está muy cerca de ser autorizada en ley, en flagrante falta de respeto a la Constitución de Brasil.

La vida es, como sabemos, un derecho protegido por la Carta Magna. El Código Penal – una ley menor – no puede cambiar un fundamento consagrado en ley mayor. El Código Penal en vigor en Brasil sólo permite la interrupción del embarazo en dos casos: estupro o riesgo de muerte de la gestante. Decidiendo de manera ajena al Código y a la Constitución, el Supremo Tribunal Federal autorizó la práctica abortista en otro caso: el aborto de fetos dichos anencéfalos.

En la propuesta dirigida al Congreso, dos nuevas hipótesis serán contempladas con la complacencia de la ley, caso sean aprobadas:

a) si comprobada la anencefalía o cuando el feto padecer de graves e incurables anomalías que son inviables a la vida extrauterina, en ambos los casos con atestado de dos médicos;

b) si por voluntad de la gestante, hasta la décima segunda semana de gestación, cuando el médico o psicólogo constatar que la mujer no presenta condiciones psicológicas de seguir adelante con la maternidad.

Cuando, en el inicio de la década de 1960, surgió la píldora anticonceptiva, preguntaron a Chico Xavier lo que él pensaba de lo que era, entonces, una novedad.

El inolvidable médium dijo que la píldora anticonceptiva constituía un mal más pequeño que permitiría, sin embargo, evitar un mal más grande, o sea, el aborto.

Hay en el ámbito de la Medicina una serie de recursos disponibles en todos los lugares que permitan a una pareja evitar la llegada de un hijo no deseado.

Luego, si una mujer no presenta “condiciones psicológicas” para seguir adelante con la maternidad, ¿por qué no adopta las medidas que su caso indica? ¿Píldora, preservativo, DIU, vasectomía - la mujer o el hombre de nuestro tiempo ignoran tales cosas?

El inolvidable médium Chico Xavier, cuya ponderación y sapiencia en todo lo que decía son por demás conocidas, se manifestó varias veces sobre el tema.

En dos de sus manifestaciones, él aludió a los recursos anticonceptivos como medida preventiva y, por lo tanto, como una alternativa a la práctica del aborto.

He aquí la primera, que podemos conferir leyendo una entrevista por él concedida y publicada en la revista “Hoja Espirita” de noviembre de 1988:

“En China ya está siendo utilizada una medicina que provoca el aborto, cuando ingerida, en las primeras semanas, sin necesidad de intervención quirúrgica. ¿Qué usted piensa de eso?

Chico Xavier: - Siempre que hago cualquier referencia al aborto, me acuerdo de la utilidad del anticonceptivo como elemento de socorro a las necesidades de la pareja. Las dos criaturas quieren la unión, pero no están en condiciones de realizar ese ideal; en ese caso, la píldora anticonceptiva vendría en su auxilio. 

Si mi madre, cuando me esperaba, repleta de enfermedades, quisiese expulsarme, no sé lo que sería de mí. Si hay el anticonceptivo, ¿Por qué tenemos de promover la muerte de criaturas que van a nacer o en formación?

Con una Tierra tan inmensa para ser labrada y aprovechada, es imposible aplaudir el aborto. Solamente podemos entender el aborto terapéutico cuando la vida materna está amenazada. Me acuerdo de mi madre, sufriendo por mi causa y no podía hacer nada”.

He aquí la segunda, que encontramos en el libro “Chico Xavier – Mandato de Amor”, editado por la Unión Espirita Mineira:

“Chico, ¿qué usted piensa sobre el aborto?

Chico Xavier:- El aborto es siempre lamentable, porque si ya estamos en la Tierra con elementos contraconceptivos de aplicación suave, comprensible y humanitaria, ¿por qué  habemos de crear la matanza de niños indefensos, con absoluta impunidad, entre las paredes de nuestras casas?

Eso es un delito muy grave delante de la Providencia Divina, porque la vida no nos pertenece y, sí, al poder divino.

Si las criaturas tienen necesidad de una relación sexual para revitalización de sus propias fuerzas, lo que creemos que sea muy justo, sería mucho mejor si lo hiciesen sin alarma o sin lesión espiritual o psicológica para nadie. Si el anticonceptivo vino a favorecer está movilización de las criaturas, ¿por qué vamos a legalizar o estimular el aborto?

Por otro lado, podemos analizar que si nuestras madres tuviesen ese propósito de crear una ley del aborto en el siglo pasado, o en principio y medianos de este siglo, nosotros no estaríamos aquí”.